La depresión es una enfermedad cada vez más frecuente y es una de las principales causas de discapacidad a nivel mundial. Además del tratamiento médico adecuado, ¿los omega-3 ayudan?
La depresión se considera la enfermedad mental más común. Se estima que para el 2020, será la segunda causa de discapacidad.
En México la depresión tiene una prevalencia del 7.9%, de acuerdo a la encuesta epidemiológica de salud mental en adultos revisada en 2010.
A pesar de elevada prevalencia de la enfermedad en la población, en México se estima que solo un 20% de los afectados buscan algún tipo de ayuda, y se calcula que aproximadamente tardan 14 años en llegar a un tratamiento especializado.
No es solo tristeza ni apatía
El impacto de la depresión sobre el funcionamiento social y laboral, la hacen colocarse a la par de las enfermedades crónico-degenerativas incapacitantes como la diabetes mellitus, la hipertensión arterial y la artritis reumatoide.
Para frenar y reducir el impacto de la depresión en la población han surgido diversos tratamientos, con resultados variados, desde el uso de antidepresivos hasta los cambios en estilo de vida que incluyan el ejercicio, evitar el estrés e incluso modificaciones en la dieta.
Dieta para sentirse mejor
Uno de los hallazgos más importantes es que los países que tienen menos índices de depresión son donde predomina el consumo de la dieta mediterránea. Esta dieta tiene un alto contenido de alimentos con omega-3, por ejemplo, en frutos secos, pescados de agua fría, aceite de oliva, etc.
En esta dieta están presentes, entre otros, dos tipos de ácidos grasos relevantes: 1) ácido alfa-linoleico (ALA) de fuente vegetal principalmente nueces, semillas y aceites de plantas; 2) ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA) de origen animal principalmente.
El omega-3, presente en el EPA, puede combatir la depresión, cuando se consume junto con el DHA porque tienen funciones estructurales de membrana a nivel neuronal y normalizan los neurotransmisores como dopamina y serotonina.
Desde hace 20 años existe evidencia acerca de la relación entre la deficiencia de omega 3 y los estados depresivos. Se ha identificado una deficiencia concreta de EPA con personas deprimidas confirmadas clínicamente.
Una gran variedad de estudios han examinado la eficacia antidepresiva de los suplementos de omega-3. En la mayoría de los resultados se muestra una mejoría de la sintomatología cuando se administran complementos nutrimentales con porcentaje de EPA superior al 60% en preparaciones de EPA + DHA, como complemento del fármaco antidepresivo.
El rango de dosis terapéutico identificado hasta el momento se encuentra entre 200 a 2,200mg/día de EPA + DHA. Además presentan beneficios en cuestión de seguridad farmacológica y buena tolerancia.
El efecto superior del EPA es atribuido a sus propiedades antiinflamatorias, así también influye de forma positiva en el sistema inmune. También se han identificado propiedades moleculares como: la mejora en la neurotransmisión de dopamina y serotonina, disminución del daño oxidativo, la modulación del funcionamiento mitocondrial y protección contra la toxicidad por apoptosis (un proceso de muerte celular natural en el organismo).
Al consumir pescados grasos como el salmón, la caballa y las sardinas, un mínimo de dos veces a la semana, es posible obtener cantidades suficientes de ácidos grasos omega-3 similares a las administradas por suplementos.
Es importante señalar que la administración de omega-3 no es eficaz como una terapia única ni tampoco es un sustituto de los antidepresivos. Se trata más bien de una herramienta auxiliar y complementaria a los psicofármacos.
Además de los beneficios mencionados de los omega-3 a nivel cerebral y nervioso, actúan manteniendo el corazón y la sangre saludable, manteniendo niveles bajos de colesterol y reduciendo las cifras de presión arterial. Lamentablemente el cuerpo es incapaz de sintetizarlos por lo que son considerados nutrimentos esenciales que solo se pueden obtener mediante la alimentación y, por lo tanto, el nivel y los beneficios de los mismos depende enteramente de nuestra dieta.
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