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Por Hablemos Claro

A casi todos los niños les gusta mucho el sabor dulce, ya sea en pasteles, golosinas o bebidas. Cuando, como adultos, pensamos en la infancia la relacionamos, precisamente, con ese sabor y con la diversión. Es decir, asociamos la infancia, la inocencia y lo divertido con la dulzura. Pero, recientemente, se ha cuestionado el consumo de azúcar a tal grado que nos ha llevado a temerle y a preguntarnos si debemos prohibirla a nuestros niños y desterrarla de nuestras casas. 

Pensemos en el cumpleaños de un niño de 6 años que tiene unos 5 kilos de más respecto de lo que se esperaría que sea su peso. ¿Quién tendría el corazón para no tener una fiesta con pastel y piñata con dulces? Lo que hemos aprendido de lo que vemos en los medios de comunicación es que estos alimentos “son malos” para la salud porque “engordan”. Pero… ¿le darías una ensalada de espinacas con nueces y queso de cabra en vez de un pastel de chocolate a un niño en su cumpleaños? ¿Los gustos de nuestros hijos no cuentan?

¿Qué pasa si en vez de pensar en esa fiesta, que sucede una vez al año, se trata del antojo de helado los fines de semana, o una taza de chocolate caliente en las noches frías, o la posibilidad de disfrutar un caramelo en la tarde de cualquier día? ¿Queremos quitarle a los niños el disfrute de lo dulce?

Los alimentos dulces que, por lo general, son ricos en calorías son un elemento muy importante en la vida de los niños. Esto se debe a dos cosas: una, que como seres humanos tenemos un gusto innato por lo dulce ya que el primer alimento que probamos es dulce (la leche materna). Dos, porque aportan parte de la energía que tanto necesitan para crecer y para desarrollar las múltiples funciones del organismo.

Los carbohidratos, grupo de nutrimentos a los que pertenece el azúcar común o de mesa (sacarosa), deben estar presentes en una dieta correcta y no se encuentran exclusivamente en los alimentos que son evidentemente dulces, también están en el pan, en algunas verduras, en la leche, en las tortillas, en los frijoles, etc.). Al formar parte de nuestra alimentación, es importante que sepamos cómo incluirlos de mejor manera, lo mismo para el azúcar.

Una de las razones por las que actualmente se le da mucha atención al azúcar es por la creciente cantidad de niños con sobrepeso y obesidad. Sin embargo, no hay suficientes estudios que evidencien de manera concluyente que el azúcar, por sí sola, sea la principal causante de esos padecimientos. Por el contrario, se sabe que esas enfermedades son multifactoriales. Entre las cuestiones que están relacionadas con ellas están: la pobreza, la inseguridad alimentaria, el sedentarismo, la educación alimentaria, la cultura y las costumbres, el estado emocional, e incluso la cantidad de dietas de régimen de control de peso que se realizan.

Aún así, se señala a la alimentación como el factor más importante en relación con estos padecimientos y, al azúcar como elemento esencialmente nocivo. 

El azúcar, los carbohidratos en general, no son la causa preponderante de la obesidad y el sobrepeso. Más bien, habría que pensar en el uso que se hace de ellos y de la energía (calorías) que la dieta proporciona en su conjunto. Lo que podemos decir ante la preocupación que hay frente al consumo excesivo de este nutrimento es que, una dieta desbalanceada que tenga exceso de cualquier nutrimento es desfavorable para la salud, ya que los nutrimentos (carbohidratos, grasas y proteínas) aportan energía. 

Si hay una condición existente de sobrepeso y obesidad en los niños, y por las razones expuestas del gusto por el sabor dulce, existe una alternativa a los endulzantes con calorías si un profesional de la salud emite una recomendación de que tu hijo o hija tiene que reducir su consumo: los edulcorantes no calóricos.

Endulzar sin calorías

Si la alimentación de un niño tiene un exceso de energía (calorías), es decir, está comiendo más energía de la que gasta y esto te lo dice su pediatra o un nutriólogo, existe la opción de disminuir esas calorías con ayuda de los edulcorantes no calóricos. Estos tienen un poder de endulzar muy potente (son mucho más dulces que el azúcar de mesa) pero sin aportar energía a los alimentos.

La mayor ventaja de estos edulcorantes es que no son nutritivos. “No nutritivo” no significa “malo”, sino que no aportan ningún nutrimento (ni proteínas, ni vitaminas, pero, sobre todo, sin carbohidratos… o sea, sin calorías). ¿Qué sí nos dan? ¡Sabor dulce! Por eso, también se han denominado sustitutos de azúcar.

Algunas de las cosas que hemos escuchado en los medios de comunicación es que los edulcorantes sin calorías no son tan buenos porque “aumentan la sensación de hambre y las ganas de comer” y “causan cáncer”. Esas afirmaciones no han sido comprobadas por la evidencia científica de alta calidad. ¿Por qué es importante tener esa confirmación de la ciencia? Porque los investigadores hacen análisis y monitorean el consumo de esos edulcorantes (tanto en animales como en seres humanos) y no han encontrado datos que justifiquen que les tengamos miedo. 

¿Qué han encontrado estos científicos? Una de las cosas que están probadas, hasta ahora, es que los edulcorantes sin calorías son seguros para el consumo humano, tanto para adultos, como para niños e incluso para mujeres embarazadas y en lactancia. Para asegurarnos de que no hay peligro con ellos, se determina un límite máximo recomendado de consumo. Este límite se llama IDA (ingesta diaria admisible) y se determina en una cantidad que está 100 veces por debajo de la que podría tener algún efecto adverso en la salud. 

¿Qué más? Que estos edulcorantes, por sí solos, no provocan la pérdida de peso. ¿Entonces? Lo que hacen es ayudar a reducir el consumo de calorías. En el Instituto Nacional de Pediatría de México se han hecho intervenciones en niños a quienes se les da un plan de alimentación que combina algunos alimentos reducidos o sin calorías, con otros en sus versiones normales y se han visto resultados positivos, sobre todo, en la adherencia que tienen a la dieta. O sea, es más fácil que los niños sigan el plan de alimentación que les conviene más, en términos de cantidad de calorías, si se incluyen algunos productos reducidos en azúcar, en los que se han usado los edulcorantes para la sustitución del azúcar. Los médicos señalan que esto se debe, en buena medida, a que no se les prohíbe el sabor dulce que ahora lo aportan los edulcorantes y no el azúcar. Usar edulcorantes en vez de azúcar puede reducir la cantidad de calorías que se consumen hasta en un 30%.

¿Cualquier edulcorante no calórico es recomendable para niños?

A pesar de que todos los edulcorantes sin calorías que podemos encontrar en los alimentos que compramos en las tiendas y aquellos que usamos en vez de azúcar de mesa están aprobados como seguros para el consumo humano, hay algunas cosas que debemos tener en cuenta.

  • La edad: ningún edulcorante sin calorías está oficialmente recomendado para niños menores de 2 años, debido a que ese rango de tiempo coincide con el periodo de lactancia materna (que debería ser exclusiva al menos los primeros 6 meses de vida) y con la alimentación complementaria que es cuando empiezan a probar alimentos conjuntamente con la leche materna. Además, en esa etapa se está conformando la microbiota y la aceptación de otros sabores además del dulce. 
  • La microbiota: esta es el conjunto de microorganismos que viven en nuestro cuerpo, especialmente en el intestino grueso, y que nos ayudan a tener una mejor salud, por la relación estrecha que tiene con nuestro sistema inmune. Algunos edulcorantes, como la sucralosa y la sacarina, parecen provocar una alteración en esos microorganismos. Sin embargo, aún no se sabe si esa afectación tiene consecuencias negativas en la salud. Ante la duda, se recomienda elegir otros edulcorantes, especialmente, para niños. 
  • En el caso del aspartame, la precaución que hay que tener es que hay personas que son alérgicas a uno de sus componentes, la fenilalanina, a esta condición se le conoce como fenilcetonuria.

¿Todos los edulcorantes son iguales?

No. Hay edulcorantes naturales y artificiales, hay unos con cero calorías y otros que aportan un poco (aún así, mucha menos cantidad que el azúcar). Cada edulcorante tiene un metabolismo diferente en nuestro cuerpo y algunos se desechan en la orina (acesulfame K, sacarina y estevia) y otros por las heces fecales. Otros, en cambio, se descomponen y se absorben como cualquier aminoácido (aspartame). 

En mujeres embarazadas solo hay dos que se ha demostrado que llegan al feto y pueden causar un bajo peso en el bebé al nacer; estos son la sucralosa y el ciclamato. El consumo de acesulfame K en esta etapa puede reducir la preferencia por el sabor dulce en los hijos. Por el momento, ninguno de estos dos datos está fuertemente confirmado, sino que se ha observado una asociación entre esos fenómenos (esto significa que no hay una causa establecida).

Edulcorantes en niños, ¿sí o no?

Es cierto que hacen falta más datos que vengan de estudios que nos den evidencia fuerte como para poder hacer conclusiones sobre el uso de edulcorantes no calóricos en niños. Pero, lo que se sabe hasta ahora es que los beneficios son mayores que los riesgos en el caso de niños con sobrepeso u obesidad. El punto principal, respecto de la alimentación de un niño, es brindarle una dieta correcta: variada, adecuada, suficiente, balanceada, inocua y completa. Los edulcorantes no calóricos pueden ser un aliado en caso de que haya un desbalance de calorías en la alimentación cotidiana del niño. Asimismo, en caso de ser prescrito por un profesional de salud, estos edulcorantes pueden ayudar a que un niño acepte mejor un régimen alimenticio específico sin hacerle renunciar a alimentos que le gustan. 

Los edulcorantes no calóricos, como ya lo mencionamos, son una herramienta para ayudar a mejorar los hábitos de alimentación que pueden aumentar la calidad de vida de los niños y mejorar su salud. Como siempre, recomendamos que, antes de empezar a usar los edulcorantes, se consulte a un experto en nutrición infantil para que dé una guía adecuada al niño en particular porque cada cuerpo es diferente y hay que respetar esa individualidad. No es necesario que lo dulce quede prohibido de la vida de un niño, simplemente, lograr una combinación adecuada de hábitos (alimentación, descanso, ejercicio, juego) que promuevan su salud.

Fuentes:

Karalexi MA, Mitrogiorgou M, Georgantzi GG, Papaevangelou V, Fessatou S. Non-Nutritive Sweeteners and Metabolic Health Outcomes in Children: A Systematic Review and Meta-Analysis. The J of Pediatrics 197: 128-133. https://doi.org10.1016/j.jpeds.2018.01.081

Laforest-Lapointe I, Becker AB, Mandhane PJ, Turvey SE, Moraes TJ, Searsk MR, Subbarao P, Sycuro LK, Azad MB, Arrieta MC. 2020. Maternal consumption of artificially sweetened beverages during pregnancy is associated with infant gut microbiota and metabolic modifications and increased infant body mass index. Gut Microbes 13(1): e1857513 (15 páginas) https://doi.org/10.1080/19490976.2020.1857513

Dr. Brian Cavagnari, Edulcorantes no calóricos en el control del peso corporal: ¿qué dice la evidencia?, en Jornadas de actualización técnico científicas en aplicaciones y efectos de edulcorantes no calóricos en alimentos, ILSI Norandino, evento en línea celebrado los días 8, 15, 22 y 29 de octubre de 2020, disponible en https://www.youtube.com/watch?v=zR_SmB554E0&t=137s

Dr. Samuel Durán Agüero, Edulcorantes en niños, mujeres embarazadas y durante la lactancia materna, en Jornadas de actualización técnico científicas en aplicaciones y efectos de edulcorantes no calóricos en alimentos, ILSI Norandino, evento en línea celebrado los días 8, 15, 22 y 29 de octubre de 2020, disponible en https://www.youtube.com/watch?v=zR_SmB554E0&t=137s

Dr. Julio Plaza Díaz, Investigación asociada al impacto de ENC sobre la microbiota, en Jornadas de actualización técnico científicas en aplicaciones y efectos de edulcorantes no calóricos en alimentos, ILSI Norandino, evento en línea celebrado los días 8, 15, 22 y 29 de octubre de 2020, disponible en https://www.youtube.com/watch?v=zR_SmB554E0&t=137s

LN. Lilia Mayrel Santiago Lagunes, Edulcorantes no calóricos. Importancia del dulzor y mejora del balance energético, 1er curso y foro de análisis sobre obesidad y enfermedades no transmisibles en la infancia y la adolescencia. Del conocimiento científico a la aplicabilidad clínica. Instituto Nacional de Pediatría. Asociación Médica del Instituto Nacional de Pediatría. Alianza por una Óptima Nutrición Materno Infantil. 12 y 13 de noviembre de 2020, CDMX, formato en línea. Coordinadores: Dr. Arturo Perea y Lic. Psic. Ana Lidia González, evento en línea, disponible en https://www.youtube.com/watch?v=fTZLrAA9fAs&ab_channel=AlianzaNutriciónMaternoInfantil

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