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M en C. Adolfo Castañeda

Dra. Sandra O. Mendoza

Universidad Autónoma de Querétaro

El consumo de fibra dietaria es de gran importancia para la salud de los individuos. Algunos beneficios de la fibra es el crecimiento de la microbiota intestinal, reducción del nivel de glucosa en sangre, disminución del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y obesidad e incluso algunos tipos de cáncer. Pero, ¿qué es la fibra dietaria? 

El concepto de fibra dietaria ha evolucionado con el tiempo, acuñado por primera vez en la década de 1950 en la que se definió como “componentes de plantas que no pueden ser digeridos por las enzimas del ser humano”. Actualmente, una definición más completa de acuerdo con la Comisión del Códex Alimentario es: Carbohidratos con diez o más unidades monoméricas que no pueden ser hidrolizadas por las enzimas endógenas en el intestino delgado de los humanos.

Las frutas y vegetales son las principales fuentes de fibra dietaria con cantidades significativas de celulosa, hemicelulosa y pectina. Por su parte, algunos cereales y tubérculos poseen almidón resistente (no digerible); alcachofas y cebollas contienen fructanos tipo inulina que es considerada como prebiótico, es decir, un tipo de fibra dietaria que es selectivamente fermentada por la microbiota intestinal y que su crecimiento otorga beneficios a la salud del ser humano. Los fructanos son polisacáridos conformados por unidades repetidas de fructosa y pueden o no contener una molécula de glucosa. Una de las fuentes de fructanos que en los últimos años ha despertado el interés de los investigadores es el agave

México posee una gran biodiversidad de plantas del género Agave, ya que, de las 310 especies documentadas, 272 pueden ser encontradas en nuestro país. El agave tiene una gran importancia histórica, ya que hay evidencia de su utilización desde las civilizaciones mesoamericanas, que consumían estas plantas como alimento, bebidas, medicinas o durante rituales religiosos. Actualmente, el agave ha tenido un extensivo uso en la preparación de la tradicional bebida alcohólica mexicana, el tequila, que utiliza exclusivamente la especie Agave tequilana Weber var. azul. Algunos otros productos del agave son el mezcal, la raicilla y el pulque.

Debido a la gran cantidad de azúcares y polisacáridos que poseen, en los últimos años algunas especies de agave se han utilizado para la producción de fructanos y de fructooligosacáridos (fructanos de bajo peso molecular) como nueva fuente de fibra dietaria con actividad prebiótica. Los fructanos de agave, conocidos como “agavinas”, poseen una estructura química particularmente compleja en comparación con fructanos de otras fuentes. Esta característica ha llevado a investigar más sobre sus propiedades nutricionales y funcionales. 

En algunos estudios se ha demostrado la capacidad prebiótica de las agavinas al promover el crecimiento de microorganismos como Bifidobacteria Lactobacilli, aumentando la producción de ácidos grasos de cadena corta e impactando directamente en la salud intestinal. Además de sus efectos benéficos a la salud, las agavinas poseen características funcionales de interés en la industria de alimentos. 

Se ha investigado la incorporación de agavinas como sustituto de grasa en matrices alimentarias como galletas, helados y yogurts, demostrando que no cambian sus propiedades de textura, formulando así productos reducidos en grasa con características similares al original. Otro uso de las agavinas es como emulsionante, estabilizante y edulcorante bajo en calorías (principalmente los fructooligosacáridos). Comercialmente se puede adquirir como “inulina de agave”. 

No obstante, se debe tener cuidado con el consumo de fructanos de agave como fibra suplementada, ya que en exceso puede provocar una gran producción de gases y malestares intestinales. 

Más recientemente, las investigaciones en torno a los fructanos de agave se han enfocado en el desarrollo de sistemas de acarreamiento de compuestos bioactivos o sistemas encapsulantes, como algunos antioxidantes o vitaminas. De esta manera se aprovechan los beneficios de ambos, tanto de las agavinas como del compuesto encapsulado. Se ha investigado también la modificación química de agavinas para mejorar sus propiedades fisicoquímicas y diversificar sus aplicaciones, por ejemplo, en la formación de hidrogeles o nanoestructuras como sistemas de encapsulación. 

Bibliografía:

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