La cerveza es, sin duda, uno de los productos más antiguos conocidos por la humanidad y sus ingredientes base, cebada malteada, agua y levadura, han permanecido a lo largo del tiempo. No obstante la cerveza ha ido cambiando, por ejemplo, cuando se le agregó lúpulo a partir del siglo XVIII, hasta llegar a la que conocemos actualmente, con las múltiples variedades en que se ofrece.
La cerveza es una bebida de bajo contenido alcohólico (2-6% de alcohol en volumen según la normativa mexicana), no destilada, carbonatada, que se produce a partir de la fermentación alcohólica de azúcares extraídos de cereales, tradicionalmente la cebada.
El proceso de elaboración de la cerveza inicia con el malteado de la cebada y continúa con la molienda de la misma. El siguiente paso es la maceración, que consiste en mezclar la malta molida y los adjuntos con agua a temperatura y tiempos específicos. Esto se hace con la finalidad de permitir que las enzimas presentes en la malta transformen los almidones en azúcares, obteniendo así el mosto, un líquido dulce color ámbar que contiene azúcares, proteínas, vitaminas y minerales.
Una vez filtrado el mosto se lleva a ebullición en una olla de cocción con un sistema de calentamiento a base de vapor. Durante la ebullición se adiciona el lúpulo, que imparte el amargor característico de la cerveza. Finalizada esta etapa se separa el turb (masa de partículas de proteína coagulada) para evitar turbidez en el producto final.
El proceso continúa con el enfriamiento del mosto, y una vez frío se le agrega la levadura responsable de transformar el mosto en cerveza. La fermentación es llevada a cabo por las células de levadura, que al realizar su metabolismo transforma los azúcares en alcohol y dióxido de carbono (CO2). Una vez consumidos los nutrimentos del mosto, las células de la levadura se agrupan y sedimentan para ser separadas posteriormente de la cerveza.
Para finalizar esta etapa, la cerveza es llevada a madurar, donde adquiere el sabor definitivo del producto; esta operación se lleva a cabo a temperaturas frías, cerca de los 0°C. Después de algunas semanas en reposo se logra la maduración del sabor y la cerveza está lista para ser envasada.
Hoy en día la cerveza es una bebida de consumo mundial y México tiene un papel importante en el mundo de la cerveza. Hasta el año 2009 estaba denominado como el sexto productor de cerveza a nivel mundial y el segundo en Latinoamérica, debajo de Brasil; el consumo nacional aparente de cerveza se ha mantenido en 62 litros por persona al año.
De acuerdo con varios estudios, la cerveza contiene vitaminas, minerales, antioxidantes, fibra y otros componentes obtenidos de sus materias primas o durante el proceso de fabricación, los cuales le confieren propiedades nutritivas y funcionales. Consumida con moderación, la cerveza es una bebida refrescante, natural, saludable y la combinación perfecta en una dieta balanceada.
* Es importante aclarar que no existe una Norma Mexicana que delimite el uso de aditivos en la cerveza, por lo cual los fabricantes no se ven obligados a cumplir ninguna especificación. Los que se presentan a continuación son usados normalmente y están aprobados por organismos como el CODEX Alimentarius o la Comunidad Europea.
Referencias:
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