En el proceso artesanal de fabricación de quesos se desecha una gran cantidad de suero de leche. Estos desechos pueden ser aprovechados por otras industrias, como la alimentaria, la farmacéutica y la cosmética para desarrollar otros productos.
El lactosuero o suero de leche resultado del proceso de fabricación artesanal de quesos puede ser aprovechado para obtener nuevos productos que son muy útiles en las industrias alimentaria, farmacéutica y cosmética.
La Dra. Laura Conde Báez desarrolló, en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), un proceso para utilizar el lactosuero.
La investigación “Valorización de lactosuero para la producción sustentable de 2-feniletanol”, ha dado pie a una patente y a otra más en proceso. Asimismo, cuenta ya con la metodología desarrollada para realizar su transferencia tecnológica y lograr una producción de 2-feniletanol a escala industrial.
“El 2-feniletanol es un compuesto de alto valor, ya que se utiliza en diversos productos, como aditivo alimentario, en la industria farmacéutica y en productos de limpieza. Logramos producir un compuesto para dar un aroma a rosas, pero también podría obtenerse un aroma a plátano (acetato de isoamilo) u otros”, comentó la investigadora. El aroma a rosas es actualmente sintetizado químicamente y genera contaminación debido a que contiene ácidos y reactivos tóxicos. La propuesta de la científica hidalguense implica una manera de reducir la contaminación ya que no se le agregan dichos ácidos y reactivos tóxicos.
El 60% del lactosuero que resulta de la producción de quesos en el Valle de Tulancingo (Hidalgo) se desecha en el ambiente sin tratamiento, causando problemas de contaminación en el suelo y el agua. Por ello, las investigaciones que se hagan para reducir el impacto ambiental que tiene el proceso de elaboración de quesos, son fundamentales. Una de las opciones es convertir ese desecho contaminante en un nuevo producto reutilizable.
Cabe señalar que el lactosuero es el líquido residual que queda después de hacer el queso; es lechoso, de color blanco amarillento, rico en lactosa, proteínas y grasa. Aproximadamente 50% de los nutrimentos de la leche se localizan en este fluido, por lo que 40% de lo generado se destina a consumo animal.
Conde Báez explica que, precisamente el contenido de nutrimentos como la proteína, afecta al ambiente. Por ejemplo, al verterse en el suelo se genera una capa que impide que haya una distribución de los nutrimentos de la tierra, haciéndola menos productiva. En el agua el exceso de proteínas provoca disminución del oxígeno disuelto, afectando a las especies que habiten en ese cuerpo de agua.
“Debido a que el lactosuero afecta campos y cañerías, trabajamos en un proceso utilizando microorganismos que hidrolizaron la lactosa del suero y, siguiendo una ruta metabólica, se logró obtener el aroma a rosas”, señala Conde Báez.
La doctora Conde Báez, quien estudió Ingeniería Ambiental en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), detalla que la investigación llevó cuatro años, y en la misma participó un equipo Científico del Instituto Tecnológico de Durango (ITD), con el que se logró estandarizar el método de obtención de 2-feniletanol a partir de cualquier tipo de lactosuero.
Un logro muy importante del proyecto fue reducir el contenido de lactosa en el suero, que es la parte más contaminante, y que se encuentra en 60 gramos por cada litro. Con ello se consiguió reducir su contenido a 0.2 gramos por litro.
“Lo que nos ocupará es determinar el contenido de los minerales presentes en el lactosuero después del tratamiento (reducción del contenido de lactosa) e indicar si es suficiente para realizar su vertido al medio ambiente”, señala la investigadora.
El equipo de científicos, compuesto por Javier Castro Rosas, Roberto Villagómez Ibarra y Carlos Gómez Aldapa de la UAEH, así como José B. Paéz Lerma del Tecnológico de Durango, obtuvo el Premio Hidalgo de Ciencia, Tecnología e Innovación 2015.
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