L. en N. Liliana Ortega Islas
Consultora
Según estadísticas del INEGI para mayo de 2016, la diabetes mellitus se ubicaba como la tercera causa de muerte en México, reportando 82,334 casos de defunciones al año. (1) Además de dar atención primaria a las personas con diabetes, también se deben procurar cuidados secundarios para las consecuencias que trae esta enfermedad.
Si a ello le sumamos los índices de obesidad en adultos y niños a los que se enfrenta el país, y que esta es un precursor de la diabetes tipo II, el panorama luce alarmante para las instituciones de atención a la salud; simplemente la atención médica se verá rebasada en los próximos años. Las personas con diabetes presentan problemas de la vista, de la circulación, afecciones al riñón, etc., todo esto es algo que debe atender el sistema de salud pública.
Se define como diabetes a la afección crónica que se presenta cuando el organismo es incapaz de producir suficiente insulina o no la utiliza eficazmente. La insulina es una hormona que se produce en el páncreas e interviene en el metabolismo de la glucosa que proviene de los alimentos que se ingieren diariamente.
La insulina permite la entrada de la glucosa a los tejidos y órganos, y con ello contribuye a disminuir la concentración de glucosa circulante en la sangre. Cuando la glucosa entra en la sangre, se metaboliza y produce energía que se utiliza para las funciones de los órganos y sus estructuras.
Si la insulina no funciona de forma correcta, los niveles de glucosa en sangre se incrementan, se llega a desarrollar diabetes y, si no se atiende oportunamente, llega a afectar distintos sistemas del organismo.
Hay tres tipos de diabetes:
La diabetes tipo II es la más común, y actualmente está catalogada como epidemia; se desarrolla con rapidez en el mundo entero. Muchos enfermos, no saben que padecen diabetes, y si no son diagnosticados y tratados a tiempo, tienen un alto riesgo de desarrollar complicaciones derivadas de la diabetes, incluso llegan a vivir con diversas discapacidades como ceguera, amputación no traumática de miembros, fallo renal, etc. Por otro lado, el cuidado y supervisión de la salud del paciente con diabetes, implica altos costos tanto para la familia, como para el sector público de atención a la salud.
La diabetes, además, se asocia con la pérdida de la productividad, pues la gente al estar enferma, falta constantemente al trabajo o bien deja de trabajar, generando un gran impacto en el desarrollo económico del país.
Según las estadísticas oficiales, la edad media de fallecimiento de las personas con diabetes es de 66.7 años; los costos para el sector salud alrededor de esta enfermedad son de $7,734 millones, el 75% de los gastos es en las complicaciones tardías. Tan solo en el IMSS, el gasto médico en diabetes en 2010 fue de 14 mil millones de pesos. (2)
Si bien existen factores de riesgo que predisponen el desarrollo de la diabetes mellitus, como componentes genéticos, también hay otros factores de riesgo que sí pueden ser modificados y que tienen que ver con el estilo de vida de los individuos, por ejemplo, tener obesidad, dislipidemias, síndrome metabólico, tener baja o nula actividad física y una dieta alimentaria alta en grasas y azúcares refinados.
La educación de la población es fundamental para una atención primaria y para tener una buena calidad de vida.
Si existen antecedentes familiares con diabetes, es importante acudir a citas médicas de control de manera periódica, ahí el médico evaluará el estado de salud a través de análisis de laboratorio y podrá detectar niveles de glucosa elevados, revisará la presión arterial, evaluará si el paciente cursa con obesidad, etc., y determinará el tratamiento médico a seguir.
Independientemente del tratamiento médico, lo que se requiere ante todo, es crear conciencia de seguir un estilo de vida saludable, lo cual incluye modificar la forma de alimentarse, comenzar a realizar actividad física de manera regular, dejar de fumar y evitar las bebidas alcohólicas. Hay que recordar que la diabetes es una enfermedad crónica degenerativa, no tiene cura, sin embargo, si de manera oportuna se inicia un tratamiento médico y se realizan ajustes en el estilo de vida, las expectativas de tener una vida saludable y productiva pueden ser altas.
Recomendaciones para una vida saludable:
La atención médica, el seguimiento del tratamiento, el control de peso y los hábitos de alimentación saludables, van de la mano con la actividad física. De acuerdo a tu estado de salud, se valorará que tipo de ejercicio puede realizarse de manera constante. El deporte es fundamental para la pérdida sana de peso, para mantener una buena circulación y crear un bienestar emocional, entre muchas otras funciones.
Los pacientes con diabetes, pueden tener calidad de vida, si se atienden a tiempo y si llegan a hacer suyo un nuevo estilo de vida que se formará día a día. Tener diabetes no debe ser un impedimento para vivir bien.
Referencias: