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A medida que la población humana crece, se vuelve más importante moderar nuestros niveles de consumo de recursos, cada vez más escasos. Los seres humanos consumimos actualmente al menos el 40% del potencial de la productividad terrestre y un 30% del terreno de la Tierra es utilizado para pastura y alimentación del ganado. Las reservas de alimentos son las más bajas en 40 años. Sin embargo, por la creciente población, que las Naciones Unidas (ONU) espera que aumente a más de 9 mil millones para el año 2050, la demanda de alimentos se incrementará dramáticamente en las próximas décadas.

El cambio climático, la reducción de la productividad de las tierras agrícolas, la pesca excesiva, la disminución de los recursos de agua dulce, la contaminación por fertilizantes y pesticidas y una serie de otros factores hacen que este aumento de la población ponga una carga desproporcionada para el planeta. Algo tiene que cambiar.

Existe una alternativa posible literalmente delante de nuestras narices, así como por debajo de nuestros pies y alrededor de nosotros: los insectos. Aunque la mayoría de los occidentales a menudo le dan la espalda a la idea de comerse a esas pequeñas criaturas de seis patas, estos animales tienen numerosos atributos que los hace atractivas fuentes de alimentación, altamente nutritivos y sustentables. De hecho dos de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU (erradicar la pobreza extrema y el hambre, y la reducción de las tasas de mortalidad infantil) puede ser abordado directamente por la expansión del consumo de insectos comestibles.

Comida saludable, medio ambiente saludable

Los animales, incluyendo insectos, son fuentes únicas de numerosos nutrimentos necesarios, tales como los ocho aminoácidos esenciales, vitamina B12, riboflavina, la forma biológicamente activa de la vitamina A y varios minerales. (Ver tabla a continuación.) Los insectos son particularmente altos en proteínas, con niveles comparables a la carne y la leche. Los grillos de casa, por ejemplo, contienen aproximadamente 21g de proteína por cada 100g de grillos, mientras que la carne molida contiene cerca de 26g por cada 100gde carne, y la leche entera en polvo contiene aproximadamente 26g de proteína por cada 100g. Los insectos también son particularmente ricos en grasa y pueden suministrar así un aporte calórico elevado a la dieta humana, especialmente en las zonas afectadas por el hambre del mundo.

Comer insectos en lugar de ganado también es bueno para el medio ambiente. Los insectos pueden ser producidos de manera más sustentable y con una huella ecológica mucho más pequeña que el ganado vertebrado. Ellos son más eficientes en la transformación de una amplia variedad de materia orgánica en masa corporal comestible. Por ejemplo, las vacas consumen 8g de pienso para obtener 1g de peso, mientras que los insectos pueden requerir menos de 2g de pienso para el mismo aumento de peso (Science, 327:811, 2010). Esto es en parte debido al hecho de que los insectos son poiquilotermos o de “sangre fría”, y por lo tanto utilizan menos energía para mantener la temperatura corporal. Esta eficiencia reduce la cantidad de alimento necesario para generar la misma cantidad de “carne”, además se reduciría la cantidad de agua utilizada para el riego, la superficie de tierra dedicada a la producción de alimentos para el ganado y el uso de pesticidas que pueden ser costosos, perjudiciales para el medio ambiente y suponen un riesgo para la salud humana.

Muchos insectos, como moscas, grillos, saltamontes y escarabajos, pueden consumir los residuos o plantas que los humanos y el ganado agrícola tradicional no puede. Al convertir la biomasa que no es consumible por los seres humanos en masa de insectos comestibles, los insectos no compiten con la alimentación humana, como sí lo hacen los animales vertebrados como las vacas y los pollos que se alimentan principalmente de trigo y maíz.

Los insectos también son fáciles de cultivar en grandes cantidades utilizando muy poco espacio. En comparación con muchos otros animales los insectos tienen sustancialmente mayor fecundidad (se reproducen más prolíficamente) y vidas más cortas, por lo que se pueden cultivar rápidamente. Por ejemplo, los grillos de casa pueden poner 1.200-1.500 huevos en un periodo de 3 a 4 semanas, mientras que el ganado vacuno requiere unos cuatro animales de cría para cada animal comercializado. Los insectos también usan mucho menos agua que los animales vertebrados ya que obtienen la hidratación directa de los alimentos. Por último, los insectos emiten bajos niveles de gases de efecto invernadero, lo cual representa otra ventaja sobre las vacas.

Contenido nutricional de los insectos comparado con la res y la leche

Proteína
(g/kg)
Grasa
(g/kg)
Calorías
(g/kg)
Tiamina
(g/kg)
Riboflavina
(g/mg)
Mosca soldado negra (larva) 175 140 1,994 7.7 16.2
Grillo de casa (adulto) 205 68 1,402 0.4 34.1
Res 256 187 2,776 0.5 1.8
Leche entera 265 268 4,982 2.6 14.8

Datos obtenidos de (Finke, 2012), (Finke, 2002), the USDA National Nutrient Database for Standard Reference, y el diario “US Export Council”

Un buffet de insectos

Los insectos constituyen el grupo más grande y diverso de organismos en la Tierra, con más de 1 millón de especies descritas y 4-30 millones de especies estimadas, que viven en cada lugar habitado por los seres humanos y más allá (Nat. Prod. Rep., 27:1737-57, 2010). Esta diversidad brinda una apuesta más certera para el futuro de la seguridad alimentaria que los animales vertebrados, como el ganado vacuno, aves o incluso de pescado, que son cada vez más susceptibles a las enfermedades y sobreexplotadas en la naturaleza. Debido a que hay insectos de una especie en casi cada pedazo de tierra en el planeta, es muy probable que algunas especies locales de cada área puedan ser capturadas o criadas como alimento humano sin transporte de especies no nativas a la zona. La FAO estima que ya hay más de 1.400 especies de insectos comestibles que son consumidas actualmente por las personas, otras estimaciones sitúan esa cifra a más de 2,000.

Cuando se trata de la producción de alimentos elaborados a partir de los insectos, no hay límite. Una vez que las tecnologías se hayan desarrollado para producir ingredientes de alimentos basados en insectos, podrán ser incorporados en numerosos artículos de consumo como sustitutos de carne y los productos secos fortificados con proteína, incluyendo cereales, barras y botanas. Ya existe un mercado creciente de productos alimenticios a base de insectos en todo el mundo. Algunos restaurantes de Estados Unidos, en particular los de cocina asiática y latinoamericana, están ofreciendo, cada vez más, insectos en sus menús, mientras que la gastronomía mexicana es un ejemplo en el uso de algunos insectos comestibles. Además, la biomasa de los insectos puede tener potencial para los productos de alto valor, tales como aditivos alimentarios, suplementos nutricionales, antimicrobianos, biomateriales y más (Nat. Prod. Rep., 27:1737-57, 2010). Los productos hechos de quitina de los exoesqueletos de los insectos que sobran después del procesamiento de alimentos, pueden llegar a ser un recurso muy valioso, posiblemente generando suficientes ingresos para subsidiar la industria de alimentos a base de insectos.

En resumen, los insectos tienen un gran potencial para contribuir a la seguridad alimentaria global. Presentan una importante oportunidad para ofrecer nutrientes de origen animal, en particular para los países en desarrollo. El potencial de los insectos para contribuir al bienestar humano y la sustentabilidad está aminorado solo por la increíble diversidad y adaptabilidad demostrada por estas magníficas criaturas en la naturaleza.

Fuente: Aaron T. Dossey es un bioquímico, entomólogo dedicado a las aplicaciones basadas en insectos, incluidas los alimentos a base de insectos.www.the-scientist.com

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