Los endulzantes bajos o sin calorías son de esas cosas que mucha gente o ama u odia. Algunos encuentran en ellos una herramienta valiosa para controlar el peso y la cantidad de azúcar que consumen. Otros esperan que sea una fórmula mágica para perder peso.
Los endulzantes sin calorías no hacen magia. Si en el cine pides unas palomitas grandes de caramelo, nachos con queso, un chocolate y un refresco light, eso “light” no hace que desaparezcan las calorías de los otros alimentos.
¡Son lo mejor! ¡Son lo peor!
Cuando muchas personas se dan cuenta de que estos endulzantes no funcionan por arte de magia, se van al otro extremo y creen que son malos. Tan malos que los usas buscando bajar de peso y, en vez de eso, hacen que engordes más.
Entonces, el panorama es pésimo: porque se cree que a pesar de estar pidiendo bebidas light se sigue engordando. Si eso está pasándote, muy probablemente estás balanceando de manera incorrecta el resto de tus alimentos. Es decir, no es culpa de los edulcorantes light, sino de todo lo demás que comes.
Uno de los grandes problemas de los que se culpa a los endulzantes bajos o sin calorías (o edulcorantes no calóricos) es que, supuestamente aumentan el apetito. Recientemente han aparecido algunos estudios que apoyan esta idea.
No somos ratones ni moscas
Las conclusiones de estos estudios se basan en pruebas en ratones y moscas de la fruta. ¿Desde ahí te suena raro? Bueno, no lo es tanto: hacer estudios en estos animales nos permite tener modelos que podrían ser similares a lo que pasa en el cuerpo humano.
El inconveniente es que esos estudios, esos modelos, sólo se parecen a lo que podría pasar en nosotros. Es decir, no podemos asegurar que tal cual eso que sucedió en las moscas o ratones, va a pasar en nuestro cuerpo. Por eso se llaman modelos, y un modelo nunca va a ser exactamente como la realidad.
Los estudios con animales son útiles porque nos permiten aproximarnos a las reacciones que podríamos encontrar en nuestro organismo. Pero no son pruebas suficientes para afirmar que lo que observamos en esos análisis es, tal cual, lo que va a pasar en nosotros.
Por otro lado, hay muchos más estudios que afirman que los endulzantes sin calorías son seguros para nosotros en casi cualquier edad. Y que, además, son una herramienta muy útil en el control de calorías.
A final de cuentas, con la evidencia científica actual que tenemos, el beneficio de usar sustitutos de azúcar es mucho mayor que los riesgos que se les atribuye. En especial, por dos motivos:
1) Esos riesgos no han sido comprobados y las revisiones sobre edulcorantes sin calorías continúan.
2) El consumo elevado de calorías nos ha puesto en una situación de riesgo para nuestra salud. Cada vez más personas de todas las edades padecen obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares, relacionadas con dietas con un exceso de calorías.
Recuerda que no hay alimentos buenos ni malos, sino dietas correctas o incorrectas, y que las fórmulas mágicas no existen. Lo mejor es tener un estilo de vida adecuado a tus necesidades.
Fuentes:
http://www.sweeteners.org/category/38/benefits/49/benefits-in-weight-management#theory