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La falta de sueño, factor importante en el desarrollo del sobrepeso

Dormir lo suficiente de acuerdo a la edad de cada persona, es fundamental para muchas funciones vitales del organismo. Ahora, nuevas investigaciones científicas están descubriendo la relación entre las horas de sueño y el desarrollo de sobrepeso u obesidad.

El sueño es esencial para la vida y es la base de numerosas funciones fisiológicas y psicológicas, como la reparación de los tejidos, el crecimiento, la consolidación de la memoria y el aprendizaje. Aunque no todas las personas adultas necesitan un mismo número de horas de sueño, los expertos consideran que dormir menos de 7 horas por noche de forma continuada puede tener consecuencias negativas para el organismo y el cerebro.

Un grupo de investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) examinaron la relación entre el índice de masa corporal (IMC) y las horas de sueño en personas con horarios laborales mixtos. Los resultados revelaron que quienes duermen menos de ocho horas diarias tienden a desarrollar sobrepeso.

En el estudio participaron enfermeras, policías y médicos, quienes a pesar de ser sometidos a un estricto control en su alimentación y en la actividad física que realizan, registraron un aumento en su masa corporal del 30% durante el año que duró la investigación.

Los psicólogos Gerardo Leija Alva y Víctor Aguilera Sosa del Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud (CICS), Unidad Santo Tomás, explicaron que la falta de sueño provoca que la hormona leptina (reductora del apetito) disminuya e incrementa la hormona grelina (estimulante del apetito). De manera paralela, también aumentó la tendencia a ingerir alimentos dulces y con un alto contenido de carbohidratos.

Si a estos factores, añadimos el sedentarismo, el resultado más probable es el sobrepeso. En ese sentido, la relevancia de este estudio radica en que le sigue la pista a un factor más que podría explicar el creciente sobrepeso en la población mexicana. Entre mayor conocimiento se tenga de las causas del sobrepeso, se podrán planear mejores estrategias de intervención. En este caso, se demuestra el importante papel del descanso en el equilibrio del peso corporal.

Los investigadores indicaron que quienes viven en zonas urbanas duermen en promedio cinco o seis horas diarias. En contraste, quienes habitan en el campo tienen dos horas más de sueño. El resultado es que un mayor porcentaje de la población de las ciudades presenta obesidad.

La privación del sueño está relacionada con diferentes cambios desfavorables en la actividad metabólica, entre los que destacaron el aumento en los niveles de cortisol en sangre (hormona implicada en la respuesta al estrés), el sistema inmune se ve afectado, disminuye la capacidad del organismo de procesar glucosa y el control del apetito se altera.

Durante el día, el metabolismo requiere de más energía y en la noche las funciones fisiológicas disminuyen. Si se considera que alrededor de las seis o siete de la tarde la asimilación corporal baja su actividad, la ingestión de alimentos que se requiere es menor, por lo tanto, cualquier exceso de alimento se acumulará en forma de grasa.

Por lo tanto, el alimento más abundante debe ser en la mañana, por la tarde se debe bajar la cantidad y en la noche la recomendación es consumir una cantidad menor de alimentos y de preferencia con poco contenido calórico. Esto proveerá la energía necesaria para llevar a cabo funciones fisiológicas básicas del cuerpo durante el sueño. Es importante recalcar que no se debe saltar ninguna comida, de lo contrario surgirá una baja de glucosa y con ello diversas enfermedades.

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