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La obesidad y el sobrepeso son ya una epidemia mundial. Las alternativas a los endulzantes con un alto contenido de calorías, están al alcance de la población. Lo único que necesitamos para aprovecharlas es romper con los mitos que las rodean.

Los edulcorantes, como la sacarina y el aspartame, no son malos como hemos creído. Esto es lo que dice Aaron E. Carrol, profesor de pediatría en la Universidad de Indiana, en EE.UU.

La mala fama

Los edulcorantes han tenido mala suerte y han sido víctimas de la mala información, haciéndoles mala fama. La primera vez que esto ocurrió fue en los 70s, la sacarina fue la mala de la historia porque se le relacionaba con el cáncer de vejiga.

Para 1977 los productos endulzados con sacarina debían llevar la advertencia “El uso de este producto puede ser nocivo para la salud”. La asociación entre ese tipo de cáncer y el edulcorante se basaban en un número limitado de estudios que, además, presentaban errores metodológicos.

20 de los más de 50 análisis sobre si la sacarina causaba cáncer de vejiga sólo estudiaron a una generación de ratas. Con lo cual no se podía comprobar los efectos a largo plazo o sobre la descendencia. Por otro lado, esos estudios utilizaron un tipo de ratas que eran propensas a desarrollar ese cáncer, a causa de un parásito común en ellas.

Los supuestos efectos cancerígenos de la sacarina en humanos nunca han sido mostrados. Por ello, en el 2000, este edulcorante fue retirado de las listas de carcinógenos y se declaró seguro para el consumo humano.

Hacia finales de los 90s, un caso igual se dio con el aspartame, y se decía que su consumo causaba cáncer cerebral. Los estudios que apoyaban esta afirmación, fueron realizados en personas de más de 70 años, quienes no son los principales consumidores del edulcorante.

Niños con obesidad

Actualmente, el consumo excesivo de productos endulzados con azúcares añadidos forma parte de un problema potencial para la salud. Una dieta con un alto contenido de calorías puede conducir al sobrepeso y a la obesidad.

Uno de los sectores más vulnerables a estos padecimientos son los niños, que son mucho más propensos a consumir productos dulces, como bebidas azucaradas. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, los niños consumen entre 282 y 362 calorías por día. Esas cantidades de calorías llevan, sin duda, a una población infantil con obesidad.

Beneficios de los edulcorantes

El consumo de azúcar aumenta tanto la grasa corporal como el peso total de la persona. La evidencia científica, durante muchos años, ha demostrado que los edulcorantes artificiales o bajos en calorías disminuyen ambas.

Análisis recientes, reportados por la Academia de Nutrición y Dietética, indican que el consumo de edulcorantes bajos en calorías se asocia con una disminución del consumo total de energía, el peso corporal, la circunferencia de la cintura y el porcentaje de grasa corporal.

En algunos casos se ha mostrado que la sustitución de productos endulzados con azúcares añadidos por productos con edulcorantes bajos en calorías, son beneficiosos para adultos con diabetes tipo 2, o para quienes padecieron accidentes cerebrovasculares y apoya la disminución de los factores de riesgo cardio-metabólico. Sin embargo, por ahora, la evidencia sobre los beneficios de los edulcorantes respecto de estos padecimientos, no es lo suficientemente fuerte, así que será necesario investigar más a fondo.

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