La cerveza, consumida en cantidades moderadas, es un aliado de la dieta y de la salud. La cerveza es una bebida fermentada típica de la dieta mediterránea. Por lo general, se relaciona con pasar un rato relajado con los amigos o viendo el fútbol.
En estos últimos 20 años se ha demostrado, mediante numerosas investigaciones biomédicas, que la ingesta moderada de cerveza es beneficiosa para la salud. No solo desde un punto de vista nutricional, sino como herramienta promotora de la salud. Sus cualidades preventivas contra enfermedades óseas, circulatorias y cáncer, debidas a ciertos componentes, son innumerables.
Esta bebida, de baja graduación alcohólica (4–5°), no contiene grasas, su aporte calórico es moderado (45 kcal/100ml) y tiene numerosas vitaminas hidrosolubles y fibra, además de minerales, pero con una baja concentración de sodio.
Dos de los principales investigadores de la cerveza, el Dr. Anton Piendl y el Dr. Javier Posada, experto de la Escuela de Cerveza y Malta, destaca los componentes positivos de esta bebida para la salud:
El impacto de las investigaciones recientes ha llevado a que la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) incluya en la pirámide de la alimentación saludable (principal referencia en materia nutricional del país) las bebidas fermentadas (cerveza, vino o sidra) de forma opcional y moderada.
¿Cuánta cerveza tomar?
En los últimos años se han dado todo tipo de medidas para definir lo que es un “consumo moderado de alcohol”. El Centro de Información Cerveza y Salud, cuando habla de un “consumo moderado de alcohol”, se refiere a la ingesta de aproximadamente 10 gramos de alcohol diarios, lo que equivale a 250ml de cerveza. Aun así, hay que recordar que el alcohol no afecta por igual a hombres y mujeres, por lo que esta medida varía según el peso y tamaño de las personas.
Cerveza y salud
La cerveza puede beneficiar a la salud gracias a determinados componentes como los flavonoides, que son utilizados como formas complementarias en la prevención de cáncer. Los flavonoides pueden ser agentes antiinflamatorios. Gracias a estos compuestos, beber cerveza en cantidadesmoderadas tiene un efecto antiarteriosclerótico, antiinflamatorio y antitrombótico.
Otro componente muy interesante de la cerveza es un fitoestrógeno, llamado prenilnaringenina, que aumenta la densidad ósea en población adulta, tanto en varones como en mujeres posmenopáusicas; por lo que es una buena opción contra la osteoporosis.
Además, esta bebida puede actuar como inmunomodulador en población sana por el aumento de leucocitos y de subpoblaciones de linfocitos T, así como la producción de anticuerpos.
Todos estos componentes beneficiosos para la salud confieren a la cerveza cualidades terapéuticas y, por lo tanto, se podría contemplar la posibilidad de utilizar dicha bebida como un compuesto nutracéutico.
El Profesor y Dr. Joseph Keul, de la División de Medicina Deportiva Preventiva y de Rehabilitación de la Clínica Universitaria de Freiburg (Madrid, España), afirma que el consumo moderado de alcohol conduce a una composición diferente del cuerpo, reduciendo la proporción de grasa. Inclusive se han encontrado casos en los que el peso de una persona baja, con el fin de que la ingesta total de calorías se mantenga constante.
Adultos mayores
Según el estudio “Bebidas alcohólicas y personas mayores”, realizado por el Dr. Anton Piendl y el ingeniero Ulrich Kugel, de la Universidad de Münich (Alemania), la cerveza puede ser beneficiosa para las personas mayores, ya que su consumo moderado provoca un aumento del apetito, facilita la digestión, aporta energía y facilita el riego sanguíneo, entre otras cualidades.
La cerveza está siendo analizada para evaluar potenciales beneficios respecto de la hipertensión y el sistema circulatorio. Todos estos datos reafirman que además de ser refrescante y deliciosa, la cerveza es buena para la salud.
Referencias: