Cargando

Escriba aquí

Dra. Ruth Pedroza

Programa de Ingeniería de Alimentos

Universidad Iberoamericana

Estudios científicos de alta calidad, realizados en diversos países, han establecido las ventajas de incorporar cereales listos para el consumo como primer alimento del día: el desayuno (Hunty y col., 2013; Williams, 2014; Fulgoni y Buckley, 2015; Priebe y McMonagle, 2016; Rehm y Drewnowski, 2017). Actualmente, son altamente preferidos precisamente en ese tiempo de comida y pueden formar parte de una dieta balanceada, aportando una cantidad importante de nutrimentos (Fulgoni y Buckley, 2015), mejorando la calidad de la dieta (Rehm y Drewnowski, 2017).

Dado que son de alto consumo, son vehículos adecuados para ser enriquecidos y llevar a la dieta vitaminas y minerales evitando con ello deficiencias entre los que los consumen, en especial niños y adolescentes. Se ha demostrado que los niños que incorporan en su desayuno 5 veces por semana estos productos enriquecidos, reducen su prevalencia de deficiencia de todas las vitaminas y minerales (Williams, 2014).

Otra ventaja de comer cereales listos para consumir en el desayuno, es que se favorece el incremento de ingestión de leche, por la forma en se acostumbra comerlos, mejorando la cantidad de nutrimentos de la dieta (Williams, 2014; Priebe y McMonagie, 2016). Es importante mencionar que, aunque la leche es considerada un alimento completo, carece de vitamina C, hierro y fibra (Carvajal y Pinto 2006), nutrimentos que pueden estar presentes en los cereales para el desayuno, en especial si son de granos integrales.

Un dato relevante es que el consumo de cereal en el desayuno favorece un menor índice de masa corporal y reduce la propensión al sobrepeso, en comparación con lo que ocurre si no se incluye este tipo de alimento o si no se toma un desayuno (De la Hunty y col., 2013; Castillo y col., 2015). Por supuesto, no es recomendable omitir el desayuno.

Si los cereales listos para el consumo están elaborados con granos integrales, la calidad nutrimental del desayuno se mejora por el aporte de fibra (Castillo y col., 2015). Este tipo de productos se ha asociado con beneficios para los adultos que los ingieren, reduciendo el riesgo de enfermedad cardiovascular, diabetes, hipertensión, del aumento de colesterol en sangre y ganancia de peso (Bazzano y col., 2005; Priebe y McMonagle, 2016).

Se ha sugerido que el consumo de cereales integrales en el desayuno podría favorecer la saciedad y evitar el sobreconsumo de alimento en las comidas subsecuentes durante el día (Wiliams y col, 2009).

La salud intestinal, en especial del colon, también se ve favorecida con el consumo de cereales integrales, ya que la deficiencia de fibra en la dieta es uno de los factores de riesgo más importantes para enfermedades del colon, como la aparición de divertículos (Böhm, 2015).

Los cereales de grano entero o integrales, al incrementar el aporte de fibra en la dieta, favorecen a la microbiota intestinal que es la comunidad de microorganismos vivos que están en el tubo digestivo (Brighenti y col., 1999). Esta tiene una variedad de funciones que benefician al organismo al producir vitaminas, ácidos grasos que intervienen en el control del uso de la energía ejerciendo efectos antiobesidad (Mithieux, 2014), y es indispensable para un buen desarrollo corporal y del sistema inmune (Icaza-Chávez, 2013).

Con respecto al aporte de azúcar, los cereales listos para consumir pueden contribuir con cerca del 34% en el desayuno, pero su contribución constituye sólo el 7% del total de azúcares de la dieta del día (Grieger y Cobiac, 2012).

Otro beneficio del consumo de cereales listos para comer, es una reducción en el consumo de energía proveniente de la grasa, es decir, se come menos grasa en el día y en general los consumidores de este tipo de productos, tienen mejores dietas (Williams, 2014).

De acuerdo con un sondeo realizado en México, se encontró que más del 80% de los niños entre 3 y 12 años incluyen en su desayuno a los cereales listos para consumir, ya sea diariamente o al menos de 2 a 3 veces por semana (Profeco, 2011).

Aunque aún no existe un consenso sobre lo que debe ser un buen desayuno, se sabe que es la primera comida y que ocurre antes de dar inicio a las actividades del día. Dado que debe proporcionar energía y nutrimentos esenciales para el desarrollo de esas actividades, no es extraño que incorpore cereales en combinación con componentes de otros grupos de alimentos, de preferencia acorde con las guías de alimentación.

En lo que sí hay consenso es sobre el amplio reconocimiento que tiene el desayuno como el alimento más importante del día. Sus beneficios relacionados con el bienestar, el manejo del peso y el mejoramiento cognitivo, entre otros, han sido estudiados extensamente (Tolfrey y Zakrzewski, 2012; O’Neil y col., 2014) y la incorporación frecuente de cereales listos para comer, contribuye a ese bienestar. Se trata de productos relativamente de bajo costo, que aportan muy diversos nutrimentos y que pueden ser recomendados como parte de una dieta balanceada y saludable.

 

Referencias:

Bazzano LA, Song Y, Bubes V, Good CK, Manson JE, Liu s. 2005. Dietary intake of whole and refined grain breakfast cereals and weight gain in men. Obesity Research 13: 1952-1960.

 

Böhm SK. 2015. Risk factors for diverticulosis, diverticulitis, diverticular perforation, and bleeding: a plea for more subtle history taking. Vizszeralmedizin 31: 84-94.

 

Carvajal A, Pinto JA. 2006. El desayuno saludable. Nutrición y salud. Dirección General de Salud Pública y Alimentación. Consejería de Sanidad y Consumo. Nueva Imprenta S.A. Madrid.

 

Castillo O, Liberona J, Domínguez A, Thielecke F, Mondragón M, Rozowsky J, Cruchet S. 2015. Consumption of ready-to-eat cereals is inversely associated with body mass index in 6-13 years old

Chilean schoolchildren. Nutrición Hospitalaria 32(S): 2301-2308.

 

De la Hunty A, Gibson S, Ashwell M. 2013. Does regular breakfast cereal consumption help children and adolescents stay slimmer? A systematic review and mera-analysis. Obesity Facts 6: 70-85.

 

Fulgoni VL, Buckley RB. 2015. The contribution of fortified ready-to-eat cereal to vitamin and mineral intake in the U.S. population, NHANES 2007-2010. Nutrients 7: 3949-3958.

 

Grieger JA y Cobiac L. 2012. Comparison of dietary intakes according to breakfast choice in Australian boys. European Journal of Clinical Nutrition 66: 667-672.

 

Icaza-Chávez ME. 2013. Microbiota intestinal en la salud y la enfermedad. Revista de Gastroenterología de México 78(4): 240-248.

 

Mithieux G. 2014. Nutrient control of energy homeostasis via gut-brain neural circuits. Neuro-endocrinology 100: 89-94.

 

O’Neil CE, Byrd-Bredbenner C, Hayes D, Jana L, Klinger SE, Stephenson-Martin S. 2014. The role of breakfast in Health: definition and criteria for a quality breakfast. Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics Suppl 3, 114 (2): S8-S26.

 

Priebe MG y McMonagle JR. 2016. Effects of ready-to-eat-cereals on key nutritional and Health outcomes: a systematic review. Plos One Octubre 17: 1-35.

 

Profeco. https://www.profeco.gob.mx/encuesta/mirador/2011/Sondeo_cereales.pdf [Consultado el 31 de agosto, 2017].

 

Rehm CD, Drewnowski A. 2017. Replacing american breakfast foods with ready-to-eat (RTE) cerealsincreases consumption of key food groups and nutrients among US children and adults: results of an NHANES modelng study. Nutrients 9: 1010.

 

Tolfrey K y Zakrzewski JK, 2012. Breakfast, glycaemic index and health in young people.  J Sport and Health Science 1: 149-159.

Williams BM, O’Neil C, Keast D, Cho S, Nikals T. 2009. Are breakfast consumption patterns associated with weight status and nutrient adequacy in African-American children? Public Health Nutrition 12: 489-496.

Etiquetas
Anterior artículo
Siguiente artículo

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *