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La vitamina D corta de tajo la presión arterial y el riesgo de ECV

Un estudio genético a gran escala aclara la relación entre la presión arterial alta (hipertensión) y la deficiencia de vitamina D, que confirma que los niveles bajos de esta pueden provocar hipertensión y un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV).

Dirigido por el Dr. Vimal Karani de la College University de Londres, Reino Unido, el equipo de investigación concluyó que para que los estudios observacionales sugirieran tal enlace, fue necesario un estudio genético a gran escala antes de que cualquier relación causa-efecto pudiera ser probada.

“Sabíamos por estudios de observación anteriores que concentraciones bajas de 25 (OH) D eran susceptibles de ser asociadas con el aumento de la presión arterial y la hipertensión, pero la correlación no significa causalidad“, dijo Karani. “Además, los ensayos controlados aleatorios de suplementos de vitamina D en los seres humanos, han producido efectos inconsistentes respecto de los resultados cardiovasculares. […] El panorama general era un poco confuso y decidimos tratar de resolverlo de una vez por todas”.

En la presentación de sus resultados en la conferencia anual de la Sociedad Europea de Genética Humana (ESHG), Karani y su equipo agregaron que su nuevo estudio “sugiere” que algunos casos de la enfermedad cardiovascular “se podrían evitar a través de los suplementos de vitamina D o de fortificación en los alimentos.”

Detalles del Estudio

Los nuevos datos, con la colaboración de D-CarDia, se obtuvieron a partir de 35 estudios e información de más de 155,000 personas en numerosos centros de Europa y América del Norte. Karani y su equipo revelaron que las altas concentraciones de 25-hidroxivitamina D (25 (OH) D) habían reducido la presión arterial en varias personas y por lo tanto el riesgo de padecer hipertensión.

El equipo de investigación utilizó variaciones genéticas, conocidas como polimorfismos de un solo nucleótido o SNPs, como marcadores para reflejar el estado de vitamina D del individuo con el fin de comprobar una asociación causal con la presión arterial y la hipertensión. Cuando se analizaron los resultados encontraron una relación significativa: por cada aumento de 10% en las concentraciones de 25 (OH) D, hubo una disminución del 8.1% en el riesgo de desarrollar hipertensión.

Karani explicó que incluso con la “posible presencia” de los factores de confusión no observadas, el enfoque que el equipo siguió -conocido como aleatorización mendeliana- les permitió sacar conclusiones acerca de la causalidad, “ya que la influencia genética en la enfermedad no se ve afectada por los factores de confusión. […] Para ponerlo en términos simples, utilizando este método podemos determinar la causa y el efecto y estar bastante seguros de que hemos llegado a la conclusión correcta sobre el tema”, dijo Karani.

El investigador reveló que el equipo ahora tiene la intención de continuar su trabajo mediante el examen de la relación causal entre el estado de vitamina D y otros resultados cardiovasculares relacionados con la enfermedad, incluyendo el colesterol, marcadores inflamatorios como la proteína, la diabetes y los marcadores de metabolismo de la glucosa C-reactiva de tipo 2.

“Creemos que todavía nos queda mucho por descubrir sobre el efecto de la deficiencia de vitamina D en la salud, y ahora sabemos que tenemos las herramientas para hacerlo”, dijo Karani.

Fuente: N. Gray. Nutraingredients-usa.com

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