Cargando

Escriba aquí

Claves nutricionales para una vida plena en la tercera edad

Dra. Elisa Dufoo-Hurtado

M. en C. Patricia Martínez Reyna

Universidad Autónoma de Querétaro

Hasta hace tiempo, los estudios nutricionales se centraban en las poblaciones infantil y adulta. Sin embargo, derivado del aumento en la esperanza de vida estos análisis se han dirigido hacia las personas mayores. De acuerdo a los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición (ENOEN), para el segundo trimestre de 2022 se estimó que en México residían 17, 958,707 personas de 60 años y más. Lo cual representa 14% de la población total del país que se encuentra en la tercera edad. Esto resulta de gran interés debido a que a medida que envejecemos, experimentamos una serie de cambios. En este sentido, y desde el punto de vista nutricional, una alimentación inapropiada induce cambios en la composición corporal y en las funciones fisiológicas, favoreciendo la aparición de malnutrición, así como el desarrollo y progresión de determinadas enfermedades. Siendo necesario ajustar nuestro estilo de vida para tener un envejecimiento sano y una mejor calidad de vida

La población adulta a menudo enfrenta desafíos únicos relacionados con la digestión, la actividad física y las deficiencias nutricionales que pueden tener un impacto significativo en su salud y bienestar. En este artículo, exploraremos los principales problemas que afectan a los adultos mayores en estas áreas y analizaremos los suplementos dietéticos como una herramienta para abordar a este tipo de población.

Se han detectado factores de riesgo que influyen en el estado nutricional de los adultos mayores tales como: una ingesta deficiente de alimentos/nutrimentos, depresiónaislamientopobreza, anomalías sensoriales, artritis, dificultades gastrointestinales (desdentados, disfagia), tabaquismo, alcoholismo, demencia, consumo de fármacos generando gastritis (acidez) e incluso padecer más de 3 enfermedades simultáneamente. 

Sin embargo, la pérdida de masa muscular, disminución de actividad física y bajo apetito se encuentran dentro de los factores más importantes desde el punto de vista nutricional, ya que contribuyen a la sarcopenia. Cruz-Jentoft y Sayer (2019) definieron la sarcopenia como un trastorno progresivo del músculo esquelético que implica la pérdida acelerada de masa y función muscular, con consecuencias como caídas, baja funcionalidad, alta fragilidad, entre otras. Se ha estimado que disminuye el consumo energético de hasta 100Kcal por década y con esto una diminución en macro y micronutrimentos (vitamina D, Calcio, Magnesio, Zinc), consumo de fibra y agua. También es esencial mantenerse activo, de acuerdo con las capacidades individuales, de manera regular realizar actividad física de 3 a 4 veces por semana, con una duración promedio de 20 a 30 minutos. Algunos ejemplos de actividades que puede realizar esta población son caminar, nadar, subir escaleras, practicar yoga o para personas en cama, con ayuda de sus cuidadores levantar brazos, piernas, rotación de tobillos y muñecas, entre otras. Además, la incorporación de ejercicios de resistencia con mancuernas o ligas puede ayudar a mantener y fortalecer la masa muscular.

Asimismo, se ha asociado el avance de la edad con un aumento y redistribución de tejido adiposo, mayoritariamente en el área abdominal y caderas, lo cual contribuye a la predisposición de enfermedades cardiovasculares. Es por ello que el abordaje nutricional es de suma importancia. 

Entonces, ¿cuáles son las claves nutricionales para una vida plena en esta etapa de la vida?

  • Llevar una dieta equilibrada y variada (consumir todos los grupos de alimentos).
  • Hacer placentera la comida: Variar las comidas, acompañarlos para que no se sientan solos al comer, de ser posible preguntarles si hay algo que se le antoje, ofrecerles colaciones entre comidas, evitar las dietas con demasiadas restricciones, presentación de los platillos atractivos, establecer un esquema de 4 a 5 comidas.
  • Consumo de líquidos: Ofrecerles cada cierto tiempo agua o líquidos de su preferencia, debido a que lo olvidan y a la mayoría de ellos no les da sed. La recomendación para adultos mayores es de 1.5 a 2L, siempre y cuando no tengan una patología renal u otra que impida dicho consumo.
  • Consumo suficiente de fibra: Consumir alimentos altos en fibra como cereales integrales, verduras y frutas con cáscaras; esto evitará el estreñimiento y, posteriormente, la pérdida de función motora o peristalsis del intestino.
  • Complementar con suplementos dietéticos: pueden ser útiles para abordar las deficiencias nutricionales en adultos mayores, pero es importante usarlos con precaución. Consultar con un médico o nutriólogo es esencial para determinar qué suplementos son necesarios y en qué dosis. Los suplementos no deben sustituir una dieta equilibrada, sino complementarla cuando sea necesario.

La nutrición en la tercera edad es esencial para mantener una buena salud y calidad de vida. Al abordar problemas digestivos, mantener la actividad física y gestionar deficiencias nutricionales de manera adecuada, los adultos mayores pueden disfrutar de una vida activa y saludable durante sus años dorados. La clave está en la atención médica regular y la toma de decisiones informadas sobre la alimentación y la suplementación.

Bibliografía:

Cruz-Jentoft, AJ y Sayer, AA (2019). Sarcopenia. The Lancet, 393 (10191), 2636-2646
Davidson J, Getz M. Nutritional risk and body composition in free-living elderly participating in congregate meal-site programs. J Nutr Elder. 2004;24(1):53-68 .
Institute of Medicine. Dietary Reference Intakes: Applications in Dietary Assesment. Washington, DC: National Academy Press; 2000.
Larson, E. & Bruce, R. (1987). Health benefits of Exercise in an Aging Society, In Arch. Intern. Med Vol. 147
Gil Gregorio, P., Ramos Cordero, P., Marín Carmona, J. M., & López Trigo, J. A. (2012). Guía de ejercicio físico para mayores de edad. Sociedad Española de Geriatría y Gerontología «Tu salud enmarcha». https://www.segg.es/media/descargas/GU%C3%8DA%20DE%20EJERCICIO%20F%C3%8DSICO%20PARA%20MAYORES.pdf
Ríos, M. P., & Raviña, A. R. (2003). La nutrición en el anciano. Offarm: farmacia y sociedad, 22(5), 100-106.
Etiquetas

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *