El 15 de marzo 2012, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) aprobó la proteína de la leche de cabra como fuente de proteínas para lactantes y preparados de continuación, siempre que el criterio de composición se ajuste a la Directiva 2006/141/CE.
La solicitud de autorización fue presentada por la Goat Dairy Co-operative (NZ) Ltd. La evaluación tuvo como base un estudio australiano que consistió en alimentar a lactantes con leche de formula preparada con leche de vaca o con proteína sin modificar de leche de cabra. Después de 4 meses los bebés continuaron con la leche de cabra, además de suministrarles suplementos alimenticios. Se compararon las medidas de longitud, peso y perímetro cefálico entre los bebés alimentados con leche de vaca y cabra, y no se encontraron diferencias significativas. La consecuencia de esta investigación contribuyó en gran medida a la aprobación de la proteína de leche de cabra para ser utilizada en lactantes y en preparados de continuación.
La mayor parte del crecimiento de fórmulas preparadas con leche de cabra se ha dado en China. Tradicionalmente, en algunas zonas de ese país, se consume la leche de cabra en vez de la de vaca; en la actualidad, la fórmula a base de proteína de leche de cabra, está teniendo una mayor aceptación en ciudades de segundo nivel (Shenyang, Hangzhou, Wuhan, Fuzhou) en comparación con las de primer nivel (Beijing, Shanghai, Chengdu y Guangzhou).
En 2008 hubo una gran polémica en torno al uso de la melanina en la leche de vaca, lo que ha contribuido en gran medida al aumento en la preferencia por la leche de cabra. Se encontró que la melamina se estaba usando como un adulterante de la leche de vaca con el fin de alterar los niveles de proteínas en fórmulas para lactantes y preparados de continuación. En el periodo mencionado, 6 niños murieron y 300,000 se enfermaron. En China, la mayoría de los padres son muy cautelosos respecto de la calidad en los alimentos para lactantes y de la fórmula que compran. La leche de cabra puede ser vista por algunos consumidores chinos como una alternativa adecuada a los productos de leche de vaca.
Otra razón por la cual la fórmula de leche de cabra puede ser preferida, es que los padres crean que la leche de vaca no es adecuada para las necesidades dietéticas de sus hijos. Hay informes contradictorios sobre la idoneidad de la leche de cabra como una alternativa a la de vaca para los bebés que presentan una alergia a la leche. En general, la leche de cabra no se recomienda como un sustituto, si los bebés tienen una respuesta alérgica a la de vaca, pues los alérgenos en ambas son los mismos. Una alergia a la leche es una reacción adversa a la proteína en esta, y las proteínas de las leches de vaca y de cabra son similares (Park, WY, GFW Haenlein, ed. 2006. Handbook of Milk of Non-Bovine Mammals, Blackwell Publishing).
En el caso de las personas intolerantes a la lactosa, no se trata de una respuesta alérgica. La intolerancia se debe a la falta de producción de la enzima lactasa, que es necesaria para descomponer la lactosa. El nivel de lactosa es ligeramente inferior en la leche de cabra, de 4.1g/100g en comparación con 4.7g/100g en la leche de vaca y 6.9g/100g en la leche humana. Por lo tanto, la leche de cabra no ofrece una alternativa para los que sufren de intolerancia a la lactosa.
Por otro lado, se han reportado casos en los que los padres que tienen un niño inquieto, creen que esto esté vinculado al consumo de leche de vaca y por lo tanto tratan alternativas tales como las leches de arroz, soya y de cabra. Los promotores de la leche de cabra, como Goat Dairy Co-operative, han sugerido que esta es más fácil de digerir debido al aumento de los niveles de ácidos grasos de cadena media.
La aprobación de la proteína de la leche de cabra en lactantes y preparados de continuación ofrece a los fabricantes la oportunidad de lanzar nuevas variantes que brinden a los padres una alternativa a la fórmula de leche de vaca.
Fuente: Mintel GNPD