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Dra. Ruth Pedroza Islas
Ingeniería de Alimentos
Universidad Iberoamericana

Muchas han sido las voces en contra y a favor del uso de los sustitutos de azúcar y también muchos los mitos alrededor de estos edulcorantes. Quizá valga la pena citar una frase de Voltaire, escritor, historiador y filósofo francés del siglo XVII: “La ignorancia afirma o niega; la ciencia duda”.

Este es el curso de acción que la Ciencia ha mantenido hasta nuestros días, por ello, para que un aditivo sea aprobado para su uso en los alimentos, es necesario que pase por pruebas rigurosas donde se demuestre su seguridad de consumo. Aun habiendo alcanzado la aprobación, la Ciencia sigue dudando y se mantiene atenta a nuevos hallazgos y vuelve a someter a consideración cualquier sustancia sobre la que exista alguna duda razonable. El caso de los edulcorantes no es la excepción.

Los científicos de la Academia de Nutrición y Dietética (AND) de los Estados Unidos de Norteamérica han manifestado que los consumidores pueden disfrutar con seguridad de un rango de edulcorantes nutritivos (que aportan calorías) y no nutritivos (que no aportan calorías), cuando se consumen dentro de un plan de alimentación que está guiado por las recomendaciones de nutrición federales, como la Guía Dietaria para los Americanos y las Ingestas Dietéticas de Referencia, así como por sus preferencias personales.

La AND señala que la preferencia por el sabor dulce es innata y que los endulzantes o edulcorantes pueden incrementar el placer de comer. El uso de los edulcorantes no calóricos se encuentra regulado por la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos, como aditivos alimentarios generalmente reconocidos como seguros.

Cabe mencionar que también la Autoridad Europea (EFSA: European Food Safety Authority) ha aprobado a los edulcorantes para su uso en los alimentos. Esta organización mantiene un programa de reevaluación periódica de aditivos y permanentemente analiza la información que en el mundo científico se genera acerca de ellos, entre los que figuran los edulcorantes.

Por su parte, en México científicos de 22 instituciones (Asociaciones científicas, Institutos y Hospitales) han manifestado en consenso que ciertos alimentos, como las bebidas que contienen edulcorantes no calóricos pueden formar parte de una dieta correcta.

Sostienen que entre los beneficios de contar con edulcorantes no calóricos se encuentran la disponibilidad de productos dietéticos, la reducción del valor energético del alimento, la provisión de un bajo índice glucémico, entre otros. Aclaran también que no hay contraindicaciones para el uso en adultos mayores, en el embarazo, ni en niños y adolescentes siempre y cuando se cuiden sus necesidades nutricionales básicas.

En este consenso se manifiesta además la importancia de seguir atentos a la información científica relacionada con aspectos divergentes sobre el uso de edulcorantes no calóricos.

Fuentes:

  • Position of the Academy of Nutrition and Dietetics: Use of Nutritive and Nonnutritive Sweeteners. Journal of the Academy Of Nutrition and Dietetics, 2012; doi: 10.1016/j.jand.2012.03.009.
  • González Chávez, A. (Coord.), (2013), “Posición de consenso sobre las bebidas con edulcorantes no calóricos y su relación con la salud”, Revista Mexicana de Cardiología 24 (2): 55-68.
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