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Verduras y frutas en la infancia: ¿Cómo incrementar su consumo?

Dra. María del Rosario Ayala Moreno

Dra. Arely Vergara Castañeda

Química de Alimentos Larissa Cavazos Esquivel

Grupo de Investigación en Ciencias Básicas y Clínicas de la Salud

Dirección de Investigación, Universidad La Salle México

El consumo adecuado de verduras y frutas es fundamental para lograr una dieta correcta y completa. Cuando pensamos en una alimentación saludable es común tener presente a las frutas y verduras, coloridas, atractivas a la vista, ricas en nutrimentos de vital importancia y que añaden variedad, sabor y textura a nuestra dieta1

Los beneficios de su consumo son grandes y diversos, entre ellos está que aportan agua, vitaminas, minerales y fibra dietética; así como compuestos “bioactivos” (carotenoides, antocianinas, polifenoles)2 que tienen un efecto antioxidante y antiinflamatorio en nuestro organismo. Esto refuerza nuestro sistema inmune para combatir enfermedades infecciosas agudas, así como enfermedades crónico-degenerativas, asociadas al aumento del estrés oxidativo y la inflamación crónica, entre ellas la obesidad, hipertensión, diabetes, dislipidemias, enfermedades cardiovasculares e incluso algunos tipos de cáncer y desórdenes neurodegenerativos3,4,5

Otros beneficios se reconocen también en la salud gastrointestinal (estreñimiento, constipación, síndrome de colon irritable, enfermedad diverticular, cáncer colorrectal), enfermedad pulmonar obstructiva crónica, dermatitis, asma, entre otras6. Por ello, el consumo de frutas y verduras es ampliamente recomendado por Instancias Internacionales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que celebra este 2021 el año Internacional de las Frutas y las Verduras, como parte del esfuerzo por fomentar su consumo en beneficio de la salud1,7

Las frutas y verduras son partes de las plantas que tienen semillas, flores, hojas, tallos, brotes y raíces, pero no incluyen tubérculos ni raíces como la yuca, la papa, el camote y el ñame, ni leguminosas como el frijol, haba, lenteja1. Es importante considerar que se tiene mayor beneficio del consumo de frutas y verduras frescas o ligeramente procesadas, que conservan mejor sus propiedades físicas, químicas, sensoriales y nutricionales. Por ejemplo, se incluyen las frutas y hojas lavadas y desinfectadas para consumo, aquellas cortadas en rodajas, las ensaladas de verduras y frutas congeladas y secas1. En comparación, sus equivalentes procesados industrialmente pueden ser menos recomendables pues en ocasiones pueden contener menor aporte de fibra y cantidades elevadas de azúcar, por ejemplo, los jugos y néctares, frutas en almíbar o postres de fruta. Aunque esto no es así en todos los casos.

Si bien el consumo de frutas y verduras es recomendado para todos, los niños, niñas y adolescentes son poblaciones vulnerables porque demandan un aporte especial de macro y micronutrimentos necesarios para un crecimiento y desarrollo adecuados, por ello, existen recomendaciones especiales para ellos en particular. Por otra parte, la niñez es considerada un periodo crítico para la adopción de hábitos saludables, un momento crucial para que los menores aprendan a disfrutar del consumo de frutas y verduras en cantidades adecuadas, cuyo beneficio se refleje a largo plazo en un mejor estado de salud. 

El consumo de frutas y verduras en los menores, puede representar una ventaja en el aprendizaje de la buena alimentación, ya que su gran diversidad ayuda a tener mayor variedad en la dieta, favorecen la saciedad y ayuda a controlar el peso, en parte por su alto contenido de fibra, bajo aporte de energía y de azúcares –particularmente en el caso de las verduras-, además de mejorar las características sensoriales de los platillos o comidas en las que se incluyan, pues aportan color, olor, así como diferentes sabores y texturas8,9,10,11.

Se recomienda que la población pediátrica consuma mínimo 200 gramos al día de frutas y verduras. Esto, en niños de 1 a 3 años de edad es equivalente a consumir entre 1 y 2 tazas de fruta y/o verdura, y para niños de 4 a 8 años, de 1 a 2.5 tazas diariamente. Para niños mayores de 8 años y adolescentes, se sugiere un consumo de 1.5 a 4 tazas al día12,13

En México, los niños de edad preescolar y escolar muestran un bajo consumo, en especial de verduras. Solo el 22% de los escolares y el 43% de los niños en edad escolar consume de manera regular verduras y frutas14. Si bien, muchos factores pueden influir sobre este bajo consumo, la mayoría están asociados a la percepción de los padres o responsables de la alimentación del menor, destacando: la idea de que comprar frutas y verduras es costoso, que requieren más tiempo para su preparación, dificultad para la selección de los alimentos a pesar de que existe una amplia variedad de productos y el desconocimiento de las formas de preparación de platillos. Otras limitantes corresponden al comportamiento del menor: negarse a seleccionar o probar alimentos desconocidos o poco familiares e incluso no reconocer sus beneficios para la salud. Algunas estrategias que pueden incrementar el consumo de verduras y frutas se enlistan enseguida15,16,17,18.

Estrategias para fomentar el consumo de verduras y frutas durante la infancia

  1. Exposición repetida a alimentos nuevos o que no resulten tan agradables, al menos entre 7 a 14 veces.
  2. Evitar el uso de recompensas o castigos por su consumo, o su asociación con otros alimentos (golosinas, caramelos o postres).
  3. Modelado parental o de pares. Esto es “predicar con el ejemplo”, ya que los niños replican actitudes y hábitos de su entorno familiar, escolar y comunitario.
  4. Aumentar su consumo a partir del reconocimiento de sus beneficios nutricionales.
  5. Aprendizaje sabor-sabor: Ofrecer las verduras y frutas en preparaciones que permitan apreciar sus características, sabor y textura original, evitando el uso de condimentos, especias o “disfrazarlas” en las preparaciones.
  6. Adaptar los tiempos de comida: Servir verduras al principio como entrada o en forma de sopas, ofrecer varias opciones para que el niño elija qué consumir o servir una selección de verduras y frutas en porciones abundantes y suficientes.
  7. Incluir a los niños en el proceso de selección, compra y preparación de platillos que incluyan verduras y frutas. Cuando ellos se involucran es mayor la probabilidad de que los consuman.
  8. Si es posible, montar un pequeño huerto en casa para que se reconozca el origen de los alimentos.
  9. Buscar e intentar preparar las verduras y frutas usando diferentes técnicas culinarias.
  10. Mejorar los aspectos visuales de las frutas y verduras: presentación en formas agradables, divertidas o coloridas; permitirse ser creativos.

El consumo insuficiente de verduras y frutas es preocupante, en términos de salud pública, por su relación con el mantenimiento integral de la salud. Por ello, es necesario utilizar diferentes estrategias que pueden implementarse de manera individual o en conjunto para alentar a los niños a aumentar la cantidad y frecuencia de consumo de verduras y frutas en todas las formas disponibles. Esto contribuirá a mejorar este aspecto alimentario como parte de un estilo de vida saludable que, sin duda, impactará a corto y largo plazo en su salud. 

Referencias:

  1. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) 2020. Frutas y verduras – esenciales en tu dieta. Año Internacional de las Frutas y Verduras, 2021. Documento de antecedentes. Disponible en: https://doi.org/10.4060/cb2395es. Consultado el 10 marzo del 2021.
  2. Septembre-Malaterre A, Remize F, Pouchereta P (2018) Fruits and vegetables, as a source of nutritional compounds and phytochemicals: Changes in bioactive compounds during lactic fermentation. Food Res Int, 104:86-99. https://doi.org/10.1016/j.foodres.2017.09.031
  3. Tian Y, Su L, Wang J, Duan X, Jiang X (2017) Fruit and vegetable consumption and risk of the metabolic syndrome: a meta-analysis. Meta-Analysis Public Health Nutr, 21(4):756-765. doi: 10.1017/S136898001700310X.
  4. Lee M, Lim M, Kim J (2019) Fruit and vegetable consumption and the metabolic syndrome: a systematic review and dose-response meta-analysis. Meta-Analysis Br J Nutr, 122(7):723-733. doi: 10.1017/S000711451900165X. Epub 2019 Sep 13.
  5. Kumar Baidya B, Sethy P (2020) Importance of Fruits and Vegetables in Boosting our Immune System amid the COVID19. Food and Scientific Reports, 1(7):50-55. Disponible en: ttps://www.researchgate.net/publication/342916840. Consultado el 3 marzo del 2021.
  6. Dreher ML (2018) Whole Fruits and Fruit Fiber Emerging Health Effects. Nutrients, 10(12):1833. doi: 10.3390/nu10121833.
  7. Organización Mundial de la Salud (Estrategia mundial sobre régimen alimentario, actividad física y salud: Fomento del consumo mundial de frutas y verduras. Disponible en:  https://cutt.ly/1z8b863. Consultado el 5 marzo del 2021.
  8. Ledoux TA, Hingle MD, Baranowski T (2011) Relationship of fruit and vegetable intake with adiposity: a systematic review. Obes Rev, 12(5):e143-150. doi: 10.1111/j.1467-789X.2010.00786.x.
  9. Roe LS, Meengs JS, Birch LL, Rolls BJ (2013) Serving a variety of vegetables and fruit as a snack increased intake in preschool children. Am J Clin Nutr, 98(3):693–699. doi: 10.3945/ajcn.113.062901.
  10. You J, Choo J (2016) Adolescent Overweight and Obesity: Links to Socioeconomic Status and Fruit and Vegetable Intakes. Int J Environ Res Public Health, 13(3):307. doi: 10.3390/ijerph13030307.
  11. Hanson AJ, Kattelmann KK, McCormack LA, Zhou W, Brown ON, Horacek TM, Shelnutt KP, Kidd T, Opoku-Acheampong A, Franzen-Castle LD, Olfert MD, Colby SE (2019) Cooking and Meal Planning as Predictors of Fruit and Vegetable Intake and BMI in First-Year College Students. Int J Environ Res Public Health, 16(14):2462. doi: 10.3390/ijerph16142462.
  12. Gidding, S. S., Dennison, B. A., Birch, L. L., Daniels, S. R., Gillman, M. W., Lichtenstein, A. H., Rattay, K. T., Steinberger, J., Stettler, N., Van Horn, L., & American Heart Association (2006). Dietary recommendations for children and adolescents: a guide for practitioners. Pediatrics, 117(2), 544–559. https://doi.org/10.1542/peds.2005-2374
  13. Wallace, T. C., Bailey, R. L., Blumberg, J. B., Burton-Freeman, B., Chen, C. O., Crowe-White, K. M., Drewnowski, A., Hooshmand, S., Johnson, E., Lewis, R., Murray, R., Shapses, S. A., & Wang, D. D. (2020). Fruits, vegetables, and health: A comprehensive narrative, umbrella review of the science and recommendations for enhanced public policy to improve intake. Critical reviews in food science and nutrition, 60(13), 2174–2211. https://doi.org/10.1080/10408398.2019.1632258
  14. Instituto Nacional de Estadística y Geografía, Instituto Nacional de Salud Pública, Secretaría de Salud. Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018 Presentación de resultados.; 2019. https://ensanut.insp.mx/encuestas/ensanut2018/informes.php.
  15. Holley, C. E., Farrow, C., & Haycraft, E. (2017). A Systematic Review of Methods for Increasing Vegetable Consumption in Early Childhood. Current nutrition reports, 6(2), 157–170. https://doi.org/10.1007/s13668-017-0202-1
  16. Liu R. H. (2013). Health-promoting components of fruits and vegetables in the diet. Advances in nutrition (Bethesda, Md.), 4(3), 384S–92S. https://doi.org/10.3945/an.112.003517. 
  17. Nekitsing, C., Hetherington, M. M., & Blundell-Birtill, P. (2018). Developing Healthy Food Preferences in Preschool Children Through Taste Exposure, Sensory Learning, and Nutrition Education. Current obesity reports, 7(1), 60–67. https://doi.org/10.1007/s13679-018-0297-8.
  18. Savoie-Roskos, M. R., Wengreen, H., & Durward, C. (2017). Increasing Fruit and Vegetable Intake among Children and Youth through Gardening-Based Interventions: A Systematic Review. Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, 117(2), 240–250. https://doi.org/10.1016/j.jand.2016.10.014. 
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