Cargando

Escriba aquí

¿Sabías que hay dos tipos de grasa en el cuerpo humano, la grasa blanca y la marrón? Algunos científicos están tratando de desarrollar un tratamiento de prevención y de combate de la obesidad utilizando la grasa marrón contra la blanca.

El cuerpo humano tiene dos tipos de grasa: la grasa blanca y la grasa marrón. La blanca es la que se acumula en el organismo, para almacenar energía, y su presencia en exceso produce obesidad. En cambio, la marrón es un tipo de grasa que quema calorías y sirve para mantener al organismo a una temperatura adecuada para sobrevivir.

La grasa marrón es abundante en los recién nacidos, porque es su principal defensa contra la temperatura del medio ambiente. Pero, al llegar a los dos años de edad, esa grasa ha disminuido significativamente, según señala el Dr. David Lau, de la Universidad de Calgary, Canadá. Para la edad adulta, la grasa marrón es casi nula, e incluso las mujeres tienen todavía menos cantidad de esta grasa que los hombres.

Dado que la grasa marrón no se acumula en el cuerpo, sino que más bien quema energía, muchos científicos de diferentes partes del mundo se han puesto a investigar cómo funciona la grasa marrón.

Las investigaciones sobre el mecanismo de la grasa marrón son muy recientes, de hecho, hasta hace poco tiempo no se sabía de la existencia de este tipo de grasa en el organismo. El Dr. Patrick Schrauwen fue de los primeros en presentar resultados sobre el tema, y señala que aunque aún no tienen por completo descifrada a la grasa marón, ya se sabe lo que es capaz de hacer: quemar calorías.

Activando la grasa

El Dr. Michael Rudnick, director del programa de medicina regenerativa en el Instituto de Investigación del Hospital de Ottawa, es parte del equipo de científicos que han encontrado una manera de activar el cuerpo para producir más grasa marrón que quema calorías en ratones. Esta hazaña puede abrir la puerta a nuevos tratamientos para la obesidad utilizando grasa buena para combatir la grasa mala.

En su experimento con ratones, se les inyectó un compuesto en las patas traseras, que promueve la creación de grasa marrón a partir de células madre de músculo. Los ratones inyectados fueron contrastados con un grupo de control. Los primeros desarrollaron una cantidad considerable de grasa marrón y a los cuatro meses de la inyección, adelgazaron notablemente.

Otros cuatro meses más tarde, los científicos se llevaron una gran sorpresa: los ratones con mayor grasa marrón continuaron bajando de peso. El Dr. Michael Rudnicki, del Hospital de Ottawa, señaló que la pata en la que fue puesta la inyección tenía una temperatura mayor que las otras, lo cual indica que el metabolismo de los ratones se aceleró y esa fue la zona de partida que aumentó el consumo de energía en el resto del organismo del roedor.

“Con toda una batería de pruebas, demostramos que estos animales se están volviendo metabólicamente mejores. Son más delgados y tienen un mejor control de la glucosa”, dijo Rudnicki. “En lugar de almacenar grasa, la están quemando.”

¿Cómo funciona la grasa marrón?

La grasa marrón está compuesta por grandes cantidades de mitocondrias. Estas funcionan como quemadores de energía; son como pequeños hornos dentro de las células que transforman las calorías en calor. En términos de la grasa corporal, las mitocondrias ayudan a metabolizarla y hacen que el organismo se deshaga de esa grasa.

Parte de las investigaciones llevadas a cabo en Canadá y en los Países Bajos, principalmente, coinciden en que la grasa marrón podría funcionar como un interruptor que corte con el almacenamiento de grasa blanca. Si los científicos son capaces de descifrar cómo controlar ese switch, podrían tener algún nuevo avance contra la obesidad y el sobrepeso.

El principal problema con esa opción es que, como dijimos más arriba, la grasa marrón prácticamente desaparece durante los primeros años de vida del cuerpo humano. Entonces, el reto al que se enfrenta la ciencia es mayor: ¿cómo podemos regresarle al cuerpo esa grasa marrón para que combata a la grasa blanca acumulada?

Recuperando la grasa buena

Una de las estrategias a seguir es utilizar células madre. Las células madre son las células “maestras” que proporcionan el material que va a formar todos los órganos y tejidos en el cuerpo. Las células madre tienen la capacidad de diferenciarse o convertirse en células altamente especializadas, como las células del corazón, los huesos y los músculos. Es decir, las células madre son la materia prima para el organismo y se van transformando en los diferentes tipos de células necesarias para construir al cuerpo.

En el 2007, el equipo de Rudnicki fue el primero en identificar la existencia de células madre de músculo en adultos. Ahora son los primeros en mostrar cómo estas mismas células madre pueden convertirse en tejido adiposo marrón.

Las células madre en adultos pueden transformarse en grasa marrón. Pero hay un gen que sirve como inhibidor de esa transformación, entonces, cuando ese gen está presente, las células madre no se pueden convertir en grasa marrón.

Rudnicki y su equipo están utilizando un compuesto especial, llamado oligonucleótido antisentido (ASO) para reducir la influencia de ese gen. Por ahora, sus investigaciones sólo han sido hechas en ratones y no ha logrado hacer pruebas en humanos. Dado que los resultados en roedores han sido muy positivos, es posible que en un futuro próximo se puedan hacer algunas pruebas en seres humanos.

Si el camino de Rudnicki va bien, su estrategia puede abrir una nueva gama de tratamiento contra la obesidad y el sobrepeso. Por ahora, tal como lo señala el Dr. David Lau, los pasos que está dando este tipo de investigaciones son sumamente importantes para seguir entendiendo el problema de la obesidad.

Otros intentos

En años anteriores, el Dr. Patrick Schrauwen trató de encontrar diferentes mecanismos para activar la grasa marrón en humanos. Como este tipo de grasa sirve para mantener la temperatura interna del cuerpo, Schrauwen hizo un experimento sencillo.

Consiguió un grupo de voluntarios, hombres, y los puso en un cuarto a una temperatura de 16°C durante dos horas y monitoreó qué tantas calorías quemaban. Esto con la intención de saber si el frío es un estímulo suficiente para activar a la grasa marrón.

A pesar de que los escaneos sobre los voluntarios mostraron que la grasa marrón sí se activa con el frío, la pérdida de calorías no fue significativa. Un equipo en Japón, dirigido por Masayuki Saito de Tenshi College, hizo un experimento similar y expuso a algunos voluntarios a temperaturas bajas dos horas diarias durante 6 semanas. Los resultados tampoco fueron muy alentadores.

Además de que la cantidad de grasa quemada gracias a la exposición al frío no fue mucha, un tratamiento así para bajar de peso no es muy conveniente. Estar horas en el frío todos los días para bajar unos cuantos gramos, no es lo más práctico.

El futuro de la grasa marrón

La posibilidad de un trasplante de grasa marrón fue considerada por algún tiempo, pero la cantidad de grasa que se necesitaría para combatir la acumulación de grasa blanca sería demasiado grande. Eso supondría una cirugía y dentro de las opciones quirúrgicas, hay otras que siguen siendo más convenientes.

Las últimas investigaciones sobre la eficiencia de la grasa marrón contra la grasa blanca, apuntan a querer desarrollar una píldora que active a la grasa marrón. Claro que estos intentos apenas están en pasos preliminares y queda todavía mucho camino por andar antes de que una pastilla así sea desarrollada, y que se demuestre su completa seguridad para el consumo humano.

Sin embargo, la esperanza de tener un nuevo mecanismo contra la obesidad y sus efectos nocivos derivados, es un paso enorme en la ciencia. La biología humana, el metabolismo y los mecanismos internos del cuerpo siguen dándonos buenas sorpresas.

Fuentes:

Etiquetas

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *