Investigadores de la Universidad de Stanford hicieron una revisión de los textos publicados sobre la calidad de los alimentos orgánicos para determinar si ofrecen ventajas en cuanto a seguridad y valor nutritivo, respecto de sus contrapartes convencionales. Encontraron que en general no hay evidencias que sostengan beneficios nutricionales significativos en la preferencia de productos orgánicos. Sin embargo, el consumo de alimentos orgánicos puede reducir la exposición a los pesticidas y en el caso de la carne de cerdo y pollo orgánico se puede reducir la exposición a las bacterias resistentes a antibióticos.
Pero, ¿qué significa que un producto sea “orgánico”? Orgánico se refiere a la manera en que los agricultores cultivan y procesan los productos. Las prácticas varían en todo el mundo, sin embargo, los alimentos orgánicos están cultivados sin pesticidas sintéticos, sin fertilizantes y no se utilizan antibióticos ni hormonas de crecimiento. Tampoco se puede utilizar la irradiación o el uso de organismos genéticamente modificados (OGM) o los productos elaborados a partir de ellos, esto está generalmente prohibido por la “legislación orgánica”.
En la revisión de los textos se incluyeron casos que compararon: i) las poblaciones que consumen dietas de alimentos orgánicos y convencionales (17 estudios) o ii) los niveles de nutrientes y contaminantes de estos alimentos (223 estudios). Todos los estudios se centraron en frutas, verduras, cereales, carne, aves de corral, leche y huevos. Los estudios sobre los alimentos procesados fueron excluidos. Las principales conclusiones se resumen a continuación:
Las ventajas más relevantes en el consumo de productos orgánicos tienen que ver con la detección de residuos de pesticidas, que es más baja (7%) que en los productos convencionales (38%). Sin embargo, el límite de detección, es decir, la menor cantidad de pesticida que podría ser detectada por el método de laboratorio empleado, varió en los estudios realizados; entre los productos tanto orgánicos como convencionales, sólo un pequeño porcentaje superó los límites máximos establecidos por ley.
En cuanto a la presencia de factores bacterianos no hubo diferencia entre los dos tipos de alimentos. Pero en los casos del cerdo y del pollo orgánico se encontró un 33% de menor probabilidad de llevar bacterias resistentes a tres o más antibióticos, en comparación con la carne producida de forma convencional. Esto puede ser explicado por el uso rutinario de antibióticos durante la cría y la producción de animales por medios convencionales.
Los autores destacaron una serie de limitaciones asociadas con sus hallazgos. Estas incluyen la variabilidad en el diseño del análisis, la diversidad de los factores físicos entre los estudios (por ejemplo, las prácticas de temporada, el tipo de suelo o el almacenamiento) y las diferencias específicas dentro de las prácticas orgánicas. Además, no hay estudios a largo plazo sobre las repercusiones en la salud en las poblaciones que consumen alimentos, predominantemente orgánicos contra los producidos convencionalmente.
Fuente: www.eufic.org