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Los probióticos se han convertido en un recurso importante para mejorar la salud. Cada vez encontramos más productos que los contienen porque sus propiedades traen beneficios importantes para el ser humano. Pero, no todos los probióticos son iguales y tener un control de calidad adecuado es importante.

Los probióticos tienen enormes beneficios en la salud, y se han hecho investigaciones para saber cómo pueden ayudar contra la obesidad, la diabetes e impulsar al sistema inmune. La cantidad de alimentos disponibles que son adicionados con probióticos es cada vez mayor, lo cual los hace accesibles para el consumo.

Pero es importante señalar que no todos los probióticos son iguales. Existen diferentes tipos o cepas, y cada una tiene funciones específicas. Dependiendo de los resultados que se quieran obtener con la ingestión de probióticos, es el tipo que se deben consumir.

El control de calidad de los probióticos

Un estudio realizado en la Universidad de California y la Universidad de Massachusetts en EE.UU., y en la Universidad de Módena y Reggio Emilia en Italia, mostraron que el control de calidad en la mayoría de los productos que contienen probióticos es deficiente.

La investigación, publicada en Pediatric Research, señala que muchos de los productos en el mercado no tienen la cepa de probióticos que declaran en el etiquetado. La explicación, probablemente sea que hay una confusión a la hora de identificar las cepas de probióticos.

Según los investigadores, existen dos cepas que se confunden entre sí, porque los métodos convencionales no las identifican fácilmente. Estas son: B. longum subsp. longum y B. longum subsp. Infantis, y ambas se derivan de la misma: Bifidobacterium longum (B. longum). La confusión se debe también a que las clasificaciones de las cepas se han modificado conforme ha aumentado la información que se tiene sobre los probióticos.

Para analizar los productos disponibles, que contienen probióticos, y acotando el estudio al mercado de California, los científicos utilizaron un método de bajo costo basado en rastreo de ADN (material genético).

De los productos que analizaron (16 diferentes), sólo en uno coincidía la cepa en el producto con lo que declaraba el etiquetado. Algunos de los productos tenían variaciones de lote a lote o incluso de pastilla a pastilla.

No todos los probióticos son iguales

En general, los probióticos, en todas las variedades que se conocen están catalogados como productos seguros para el consumo (GRAS por sus siglas en inglés), así que el consumidor no tiene peligro al tomarlos.

El problema con una mala clasificación de las cepas o con que el producto no contenga el tipo de probiótico que el consumidor necesita, es que la persona que los tome no va a recibir los beneficios que está buscando. Además, una mala clasificación puede crear confusiones entre los nutriólogos y médicos que recomienden los probióticos.

Por otro lado, si no se corrige la clasificación de los probióticos, las investigaciones que se hagan para averiguar más sobre sus beneficios y, posteriormente, promover su uso, se verán afectadas al no poder comprobar sus propiedades específicas.

Criterios para clasificar a los probióticos

Para establecer la clasificación de las cepas de probióticos se utilizan métodos in vitro e in vivo. Lo que se busca, al probar los diferentes tipos de probióticos, es que cumplan ciertos criterios para asegurar que esa cepa o combinación de cepas tengan beneficios para la salud.

Los criterios dependen de que los probióticos tengan las siguientes propiedades:

  • Adherencia
  • Estabilidad biliar
  • Estabilidad en medios ácidos
  • Viabilidad
  • Supervivencia en el proceso de obtención
  • Resistencia en el tracto digestivo e intestinal
  • Capacidad de colonización en el intestino
  • Inmunogenicidad

Todas estas características son las que muestran si una cepa es adecuada para el consumo, y su potencial de beneficios que traerán para la persona que los ingiera.

Por otro lado, hay que tener un control sobre el proceso industrial y las formas de almacenamiento por el que pasan los probióticos, ya que pueden alterar las propiedades de estos. Así que es necesario mantener un estricto control de estas etapas de la producción de probióticos para garantizar sus beneficios.

En el caso de la de adherencia, lo que se busca es que el probiótico pueda sobrevivir en la pared intestinal, ya que sin esa propiedad, el probiótico no puede colonizar el intestino, para reproducirse y multiplicar los beneficios para la salud, como el refuerzo al sistema inmune.

Por lo general, las pruebas in vivo son más efectivas, pero también más difíciles de realizar porque requiere analizar los probióticos dentro del cuerpo humano. Las pruebas in vitro también sirven para mostrar los beneficios de las cepas y se han logrado avances importantes utilizando cultivos en laboratorios a partir de muestras fecales y de mucosa intestinal.

El control de calidad es muy importante en cualquier producto, pero en el caso de los probióticos es fundamental porque, lejos de causar algún daño, la consecuencia de una mala calidad en este caso (que puede ser una clasificación confusa o equivocada de las cepas, o incluso que los productos no contengan el tipo de probiótico que la etiqueta dice), es que se concluya erróneamente que los probióticos no sirven y que nos perdamos de los beneficios que sus distintas cepas de hecho tienen.

Fuente: Z.T. Lewis (et al), “Validating bifidobacterial species and subspecies identity in commercial probiotic products”, Pediatric Research, doi:10.1038/pr.2015.244

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