Dra. Martha Rocío Moreno Jiménez
TecNM/I.T. Durango
Departamento de Ingenierías Química y Bioquímica
Laboratorio de Alimentos Funcionales/UPIDET
El actual estilo de vida ha provocado cambios en los hábitos de alimentación, enfocándose cada vez más en el consumo de alimentos, ingredientes y suplementos que promuevan un mejor estado de salud. Las generaciones actuales buscan consumir productos, disponibles en el mercado, que sean económicos, de preparación rápida y que, además, tengan efectos benéficos que permitan reducir el riesgo de padecer enfermedades.
En este sentido, podemos encontrar diversas investigaciones que han demostrado que el origen de varias enfermedades se centra en el desequilibrio o disbiosis de la microbiota intestinal, lo que promueve el desarrollo y progresión de enfermedades que afectan a la población nivel mundial. Entre estas se encuentran, desórdenes gastrointestinales, obesidad, enfermedades cardiovasculares, alergias, así como Parkinson, esclerosis múltiple, Alzheimer, estrés, ansiedad, entre otras.
Como alternativa para mantener el equilibrio de esta microbiota, se consumen probióticos y prebióticosdisponibles en el mercado, o en alimentos consumidos tradicionalmente. Sin embargo, el consumo inadecuado puede generar efectos adversos; los productos de probióticos ofertados en el mercado indican un consumo en altas concentraciones, provocando efectos negativos como disbiosis de la microbiota, daño en el tejido, procesos inflamatorios y estrés oxidativo a nivel gastro-intestinal. Esto se debe a que no solo las bacterias vivas generan una respuesta, sino también las bacterias muertas o sus estructuras, conocidas como paraprobióticos, que son capaces de desencadenar una respuesta inmunológica que en ocasiones es exacerbada, generando inflamación a nivel sistémico.
Por otra parte, el consumo excesivo de prebióticos puede causar vaciado gástrico, flatulencias e hinchazón (Cauli, 2020). Por lo anterior, es relevante el balance de ambos componentes; es decir, además de incluir probióticos debemos de acompañarlos de una fuente prebiótica que sirva de alimento para esos probióticos (que son microorganismos que habitan, en este caso, en nuestro intestino) y las bacterias residentes. De esta manera se generará un equilibrio y se potenciarán los efectos benéficos para el organismo (Heyck & Ibarra, 2019).
Los productos simbióticos son una posible estrategia para el adecuado funcionamiento de la microbiota intestinal. Estos consisten en una mezcla de probióticos y prebióticos que, en sinergia, potencian los efectos benéficos de ambos componentes (El-Sayed et al., 2021). Los simbióticos son productos que actualmente tienen un éxito de venta en el mercado, sin embargo, de acuerdo a la International Scientific Association of Probiotics and Prebiotics (ISAPP) se ha establecido que los simbióticos son considerados aquellos productos cuya acción probiótica y prebiótica está confirmada de manera científica, por lo que es de esperarse que en el mercado se encuentren productos con estudios previos de los efectos benéficos descritos para ellos, desafortunadamente no siempre es así.
Por ello, antes de adquirir un simbiótico, se debe de tomar en cuenta la finalidad de su consumo, porque cabe mencionar que no todos los probióticos y prebióticos son útiles para todo. Es por ello que pueden ser mezclas de diversos componentes; para el caso de los probióticos incluidos puede ser de una o más especies bacterianas de los géneros descritos con efectos probióticos como Lactobacillus, Bifidobacterium o probióticos de nueva generación como Akkermansia muciniphila, Faecalibacterium prausnitzii, Bacteroides fragilis, entre otros. Y la fuente prebiótica puede ser incluida a partir de frutas y verduras ricas en fibras y compuestos fenólicos como membrillo, manzana, frutos rojos, etc., o prebióticos como inulina, lactulosa, fructooligosacáridos, entre otros.
Es en este sentido que los efectos generados por los simbióticos pueden ser diversos y esto se relaciona con los tipos de componentes incluidos en el producto, entre estos efectos se encuentran:
Por lo tanto, al consumir un simbiótico, el efecto sinérgico generado por la mezcla de probióticos y prebióticos, potenciarán los efectos benéficos a la salud, promoviendo la reducción del riesgo de padecer enfermedades crónico degenerativas no transmisibles.
Bibliografía:
El-Sayed A, Aleya L, Kamel M. (2021). Microbiota’s role in health and diseases. Environ Sci Pollut Res Int. 28(28):36967-36983. doi: 10.1007/s11356-021-14593-z.
Heyck M, Ibarra A. (2019). Microbiota and memory: A symbiotic therapy to counter cognitive decline? Brain Circ. 5(3):124-129. doi: 10.4103/bc.bc3419.
Cauli O. (2020). New Effects of Prebiotics, Probiotics, and Symbiotics. Curr Clin Pharmacol.15(3):172-173. doi: 10.2174/157488471503201110093435.