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El tema de los alimentos modificados genéticamente ha generado una de las controversias más grandes, tanto en la ciencia como en la opinión pública. Mucha de la información que circula al respecto es imprecisa y ha creado mitos que hacen que la gente desconfíe de esos productos. ¿Conoces el proceso de evaluación de estos alimentos?

Desde hace años, una de las partes más delicadas y controversiales del debate sobre los alimentos u organismos modificados genéticamente (OMG) es si son seguros para el consumo humano o no.

Todos los productos destinados a consumo humano son sometidos a rigurosos procesos de análisis para garantizar que son inocuos. Una vez que el producto pasa esas pruebas, es sometido a la aprobación de las legislaciones internacionales que se encargan de evaluar y autorizar la salida al mercado de dichos productos.

El caso de los OMG no es distinto. Incluso, estos productos son sometidos a pruebas aún más rigurosas que los alimentos producidos de manera convencional. Además de la forma de producción de los alimentos, se evalúa las consecuencias o riesgos potenciales que un alimento podría tener y las condiciones en que ese riesgo se podría manifestar (por ejemplo, alérgenos, condiciones de almacenamiento o transportación, etc.). A la par, se establece una dosis de ingestión diaria recomendada para algunos alimentos, dependiendo del grado de toxicidad que podrían tener.

¿Qué son los OMG?

Los organismos modificados genéticamente son el resultado de la combinación de una especie con otra, con el fin de obtener un producto mucho mejor en términos de su resistencia a climas extremos, plagas, o bien con una propiedad extra que los hacen más nutritivos.

Este proceso de fortalecimiento de los alimentos ha sido utilizado durante muchos años, la diferencia es que con los métodos actuales, los avances y la producción son mucho más rápidos. Es decir, lo que tomaba generaciones lograr, se obtiene en meses.

¿Cómo se hacen?

Los OMG son desarrollados en condiciones controladas donde se pueden imitar las situaciones a las que se enfrentarán en el medio ambiente. Entonces, los científicos toman una planta y hacen un injerto de genes de otra planta o de un microorganismo. Esta combinación hará una nueva versión de la planta.

¿Te has dado cuenta de que cuando partes una manzana no se pone café sino hasta después de un rato? Bueno, eso se logró con una modificación genética. Otro logro ha sido la producción de papas que sean más resistentes al proceso de transportación desde el campo hasta que las compras en un mercado.

Estas ventajas pueden parecer no tan importantes, pero el terreno de la ingeniería genética y la biotecnología ha tenido victorias muy relevantes. El mejor ejemplo quizá sea la producción del arroz dorado, que está enriquecido con beta carotenos que son muy importantes para la salud de la vista. Este tipo de alimentos podrían resolver problemas de mal nutrición muy severos o de escasez de comida.

¿Los transgénicos son tan seguros como los alimentos convencionales?

Los organismos internacionales dedicados a investigar y garantizar la seguridad de los alimentos que consumimos son la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y la OMS (Organización Mundial de la Salud). En algunos casos se apoyan en otros organismos como la FDA (Food and Drug Administration, de EE.UU.).

Estas instituciones desarrollaron una metodología para evaluar la seguridad de los OMG y de sus ingredientes, llamada “equivalencia sustancial”. Los expertos en inocuidad de alimentos enfocan esta estrategia práctica de evaluación en los productos más que en la forma en que fueron obtenidos.

La equivalencia sustancial se basa en el principio de que “el ADN de todos los organismos vivos es estructuralmente similar. Por esta razón, la presencia de ADN transferido en los productos en sí, no causa ningún impacto en la salud del consumidor”, señaló la FAO a principios de los 90s.

Como parte de la evaluación de los OMG, se incluye una lista de las características moleculares y de las modificaciones genéticas hechas al organismo (vegetal, en este caso), sus características agronómicas, nutrimentales y toxicológicas.

Esto significa que si los OMG tienen la misma composición que sus pares producidos de forma convencional, se asume que son igual de seguros para el consumo. Y, por lo tanto, pueden ser sometidos a los mismos procesos de evaluación.

En caso de que el OMG tenga una característica diferente, como por ejemplo, un contenido mayor de vitaminas, deberá ser sometido a un proceso de evaluación adicional para garantizar que esa característica extra no implique riesgos para la salud.

La decisión del consumidor

La polémica, y los miedos que ésta ha generado, sobre los OMG ha llevado a que algunos órganos de regulación de alimentos exijan a los productores que los alimentos que contengan algún ingrediente OMG, sea especificado en la etiqueta del producto.

La intención de esto, es que la decisión sobre lo que se consume sea de cada persona, y que el consumidor tenga información sobre los alimentos que come. La alternativa a los productos con OMG es buscar en el etiquetado la especificación que diga que el producto es 100% orgánico.

Hasta ahora, no hay evidencia científica fuerte que demuestre que los OMG son dañinos o tóxicos para la salud. De cualquier manera, las investigaciones sobre los alimentos en general, convencionales o modificados, continúa para poder actualizar las recomendaciones de consumo.

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