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Dra. Mariana Ruiz Morales

Ing. Miranda Ori Orlansino

Dra. Patricia Mehner Karam

Universidad Iberoamericana

La Milpa (del náhuatl milli, cultivo y pan, lugar) es un sistema de cultivo tradicional de México y Centroamérica que aprovecha las relaciones simbióticas entre el maíz y otras especies como frijolchilecalabazatomate y quelites. Está definida como un “sistema agrícola tradicional conformado por un policultivo que constituye un espacio dinámico de recursos genéticos” (Gobierno de México, 2020). Para algunos autores, el término Milpa va más allá del aspecto agrícola puesto que implica un sistema técnico, productivo y socio-cultural que abarca adicionalmente a la ganadería, la producción de artesanías y a la organización familiar y comunitaria (Terán Contreras, 2010). Además, se considera a la Milpa como un sistema de producción de alimentos de gran valor cultural y biológico que ha permanecido a través de muchas generaciones de agricultores de distintos pueblos, remontándose hasta la época prehispánica.

Desde hace algunos años, el interés por la agricultura urbana ha ido creciendo y existen múltiples esfuerzos por contar con huertos urbanos que promuevan, por un lado, la autosuficiencia alimentaria y, por otro, que sean espacios educativos y de acercamiento a los temas de producción sustentable de los alimentos. Es por ello, que surge el interés de recuperar el cultivo de la milpa en entornos urbanos, específicamente en el caso de la conocida como “triada mesoamericana” (maíz, frijol y calabaza). En este sistema simbiótico se aprovecha la relación de la calabaza, cuyas hojas ayudan a limitar la evaporación del agua reteniendo humedad en la tierrael frijol, que fija nitrógeno para el aprovechamiento de las demás especies; y el maíz, que sirve de guía a fin de que la planta de frijol no requiera de una estructura adicional para su soporte (Buenrostro, 2009). 

Desde el punto de vista nutricional el maíz es la principal fuente de energía de la población mexicana y de otros países de América; es una fuente importante de hidratos de carbono en la dieta, es rico en fibravitaminas A, B, C y E, y minerales como magnesio, potasio, fósforo y hierrocarotenoides y flavonoides. El frijol es una excelente fuente de proteínas vegetales y de aminoácidos esenciales, hidratos de carbono complejos y fibra, también contiene hierro, fósforo, magnesio, potasio y zincvitaminas A, C, B y Kpolifenoles y flavonoides. De la planta de calabaza se aprovecha el fruto, que contiene vitaminas A, B, C y Epotasio, calcio, magnesio, fósforo, hierro y zinc y carotenoides; así como la flor para diversos platillos con alto contenido de fibra y las semillas que contienen grasas saludables

La combinación del maíz con el frijol proporciona proteína con alto valor biológico, debido a que el maíz es bajo en algunos aminoácidos esenciales como la lisina y el triptófano, pero su combinación con los aminoácidos del frijol genera una proteína completa, la cual es fundamental para las dietas de la milpa. La dieta de la milpa se destaca por alinearse con las nuevas guías de alimentación sustentable y sostenible de la población mexicana (SSA, INSP, GISAMAC, UNICEF, 2023), al promover un patrón de alimentación con beneficios tanto para la salud como para el medio ambiente y favorecer la incorporación en la dieta de una diversidad de cultivos (maíz, frijol, calabaza y chiles), convirtiéndola en una dieta equilibrada; reduciendo el consumo de proteína de origen animal con la inclusión de proteína de origen vegetal. Se resalta la importancia de alinearse con un sistema de cultivo que promueve la conservación del suelo, la biodiversidad y la reducción de utilización de productos químicos; se favorece, a su vez, el consumo de alimentos locales, lo que además protege el medio ambiente al reducir la huella de carbono asociada con el transporte de alimentos desde distancias largas, disminuyendo las emisiones de gases de efecto invernadero y promoviendo la conexión con los alimentos y la cultura local.

Solemos relacionar la milpa con grandes hectáreas de cultivo y campos abiertos, sin embargo, los beneficios culturales y ambientales de la milpa tienen el potencial de ser aprovechados también en ambientes urbanos, acercándonos con los saberes tradicionales y haciéndonos conscientes sobre la producción de nuestra base alimentaria, pudiendo practicar este tipo de cultivos aún en espacios limitados. La Universidad Iberoamericana, Ciudad de México, cuenta con el Huerto José De Acosta S.J. (huerto Ibero, Fig. 1), que es un espacio que promueve la generación de conocimiento y el desarrollo de nuevas tecnologías en el área de producción de alimentos agroecológicos y el diseño de espacios verdes productivos

Figura 1. Huerto Ibero

En julio de 2022 se llevó a cabo la siembra de una milpa con la triada mesoamericana a partir de semillas obtenidas en una comunidad en el Estado de Oaxaca, México. Las especies sembradas fueron maíz Zea mays de variedad criollo morado, calabaza Cucurbita pepo y frijol Phaseolus vulgaris L de variedad bayo (Fig. 2 y 3).

Figura 2. Maíz (Zea mays) de variedad criollo morado, proveniente del Estado de Oaxaca, México.

Figura 3. Semillas de maíz Zea mays de variedad criollo morado, calabaza Cucurbita pepo y frijol Phaseolus vulgaris L de variedad bayo.

Las semillas fueron sembradas a una profundidad de 5cm en tres contenedores diferentes:

  • Hidromaceta con medidas 52cm de largo, 32cm de ancho, 33cm de alto.
  • Cama de cultivo de 3 metros de largo, 1.2 metros de ancho y 1 metro de profundidad acompañado de otras especies.
  • Cama de cultivo independiente de 6 metros de largo, un metro de ancho y un metro de profundidad. 

Seis meses después de la siembra se realizó la cosecha. En la hidromaceta únicamente se logró el frijol (Fig. 4), debido a que la profundidad fue insuficiente para el sano crecimiento de las raíces del maíz que deben alcanzar alrededor de 85cm (Albino-Garduño, et al., 2015) y de la calabaza, que es de clima cálido y baja altitud, teniéndose como una posible explicación que en la hidromaceta el calor se disipa y no logra alcanzarse la temperatura idónea en la tierra para esta especie que es de 20 a 25oC (Fernández Lizarte, 2014). En la cama de cultivo compartida se logró el crecimiento de frijol y calabaza, los maíces crecieron y sacaron tanto panojas como espigas (Fig. 4 y 5), pero las mazorcas no se desarrollaron debido a que no hubo fecundación, adicional a que fue sembrado fuera de temporada y se presentó plaga (pulgón). Se intentó atacar esta plaga con una solución preparada con ajo y chile, pero esto no resulta tan eficiente como el jabón potásico.  

Figura 4. Vaina de frijol sembrado en hidromaceta y calabaza sembrada en cama de cultivo.

Figura 5. Milpa sembrada en cama de cultivo junto con otras especies como cebolla e hinojo. 

En la cama independiente se logró el crecimiento de las tres especies. En total, al final del ciclo se cosechó una mazorca de maíz (Fig. 6), 7 calabacitas y 30 vainas de frijol bayo. Después de la cosecha se recuperaron semillas para volver a sembrar en el siguiente ciclo de cultivo.

Figura 6. Mazorca obtenida de la milpa sembrada en cama de cultivo independiente. 

Con los resultados obtenidos se puede concluir que la cosecha fue modesta pero exitosa, considerando el espacio disponible. Además, fue un buen ensayo para detectar áreas de oportunidad y proponer mejoras en cuanto al cultivo de la milpa en entornos urbanos como el tamaño del contenedor, tiempo de siembra y control de plagas. Finalmente, desde la perspectiva de la educación ambiental, el presente ensayo fue provechoso para motivar a la comunidad universitaria a practicar el cultivo de estas especies tan cercanas a nuestras raíces alimentarias y a comprender el valor de las especies nativas y los sistemas agrícolas sostenibles. 

Bibliografía:

Albino-Garduño, Rocío, Turrent-Fernández, Antonio, Cortés-Flores, J. Isabel, Livera-Muñoz, Manuel, & Mendoza-Castillo, M. Carmen. (2015). Distribución de raíces y de radiación solar en el dosel de maíz y frijol intercalados. Agrociencia49(5), 513-531. Recuperado en 22 de mayo de 2023, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-31952015000500004&lng=es&tlng=es.

Buenrostro, M., 2009. Las bondades de la milpa. Ciencias 92-93, 30–32.

Fernández Lizarte, A. (2015). Análisis comparativo de la expresión sexual y la postcosecha de diferentes variedades de calabacín bajo condiciones de agricultura ecológica.

Gobierno de México, 2020. “Milpa, el corazón de la agricultura mexicana”. Secretaría de Desarrollo Rural. Recuperado de: https://www.gob.mx/agricultura/articulos/milpa-el-corazon-de-la-agricultura-mexicana?idiom=es el 19 de mayo de 2023.

SSA, INSP, GISAMAC, UNICEF. 2023. Guías alimentarias saludables y sostenibles para la población mexicana 2023. México.

Terán Contreras, S., 2010. Milpa, biodiversidad y diversidad cultural, in: Biodiversidad Y Desarrollo Humano En Yucatán. Yucatán, México, pp. 54–56.

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