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El hígado graso es un padecimiento que afecta a las personas que tienen sobrepeso y que puede dañar al hígado. La combinación de probióticos y omega-3 puede ser un gran aliado.

El hígado graso o esteatosis hepática, es la acumulación de grasa en el hígado. Hay dos causas de esta enfermedad: una, el consumo excesivo de alcohol y dos, el sobrepeso. Cuando es consecuencia del sobrepeso, el hígado graso no presenta síntomas, pero puede provocar daño en ese órgano.

Algunos factores de riesgo para hígado graso son sobrepeso u obesidad, resistencia a la insulina, diabetes tipo 2, hipertensión, niveles altos de triglicéridos y colesterol.

Probióticos y omega 3

Investigaciones recientes muestran que puede haber un beneficio en consumir probióticos y omega 3, para las personas que tienen hígado graso o riesgo de desarrollarlo.

Uno de los estudios contó con 60 personas con sobrepeso, de entre 40-60 años. Fueron divididas en tres grupos; a uno se les suministró ácidos grasos omega 3, a otro probióticos VSL#3, y al tercero una combinación de ambos, durante 6 semanas.

Para registrar los efectos, se tomaron muestras de heces al principio y al final de la prueba. ¿Cuáles fueron los resultados? Las personas que tomaron solo probióticos presentaron una reducción significativa de los triglicéridos LDL y VLDL, del colesterol total y un aumento de HDL (el colesterol bueno).

Estos probióticos mejoraron la sensibilidad a la insulina y dieron niveles más bajos en la prueba de la proteína C reactiva, que es un indicador de riesgo de enfermedad cardiovascular y que resulta elevada cuando hay un proceso inflamatorio en el organismo. Además, impactó positivamente a la microbiota intestinal.

Quienes tomaron solamente ácidos grasos omega 3 mejoraron la sensibilidad a la insulina y el resultado de la proteína C reactiva.

En la mezcla está lo bueno

La combinación del probiótico VSL#3 más omega-3 aumentó todavía más el colesterol bueno, provocó una mejoría mayor sobre la sensibilidad a la insulina y dio mejores resultados a la prueba de la proteína C reactiva.

La mezcla del probiótico y los ácidos grasos omega-3 puede tener un efecto positivo sobre el metabolismo de los lípidos en nuestro organismo, reduciendo los procesos inflamatorios y la acumulación de grasas.

Esta combinación todavía necesita ser investigada más a fondo, pero por lo pronto, tenemos una buena pista que seguir en la prevención de las enfermedades derivadas de la obesidad y la diabetes.

La acumulación de lípidos en el cuerpo puede producir daños graves en el funcionamiento de órganos vitales, como el hígado. Además de tener una dieta equilibrada y actividad física diaria, algunos complementos pueden ser una herramienta que ayude a mejorar el funcionamiento de nuestro organismo.

Fuentes:

 

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