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¿Cuál es el efecto en la salud pública de una declaración de propiedades saludables de la fructosa?

La industria ha acogido con satisfacción la reciente publicación de una declaración de propiedades saludables respecto de la fructosa, que respalda el efecto beneficioso de los edulcorantes sobre los niveles de azúcar en la sangre, en comparación con el azúcar regular (sacarosa) o glucosa.

En concreto, las empresas pueden declarar que “El consumo de alimentos que contengan fructosa implica un aumento menor de la glucosa en la sangre, en comparación con los alimentos que contienen sacarosa o glucosa.”

Sin embargo, se han realizado numerosos estudios que relacionan a la fructosa con impactos negativos en la salud. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA por sus siglas en inglés) también reconoció esto en su dictamen científico, y advirtió que “el alto consumo de fructosa puede conducir a complicaciones metabólicas como la dislipidemia, la resistencia a la insulina y el aumento de la adiposidad visceral”.

Lo “atractivo” de la declaración de propiedades de salud

La Red Europea del Corazón (EHN por sus siglas en inglés) se encuentra entre los escépticos respecto de que pudiera haber algún beneficio en la declaración de propiedades saludables de la fructosa.

“En el caso de la fructosa, existe el riesgo de que una declaración positiva pudiera tener efectos negativos para la salud si lleva a una mayor ingesta energética, porque las personas se dejan seducir por la declaración”, dijo la directora de la EHN Susanne Logstrup a FoodNavigator. “La alta ingesta de fructosa puede conducir a complicaciones metabólicas, incluyendo la dislipidemia y la resistencia a la insulina. Si este será el resultado o no, aún está por verse, por supuesto.”

Y agregó: “el punto de vista de la EHN es que estas declaraciones solo deberán permitirse si tienen un beneficio para la salud pública. Si no lo hacen, no les vemos ningún valor, incluso si no tienen un impacto negativo obvio en la salud pública”.

Entonces, ¿cómo se hace para que el extremo positivo pese más que el negativo?

La EFSA afirma que su papel es el de proporcionar información a los asesores europeos de riesgos en la Comisión, el Parlamento y los Estados miembros, pero no está involucrada en el proceso de regulación que se realiza sobre la base de sus opiniones.

“Por lo tanto, la autorización para el uso de declaraciones de salud (incluyendo las condiciones finales de uso y las restricciones de uso) está en última instancia bajo el mandato de la Comisión Europea y los Estados miembros”, dijo un portavoz de la EFSA.

En cuanto a la Comisión Europea, dice que la decisión de aprobar la declaración estaba condicionada a la sustitución de otros azúcares con fructosa y, de acuerdo a la opinión de la EFSA, el panel supone que la población objetivo está conformada por individuos que deseaban reducir sus respuestas glucémicas pos-prandiales.

Un portavoz de la Comisión dijo: “Por lo tanto, no se fomenta la ingesta de fructosa en la población general como tal, sino que se dirige a las personas que ya son consumidores de azúcares.”

Por el momento, la Comisión afirma que los efectos de la declaración serán seguidos de cerca en la petición de algunos Estados miembros, que solicitaron a la Comisión que prestara atención a la evolución de la ingesta de fructosa tras la autorización de la declaración.

Si es necesario, se considerará si la EFSA deberá proporcionar más asesoramiento científico en relación con la declaración, en función de la evolución del conocimiento científico y en caso de que se presente un dramático aumento en el consumo de fructosa.

La ingesta excesiva

El portavoz de la Comisión añadió: “Cualquiera de los posibles efectos adversos que se han comunicado, podrían ocurrir solo en los niveles de consumo que excediesen en gran medida las aportaciones de referencia de los azúcares.”

De hecho, la investigación citada por la EFSA implica altos niveles de consumo de fructosa. Si bien el Departamento de Salud del Reino Unido recomienda que no más del 10% de la energía diaria de una persona debe provenir de azúcares añadidos de ningún tipo, en otro estudio, ratones fueron alimentados con una dieta en la que el 25% de sus necesidades energéticas eran cubiertas con fructosa.

Todos los estudios citados muestran un consumo de fructosa en niveles que superan con creces las recomendaciones para todos los azúcares añadidos. Los europeos tienden a consumir más azúcares, rebasando el máximo recomendado; el informe de la EFSA menciona muchas investigaciones que sugieren que el consumo excesivo de fructosa puede ser más perjudicial en algunos aspectos que otros tipos de azúcar. Aunque dentro de los límites, es menos perjudicial cuando se refiere a provocar picos de glucosa en la sangre.

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