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Dr. Alonso Romo Romo

Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición

“Salvador Zubirán”

De acuerdo con la Federación Internacional de Diabetes se estima que 1 de cada 10 adultos a nivel mundial tienen diabetes, por lo que existen alrededor de 537 millones de personas viviendo con diabetes actualmente, y se predice que este número ascenderá a 784 millones para el año 2045 (1). La diabetes representa un problema de salud pública en el mundo y México es uno de los países con las más altas prevalencias, siendo del 15.7% en el 2020 (2).

Debido a esto, es importante realizar un escrutinio oportuno que permita identificar la presencia de diabetes o prediabetes en población de riesgo. Las guías de la Asociación Americana de Diabetes (ADA, por sus siglas en inglés), establecen que todas las personas con sobrepeso u obesidad que presenten uno o más de los siguientes factores, deberán de realizarse tamizaje de diagnóstico para diabetes o prediabetes: 

  • Familiares de primer grado con diabetes 
  • Raza o etnia de alto riesgo 
  • Historia de enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, colesterol HDL <35 mg/dL y/o triglicéridos >250 mg/dL
  • Mujeres con síndrome de ovario poliquístico
  • Sedentarismo u otras condiciones clínicas asociadas a resistencia a la insulina como obesidad grave o acantosis nigricans (3)

Otras poblaciones de riesgo en las que debe de hacerse tamizaje son a las mujeres con antecedentes de diabetes gestacional (monitorearse cada 3 años si las pruebas salen normales), personas que viven con VIH (virus de la inmunodeficiencia humana); o bien, personas con diagnóstico de prediabetes (deben de monitorearse cada año). Para los individuos que no cumplan con ninguna de las características anteriormente mencionadas, el tamizaje debe de hacerse aún así a partir de los 35 años (la ADA recomienda realizarlo cada vez a edades más tempranas) (3).

Existen diferentes herramientas que se han estudiado y que se ha reconocido que tienen un impacto significativo en la prevención de la diabetes (4–7). La alimentación es una de ellas, ya que diferentes patrones de alimentación saludables han demostrado que pueden disminuir el riesgo de presentar diabetes, tales como la dieta Mediterránea, las dietas bajas en carbohidratos, las dietas basadas en plantas, y la dieta DASH (enfoques dietéticos para detener la hipertensión). Inclusive, en el estudio DPP (Programa de Prevención de Diabetes, por sus siglas en inglés), un ensayo clínico muy reconocido, se observó que los cambios en el estilo de vida (dieta, ejercicio y pérdida de peso) reducían en un 58% la incidencia de diabetes mellitus tipo 2 (DM2) en personas con prediabetes, siendo mayor el efecto con esta intervención que con el uso de metformina (31%).

Otro punto importante para la prevención es promover una pérdida de peso de al menos 7 al 10% en personas con sobrepeso u obesidad. Realizar actividad física aeróbica al menos 150 minutos a la semana, también es un factor fundamental. Por otra parte, las personas con alto riesgo, deben tener un monitoreo continuo, en especial las que ya fueron diagnosticadas con prediabetes.

Además, es altamente recomendable llevar un control adecuado de factores de riesgo cardiovascular como el tabaquismo, el consumo de alcohol en exceso o tener comorbilidades como la hipertensión arterial (HTA) o las dislipidemias.

La prescripción de metformina en pacientes con ciertas características como, por ejemplo, personas con prediabetes, especialmente en aquellas con edad de 25 a 59 años, índice de masa corporal (IMC) ³35 kg/m2, glucosa en ayuno ³110 mg/dL o hemoglobina glucosilada ³6.0% y en mujeres con antecedente de diabetes gestacional, suele ser una estrategia común que puede ayudar a detener el avance de la enfermedad.

Como parte de un estilo de vida saludable, se incluye tener hábitos de sueño saludables; lo recomendable sería dormir de 7 a 8 horas diarias, ya que, de acuerdo con un metaanálisis, se concluyó que el riesgo de desarrollar DM2 aumentaba 9% por cada hora menos y 14% por cada hora más de duración del sueño. Sin embrago, es necesario analizar de forma individual los riesgos y beneficios de las intervenciones y establecer metas centradas en el paciente.

En dos metaanálisis, se evidenció el impacto protector que tenían diferentes intervenciones para prevenir o retrasar el diagnóstico de DM2. El estilo de vida saludable, en general, reduce en un 49% el riesgo de desarrollar DM2 (33% sólo con la dieta y 51% sólo con ejercicio), los fármacos antidiabéticos orales (metformina, acarbosa o glipizida) reducen el riesgo en un 30% y el fármaco antiobesidad orlistat reduce el riesgo en un 56% (8,9).

Finalmente, podemos conocer nuestro riesgo de desarrollar DM2 a través de distintas herramientas como el test de riesgo de la ADA que considera siete variables para su resultado, tales como edad, sexo, antecedente de diabetes gestacional, antecedentes de diabetes en familiares de primer grado, presión arterial elevada, realización de actividad física y peso corporal. La prueba tiene una escala del 0 al 11 y un puntaje ³5 indica riesgo de presentar DM2 (3). Esta prueba puede realizarse en inglés o en español a través de su página oficial: https://www.diabetes.org/risk-test.

Otra herramienta recomendable y con evidencia científica es el puntaje finlandés de riesgo de diabetes o mejor conocido como FINDRISK (por sus siglas en inglés). En esta prueba se evalúan 8 variables: edad, IMC, perímetro abdominal, actividad física, consumo de frutas y verduras, toma de medicamentos para la HTA, diagnóstico de prediabetes y antecedentes de diabetes en familiares de primer y segundo grado. El puntaje varía de 0 a 26 puntos y, de acuerdo con el resultado, se estima en porcentaje el riesgo de desarrollar diabetes en los próximos 10 años (10). De igual forma, puede aplicarse esta prueba a través de programas disponibles en internet en donde sólo tenemos que ingresar los datos de la persona a evaluar: https://www.fundaciondiabetes.org/prevencion/findrisk.

Referencias:

1. International Diabetes Federation. IDF Diabetes Atlas, 10th edn. [Internet]. Brussels, Belgium; 2021 [cited 2022 Apr 28]. Available from: https://diabetesatlas.org/atlas/tenth-edition/

2. Basto-Abreu A, Barrientos-Gutiérrez T, Rojas-Martínez R, Aguilar-Salinas CA, López-Olmedo N, De la Cruz-Góngora V, et al. [Prevalence of diabetes and poor glycemic control in Mexico: results from Ensanut 2016]. Salud Publica Mex. 2020;62(1):50–9. 

3. American Diabetes Association. 2. Classification and Diagnosis of Diabetes: Standards of Medical Care in Diabetes-2022. Diabetes Care. 2022;45(Suppl 1):S17–38. 

4. American Diabetes Association. 3. Prevention or Delay of Type 2 Diabetes and Associated Comorbidities: Standards of Medical Care in Diabetes-2022. Diabetes Care. 2022;45(Suppl 1):S39–45. 

5. Crandall JP, Knowler WC, Kahn SE, Marrero D, Florez JC, Bray GA, et al. The prevention of type 2 diabetes. Nat Clin Pract Endocrinol Metab. 2008 Jul;4(7):382–93. 

6. Shan Z, Ma H, Xie M, Yan P, Guo Y, Bao W, et al. Sleep duration and risk of type 2 diabetes: a meta-analysis of prospective studies. Diabetes Care. 2015 Mar 1;38(3):529–37. 

7. Knowler W, Barrett-Connor E, Fowler S, Hamman R, Lachin J, Walker E, et al. Reduction in the incidence of type 2 diabetes with lifestyle intervention or metformin. N Engl J Med. 2002 Feb 7;346(6):393–403. 

8. Gillies CL, Abrams KR, Lambert PC, Cooper NJ, Sutton AJ, Hsu RT, et al. Pharmacological and lifestyle interventions to prevent or delay type 2 diabetes in people with impaired glucose tolerance: systematic review and meta-analysis. BMJ. 2007 Feb 10;334(7588):299–302. 

9. Bhagra S, Smith SA. Review: Lifestyle or pharmacological interventions prevent or delay type 2 diabetes in impaired glucose tolerance. Evid Based Med. 2007 Aug;12(4):108. 

10. Lindström J, Tuomilehto J. The diabetes risk score: a practical tool to predict type 2 diabetes risk. Diabetes Care. 2003 Mar 1;26(3):725–31. 

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