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Uniendo fuerzas para promover la elección de alimentos saludables

Ante los alarmantes datos sobre obesidad en todo el mundo, es necesario que las autoridades gubernamentales, la industria de alimentos y el sector salud trabajen juntos para mejorar las estrategias de intervención dietéticas y para conseguir resultados a larga plazo.

Elegir es algo que hacemos todos los días. Casi a cada minuto se presentan opciones frente a nosotros y decidimos entre una gama de posibilidades. Incluso sin darnos cuenta o sin cuestionarnos mucho, decidimos todo el tiempo. Hay decisiones que tomamos casi de manera automática y sin pensarlo demasiado.

En el caso de la comida que consumimos, elegir es una actividad fundamental. Pero, ¿sabemos por qué preferimos una comida sobre otra? ¿Qué nos hace elegir entre una ensalada o un par de piezas de pollo frito? ¿Por qué si tenemos la opción de comer una comida balanceada y nutritiva, preferimos los platillos más grasosos?

Algunos científicos piensan que si logramos comprender las motivaciones que están detrás de las decisiones que tomamos, se podrían diseñar distintas estrategias para impulsar la toma de mejores decisiones en cuanto a los hábitos alimentarios.

Estas ideas fueron expuestas en mayo de 2013, en un simposio en Gante, Bélgica, donde se discutió la necesidad de una colaboración entre distintos países para realizar estudios culturales sobre los factores que determinan la elección de alimentos saludables y los comportamientos que intervienen a la hora de realizar las compras de comida.

El objetivo del análisis, auspiciado por el Grupo de Trabajo de la Unión Europea y Estados Unidos sobre Investigación en Biotecnología, es sentar las bases para desarrollar estrategias de intervención que trajeran resultados a largo plazo sobre las decisiones que la gente toma respecto de su alimentación.

Por otro lado, se buscaba hacer un llamado a las autoridades gubernamentales, la industria de alimentos y bebidas, y el mundo académico, para que trabajaran juntos en un ambiente de colaboración para atender las preocupaciones respecto de la salud alimenticia de la población en general.

Dado que uno de los problemas que se enfrentan hoy en día en términos de salud es la obesidad, el equipo de investigadores resumió los principales puntos de discusión en un artículo para la revista Journal of Nutrition Education and Behavior. Entre los temas más importantes, resaltaron los siguientes:

  • Las carencias y prioridades establecidas en la educación nutricional
  • El desarrollo de políticas públicas y privadas en beneficio de una mejor alimentación
  • La investigación de mercado
  • Las intervenciones basadas en los hallazgos científicos para mejorar la alimentación y prevenir la obesidad

La discusión giró en torno a tres áreas principales:

  • Influencias o factores presentes en la infancia que determinan los comportamientos sobre los alimentos, para toda la vida
  • Los determinantes individuales de la selección de alimentos y los comportamientos de compra
  • La comunidad en general y las influencias culturales en los hábitos alimentarios

La evidencia ha demostrado que el papel de la nutrición durante los primeros años de la vida (e incluso durante el embarazo) es crítico en el desarrollo de los hábitos alimentarios de los individuos. Los participantes en el simposio reconocieron que existe una necesidad de identificar y estudiar las prácticas de alimentación de la vida temprana (por ejemplo, tener a edad temprana una variedad de gustos y sabores, la exposición repetida a nuevos alimentos y la costumbre de consumir porciones más pequeñas), que son eficaces en el aumento de la aceptación y el consumo de alimentos saludables. Estas medidas podrían llevar a mejores resultados de salud en el largo plazo.

Además, se examinó la complejidad de los factores que afectan la elección de alimentos saludables. Se consideró importante tener cierto conocimiento sobre nutrición y el acceso a alimentos saludables. Otros factores fisiológicos (por ejemplo, la genética) y psicológicos (por ejemplo, emociones), también fueron reconocidos por su influencia en la efectividad de las intervenciones nutricionales personalizadas.

Otro tema de discusión fue la eficacia de las políticas para apoyar la elección de alimentos con conocimiento de causa, como la regulación de la publicidad, las campañas de información pública, el etiquetado nutricional y la educación nutricional. La evaluación de estas políticas requiere de estudios longitudinales que permitan medir los resultados significativos de salud.

Se destacó que la participación comunitaria y la colaboración con la industria, serían cruciales en la promoción de una alimentación saludable basada en la comunidad. Sin embargo, la diversidad y las diferencias culturales en las comunidades modernas deben tomarse en cuenta en el desarrollo de estrategias efectivas para el cambio de comportamiento. Las industrias, también podrían contribuir estableciendo una estrecha colaboración con las autoridades públicas, para desarrollar productos, apoyar la investigación de calidad y proporcionar información que fomente mejores decisiones en los consumidores.

Dentro de los retos identificados en la discusión mencionada, se encuentran:

  • La necesidad de investigar los efectos a largo plazo de los factores prenatales y patrones de alimentación materna que influyen en el comportamiento alimenticio de los adultos, en un control de peso adecuado y otros resultados de salud
  • Una necesidad crítica de identificar las prácticas alimenticias reales en el hogar, incluyendo el contexto de las prácticas y el impacto en la ingestión alimentaria
  • La carencia de evaluaciones de la eficacia de las políticas dirigidas a las condiciones del mercado (por ejemplo, los estándares de nutrición, los impuestos de alimentos/subsidios, las comidas escolares, etc.)
  • La importancia de establecer sociedades de investigación extendidas con la industria, especialmente en esta época de recursos limitados, ya que pueden acelerar la comprensión y la promoción de prácticas saludables de alimentación en varios niveles

Años antes, un estudio del Departamento de Nutrición de la Universidad de Carolina del Norte, EE.UU., examinó la influencia que el ambiente tiene sobre las decisiones de salud de la gente, en específico sobre nutrición y actividad física.

Dicho estudio parte de la inquietud sobre la manera en que las dietas y los hábitos de consumo de alimentos han cambiado en la última década, y la influencia que los ritmos de vida, las ciudades y la tecnología tienen sobre dichos cambios.

Algunos de los factores que han provocado fuertes cambios en las conductas alimenticias son las opciones que ofrecen los establecimientos de comida que quedan cerca de los lugares de trabajo o de estudio, los cambios en el estatus socio económico de la población y el precio de los alimentos, entre otros. Estas situaciones afectan a la población mundial de diferentes maneras, pero la consecuencia, según el estudio es la misma: un desbalance entre el consumo y el gasto de energía que puede ocasionar padecimientos como la obesidad.

Para que las estrategias de intervención dietética funcionen a largo plazo, es necesario considerar los factores que afectan la toma de decisiones saludables respecto de la alimentación. Y eso sólo será posible con el trabajo conjunto de las autoridades gubernamentales, la industria de alimentos y el sector salud en sus diferentes niveles.

Fuentes:

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