Lic. Elizabeth Rodríguez García
Facultad de Enfermería
Pasante de la Maestría en Investigación Médica, línea Adulto Mayor
Universidad Autónoma de Querétaro
Diversos estudios han mostrado los grandes beneficios que se logran con la actividad física, en específico, con la práctica del ejercicio físico en el envejecimiento y en las personas adultas mayores para un envejecimiento saludable y una vida más larga.
Con la edad las personas van siendo menos activas y esta falta de movilidad implica pérdida de fuerza, de potencia y de resistencia muscular, que traerá consigo menor funcionalidad y mayor fatigabilidad para realizar actividades cotidianas, además de un mayor riesgo de caídas.
Sumado a todo esto, con el envejecimiento las funciones de órganos y sistemas se vuelven más lentas, generando una pérdida de producción de hormonas importantes en el mantenimiento de la masa muscular. Si bien este proceso no puede detenerse, el ejercicio ayudará a que se atenúe esta disminución de funciones.
Son numerosos los beneficios que se han asociado a la actividad física, algunos de los más relevantes son:
¿Qué tipo de ejercicio deben hacer las personas adultas mayores?
Un estudio realizado por Jefferis y col. (2015) con 825 sujetos varones de edad avanzada que habían sufrido una caída, se encontró que las personas que caminaban poco (menos de 9,000 pasos/día) no tenían relación con las caídas, sin embargo, aquellos que caminaron más 9,000 pasos/día tenían una incidencia de 1,59 por cada 1,000 pasos/día de riesgo de caída. Esto significa que incluir solamente caminatas como programa de actividad física puede resultar insuficiente para alcanzar los beneficios asociados al ejercicio físico.
Las directrices de la OMS (2020) sobre actividad física y hábitos sedentarios recomienda, además del ejercicio aeróbico, las actividades físicas multicomponentes variadas que prioricen el trabajo de equilibrio, estabilidad, flexibilidad y fuerza muscular.
El primer paso antes de realizar ejercicio físico es la valoración del estado de salud por un médico, así como la valoración funcional y de aptitud física actual. Si se encuentra sin ninguna contraindicación para la práctica del ejercicio, podrá iniciarse; la prescripción debe ser guiada por personal capacitado y deberá incluir los siguientes componentes:
Venciendo barreras
Es importante saber que hay barreras que a veces pueden limitar el inicio o mantenimiento de la práctica del ejercicio físico en las personas mayores, algunas recomendaciones que pueden ayudar a iniciarse o mantenerse más activo:
Buscar hacer actividades que resulten disfrutables es un punto que puede ayudar a mantener la práctica de manera sostenida. Nunca es tarde para iniciarse en ser un poco más activo y mejorar nuestro estado de salud.
Bibliografía:
American College of Sport Medicine (2018). Guidelines for Exercise Testing and Prescription (tenth ed.). Wolters Kluwer.
Belmonte, D. S., González, R., Arrebola, J. Montoro, A. (2021). Impacto del ejercicio físico en variables relacionadas con el bienestar emocionals y funcional en adultos mayores. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 56 (3), 136-143. https://doi.org/10.1016/j.regg.2021.01.006
Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (2018). Physical Activity Guidelines for Americans (2nd ed.).Departament of Health & Human Services USA.
Enriquez, C., Pizarro, A. y Ugarriza, R. (2022). Ejercicio multicomponente sobre calidad de vida y el equilibrio en adultos mayores: Revisión sistemática y metaanálisis. Revista de Fisioterappia, 44 (5). https://doi.org/10.1016/j.ft.2021.12.003
Jefferis y col (2015). Actividad física y riesgo de caídas en edad avanzada. Medicine & Science in Sport & Exercise.
Organización Mundial de la Salud (2 de octubre 2022). Directrices de la OMS sobre actividad física y hábitos sedentarios. https://www.who.int/es/publications/i/item/9789240014886