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Dr. Guillermo José Tuirán Gutiérrez

Dra. Janeth Margarita Ventura 

Unversidad Autónoma de Coahuila

Las caries son el tipo de enfermedad de salud bucal más prevalente en el mundo, la mala atención de estas puede llevar a la pérdida de la dentadura [1]. Una de las edades más importantes para la vigilancia de la salud bucal son los 3 años. En este momento los niños tienen todos sus dientes de leche (dientes primarios o temporales), por lo tanto, se debe poner atención especial en la alimentación y la higiene bucal, ya que es cuando aprenderán la técnica de lavado de dientes que mantendrán la mayor parte de su vida adulta. En esta etapa, los infantes requieren el apoyo de los padres para adquirir hábitos adecaudos de higinie bucal [2].

¿Qué pasa con las caries en México?

En México, seis de cada diez niños de entre 2 a 4 años y siete de cada diez de entre 5 a 9 años tienen caries dental en dentición primaria, mientras que 6 de cada 10 niños de entre 10 a 14 años presentan caries en la dentición permanente. Para los adultos la prevalencia es más severa, pues 9 de cada 10 mexicanos presenta este problema dental [3]. Los últimos datos reportados por la Secretaría de Salud en México indican que siete u ocho de cada diez niños mexicanos de 6 años presentan caries, pero sin pérdida de dientes. Por el contrario, en la población adulta, entre más edad mayor es el riesgo de perder piezas de la dentadura por las caries; los adultos de entre 35 y 44 años presentaron un promedio de 2.2 dientes perdidos, mientras que para los adultos mayores de 65 a 74 años el promedio de dientes perdidos fue de 9.5 [4].

¿Qué son las caries y qué las genera?

Las caries se forman cuando una gran cantidad microrganismos (placa bacteriana) se acumula sobre los dientes; las bacterias generan ácidos (acidogénicas) sobre la superficie del diente y fermentan los azúcares libres (como glucosa, sacarosa, maltosa, fructosa) de los alimentos y bebidas para convertirlos en ácido láctico que, con el tiempo, destruye el esmalte y la dentina, haciendo un diente frágil que se rompe. Es decir, las caries son agujeros en los dientes que se provocan cuando las bacterias convierten el azúcar de la comida en ácido [1]. Las placas son provocadas por bacterias como Streptococcus mutans [5] que, además de fermentar la glucosa, produce una cápsula de glucano (polímero de azúcares) que le sirve como una especie de pegamento por lo cual se adhiere a los dientes, en donde sigue “comiendo” glucosa, generando más ácido. Otro mecanismo de S. mutans es incorporar ácidos grasos insaturados en  su membrana plasmática para restaurar el ambiente ácido generado [6].

Desde los años 20 se ha creído que esta bacteria tiene un papel único en el desarrollo de las caries, sin embargo, actualmente, mediante el uso de técnicas de estudio del material genético a través de datos metatranscriptómicos, se sabe que el ecosistema microbiano es diverso, pues además de S. mutans, existen otras bacterias presentes como Lactobacillus gasseri, Rothia, Leptotrichia, S. sanguinis, Atopobium, Schlegella, Pseudoramibacter, Veillonella alcalenses (que puede producir ácido a través de reducción de nitrato), Streptococcus gordonii (modula la formación de placa) y la levadura Candida albicans (influencia la resistencia a antibióticos) [7]. Estos microorganismos y otros más pueden encontrase en la dentina, el esmalte y la saliva. La formación de los hoyos (cavidades) en los dientes es un proceso patológico lento, se requiere de semanas o años para que el ácido cause daños permanentes [8]. 

La primera medida para prevenir las caries es mantener un nivel bajo y permanente de flúor en la boca (cavidad bucal). El flúor se puede administrar en los alimentos como agua, sal y leche, entre otros. Además, se recomienda cepillar los dientes 2 de las 3 veces sugeridas al día con un dentífrico fluorado que contenga entre 1000 y 1500ppm de este compuesto químico [9].

Otra medida propuesta por la Organización Mundial de la Salud para cumplir los objetivos globales de desarrollo sustentable (ODS) de la agenda 2030, además del uso de flúor, es cuidar el consumo de azúcares en la dieta. En particular se debe poner atención en los alimentos azucarados que consumen los niños; este tema va acompañado de políticas complementarias en materia de comercialización, promoción y reformulación de alimentos [1].

¿Qué función tiene los edulcorantes no calóricos para prevenir las caries?

Los edulcorantes son sustancias que confieren sabor dulce a los alimentos, este tema es controversial y polémico, pero para fines prácticos usaremos la información del Codex Alimentarius. Los edulcorantes pueden dividirse en: a) naturales y sintéticos, y b) nutritivos (con calorías) o no nutritivos (sin calorías). Entre los nutritivos y naturales están la miel, la sacarosa que encontramos como azúcar de caña, el jarabe de arce, jarabe de palma, azúcar glass, azúcar morena, azúcar blanca, dextrosa, lactosa, fructosa.  Mientras que en los no nutritivos encontramos la sucralosa, acesulfame, alitame, aspartamo, ciclamatos, manitol, neotamo, sacarinas y los glucósidos de esteviol (estevia), estos últimos son muy buscados por los consumidores por ser extraídos de una fuente natural. 

El uso de los edulcorantes es seguro, para saber en qué tipo de alimentos y las cantidades que podemos agregar se puede consultar la norma general para los aditivos alimentarios del Codex [10]. La mayoría de los edulcorantes no nutritivos, además de ser sustancias no cariogénicas [11], tienen un poder endulzante mayor al azúcar de mesa. Es decir, endulzan más con menos cantidad, lo cual ayuda a la economía del hogar.

Una manera de consumir menos azúcar libre en los alimentos (nativos o agregados) es usando edulcorantes no calóricos; a estos cambios le llamamos reformular la composición de los alimentos. Como vimos anteriormente, Streptococcus mutans puede convertir los azúcares en ácido láctico, es decir, cuando preparamos unas galletas, panes o bebidas podemos cambiar el azúcar de mesa por glucósidos de esteviol, sucralosa o el edulcorante no calórico que se prefiera, para disminuir la cantidad de azúcar disponible para las bacterias acidogénicas que habitan en la boca. Algunas recomendaciones para reducir caries con el uso de edulcorantes no calóricos son:

  1. Cambiar o reducir en medida de lo posible el azúcar de mesa por edulcorantes no calóricos.
  2. En caso de los jugos naturales preparados en casa o los jugos preenvasados, se pueden rebajar con agua simple y endulzar con edulcorantes no calóricos.
  3. Endulzar las frutas o preparar los dulces y postres con edulcorantes no calóricos.
  4. Revisar en las etiquetas de los alimentos que la lista ingredientes incluya edulcorantes no calóricos.
  5. Revisar en las etiquetas la información nutrimental, comparar las marcas y elegir aquellas que contengan la menor cantidad de azúcares. En la información nutrimental aparecen carbohidratos, fibra y azúcares; para fines de prevenir caries se revisan los azúcares.
  6. Moderar el consumo de productos que naturalmente tienen azúcar como miel, jugos naturales, leche, yogur, dulces y golosinas, o consumir aquellos que tengan edulcorantes no nutritivos.

Hablemos claro: consumir azúcar no es ni bueno ni malo, recuerda que la primera estrategia para prevenir caries es lavarse los dientes y administrar flúor (agua, alimentos y dentífricos). La reformulación de alimentos y la toma de decisiones la hace el consumidor y es a través de la educación alimentaria como se logra la conciencia y se apoya al consumidor a cuidar su salud. Comer azúcar de manera moderada es parte de los placeres de esta vida, pero la moderación y las elecciones son de cada persona.   

Bibliografía:

OMS, «Salud Bucodental,» 2018. [En línea]. Available: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/oral-health. [Último acceso: 10 Marzo 2020].
S. d. Salud, «Resultados de Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Patologías Bucales (SIVEPAB) 2015,» 2015. [En línea]. Available: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/212323/SIVEPAB-2015.pdf. [Último acceso: 10 marzo 2020].
S. d. Salud, «Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Patologías Bucales, 10 años vigilando la salud bucal de los mexicanos.,» 2015. [En línea]. Available: http://www.cenaprece.salud.gob.mx/programas/interior/saludbucal/descargas/pdf/10Anos_SIVEPAB.pdf [Último acceso: 10 Marzo 2020].
S. d. Salud, «Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Patologías Bucales,» 2020. [En línea]. Available: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/525756/20200116_archivo_SIVEPAB-18_1nov19_1_.pdf. [Último acceso: 10 Marzo 2020].
C. Wu, C. Lin, C. Wu, W. Peng, M. Lee y Y. Tsai, «Inhibitory effect of Lactobacillus salivarius on Streptococcus mutans biofilm formation,» Molecular Oral and Microbiology, vol. 30, pp. 16-26, 2015.
J. Baker, R. Faustoferri y R. Quivey, «Acid-adaptive mechanisms of Streptococcus mutans–the more we know, the more we don’t,» Molecular oral microbiology, vol. 32, nº 2, pp. 107-117, 2017.
A. Simón-Soro y A. Mira, «Solving the etiology of dental caries,» Trends in Microbiology, vol. 23, nº 2, pp. 76-82, 2015.
W. Bowen, « Dental caries – not just holes in teeth!,» Molecular Oral and Micribiology, vol. 31, pp. 228-233, 2016.
D. O'Mullane, J. S. Baez RJ, L. MA, P. PE, R.-G. AJ, W. H y W. GM., «Fluoride and Oral Health.,» Community Dent Health, vol. 33, nº 2, pp. 96-99, 2016.
Codex-Alimentarius, «NORMA GENERAL PARA LOS ADITIVOS ALIMENTARIOS- CODEX STAN 192-1995,» FAO-OMS, 2018.
J. Ganter, E. Hellwig, S. Doerken y Al-Ahmad, «In vitro evaluation of the cariogenic potential of rebaudioside A compared to sucrose and xylitol.,» Clinical Oral Investigation, vol. 24, pp. 113-122, 2020.
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