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Consumo de carne y cambio climático. ¿Cómo podemos ayudar?

Recientemente en la Ciudad de México sufrimos de varios días de contingencia ambiental debido a las altas concentraciones de contaminantes en el aire. La contaminación es uno de los factores que afectan en gran medida al cambio climático. Además de seguir las medidas del Gobierno, ¿podemos hacer algo para ayudar?

La gran cantidad de automóviles que circulan cada día es una de las fuentes contaminantes principales del medio ambiente, pero no el único. Las diferentes industrias también causan un buen porcentaje de contaminación.

Según un reporte de la FAO (Organización para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas) la producción ganadera (carne y lácteos derivados de esos animales) aporta entre el 16 y 20% de la contaminación total. Esta cifra no parece tan grande, sin embargo, los contaminantes que resultan de esa industria causados por los desechos de los animales de ganado, tienen un impacto 296 veces más fuerte que el CO2.

Las metas de reducción de contaminación

Una de las principales metas de reducción de contaminantes del medio ambiente es lograr bajar la temperatura de la Tierra 2oC. Los gases de efecto invernadero hacen que la temperatura del planeta aumente y por ello es importante reducirlos.

La Unión Europea (UE) señaló en un reporte reciente que para cumplir las metas de reducción de contaminantes del medio ambiente hay dos estrategias esenciales que deben de ponerse en marcha: 1) la tecnología y 2) modificaciones en la dieta humana.

Dentro de la industria alimentaria, los productos animales son los que mayor contaminación causan, como ya fue mencionado, debido a la gran cantidad de estiércol del ganado. Al descomponerse, esos desechos liberan amonio y metano que contaminan el aire y el suelo.

El consumo de carne a nivel mundial sigue creciendo, y se pronostica que para el 2050 aumentará en un 75%. De ser así, para lograr las metas de reducción de contaminación, sin afectar el consumo de carne, todas las demás industrias tendrían que volverse de “cero emisiones”, lo cual es imposible.

Por ello, una de las medidas que señala el informe de la UE es la modificación de la dieta del ser humano. Si disminuimos la cantidad de carne y de productos lácteos que consumimos, las emisiones de esos gases contaminantes bajarán, porque habrá menos demanda y, en consecuencia, menos producción de esos alimentos. Además de que nos traería algunos beneficios en términos de salud cardiovascular.

A pesar de que diversas organizaciones a nivel mundial, incluida la ONU, tienen identificado que un cambio en los hábitos de consumo de alimentos es necesario como parte de una estrategia contra la contaminación, no se ha logrado establecer planes de acción claros y ejecutables. Esto se debe a que se sigue cuestionando el derecho de los Gobiernos y de las instituciones a decirle a la gente qué debe consumir y de qué manera.

Las intervenciones dietéticas enfocadas a reducir la contaminación y el impacto del ser humano sobre el medio ambiente, siguen siendo hipotéticas y estamos todavía lejos de encontrar una manera efectiva de generar conciencia en la gente sobre los beneficios que traerían esos cambios.

Por ahora, se está analizando la posibilidad de establecer impuestos a los productos que son más contaminantes a nivel ambiental. Pero, tampoco es seguro que esta estrategia sea eficaz, además de que seguramente causará protestas graves entre los consumidores.

Mejorar la tecnología

Mientras que las estrategias sobre cambios en el estilo de alimentación de las personas logran encontrar su camino, la otra opción es mejorar la tecnología. En ese sentido, se está trabajando en diferentes formas para disminuir el impacto de los contaminantes de la industria del ganado sobre el ambiente.

Una de las estrategias es mejorar las prácticas de manejo del estiércol. Otra, es la utilización de inhibidores del nitrógeno y el metano, resultante de los desechos. La idea es que la ganadería optimice sus  modos de producción para reducir la cantidad de contaminación que genera.

Los científicos que están trabajando en estas tecnologías, señalan que la emisión de gases de efecto invernadero de la industria ganadera podrían reducirse hasta en un 50%, pero también admiten que modificar el nivel de consumo de carne a nivel mundial es absolutamente necesario. Por otra parte, estas tecnologías están en una fase experimental y no han sido probadas.

La tecnología es una pieza clave en la reducción de la contaminación, pero también lo es modificar ciertos hábitos de consumo. Mientras no tengamos conciencia de la importancia de contribuir a la preservación del medio ambiente, medidas como los impuestos a ciertos productos seguirán siendo una opción a considerar, aunque no necesariamente resolverían el problema.

Fuentes:

 

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