Un suplemento combinado de ácidos grasos omega-3 y omega-6, puede mejorar la conducta y el aprendizaje en niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Después de una suplementación durante seis meses con ácidos grasos omega 3 y 6 a niños con trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), sus padres y profesores notaron mejorías en el comportamiento, de acuerdo con un informe de investigadores de la Universidad de Colombo y el Hospital Infantil Mrs. Ridgewa de Sri Lanka. “La combinación de ácidos grasos omega-3 y omega-6 fue seguro y eficaz para mejorar el comportamiento y el aprendizaje en el grupo que fue estudiado”, escribieron los autores del estudio en la revista Journal of Child Neurology.
También señalaron que se trató de una investigación piloto, y que se requiere replicar estos hallazgos antes de poder recomendar la suplementación como una práctica de rutina para los niños con problemas de aprendizaje y comportamiento, tales como los característicos del TDAH.
Los omega-3 y el TDAH
Se han publicado diversas investigaciones que indican que una combinación de ácidos grasos omega-3 y omega-6 puede tener beneficios para los niños con TDAH. Sin embargo, la totalidad de las pruebas de los ensayos clínicos aleatorios es muy limitada como para permitir cualquier recomendación, concluyó una reciente revisión en la Base de Datos Cochrane de Revisiones Sistemáticas de prestigio.
Nuevos datos
Para un nuevo estudio, científicos de Sri Lanka reclutaron a 94 niños con TDAH de edades comprendidas entre 6 y 12 años para participar en su investigación. Todos ellos estaban siendo medicados con metilfenidato y una terapia de comportamiento normal durante al menos seis meses.
Los niños fueron asignados al azar para recibir placebo o suplementos diarios de ácidos grasos omega-3 (aceite de pescado) y omega-6 (aceite de onagra). La proporción de aceite de pescado y aceite de onagra fue 1.6:1, con una dosis diaria de omega-3 de 296.37mg, y de 180.75mg de omega-6. Si bien no se observaron mejoras significativas después de tres meses, sí hubo un cambio importante después de seis meses de suplementación para la falta de atención, la impulsividad y la cooperación. Padres y profesores reportaron que no hubo mejoras respecto a los niveles de distracción. Los investigadores consideraron que era posible inferir, a partir de los resultados, que los participantes del estudio pudieron haber sido beneficiados más si el tratamiento con ácidos grasos omega-3 y omega-6 hubiese continuado.