Dra. Natalia Vázquez-Manjarrez
Dra. Nimbe Torres y Torres
Departamento de fisiología de la nutrición
INCMNSZ
Datos publicados por del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) muestran que, durante el periodo de 1980-2013, en nuestro país 114 mil 616 hombres, con una edad promedio de 76.5 años, murieron a causa de cáncer de próstata (CP). Esto representa un riesgo de muerte de 16 decesos por cada 10 mil hombres mayores de 40 años (1). La evidencia indica que 15kg de sobrepeso aumenta el riesgo a presentar CP y su mortalidad incrementa en un 8% y 11%, respectivamente (2). La elevación de los niveles de las hormonas leptina e insulina comúnmente aumentan factores de crecimiento que facilitan la proliferación del cáncer de próstata (3).
Existen diversos componentes en la dieta que tienen influencia en la aparición de CP. Entre estos están el consumo de carne, ya sea cocinada a altas temperaturas o sus productos procesados, el consumo elevado de lácteos (4) y dietas ricas en calcio. Estos elementos de la dieta han sido estudiados por su potencial efecto en el riesgo a padecer CP (2, 5). Se ha argumentado que la ingesta elevada de calcio disminuye la formación de vitamina-D3 permitiendo la proliferación celular en la próstata.
Cuando la carne es cocinada a altas temperaturas se producen aminas heterocíclicas que pueden incrementar el riesgo a CP hasta un18%. Sería recomendable limitar el consumo de estos alimentos y preferir otras formas de preparación como la cocción lenta.
Estudios de investigación han mostrado que el consumo de ácidos grasos omega-3, incluyendo el DHA, disminuyen el riesgo de CP en un 40%. Las fuentes dietarias de los ácidos omega-3 son los pescados de agua fría, como el salmón, el arenque y las sardinas, y en diferentes semillas y oleaginosas como chía, linaza y nueces. La ingesta diaria recomendada de omega-3 en hombres es de 1.6g/día.
Asimismo, los bajos niveles de selenio y de alfa-tocoferol (vitamina E) en suero también han sido asociados con la presencia de CP. El selenio es un nutrimento esencial que se encuentra en diversos alimentos como vegetales, granos, carne roja, pescado, huevo y puerco. Este nutrimento es metabolizado en selenoproteínas, las cuales tienen funciones antiinflamatorias y antioxidantes que protegen al DNA del daño oxidativo (10). Además, las selenoproteínas están involucradas en la síntesis de testosterona, que es un importante regulador del crecimiento prostático normal y anormal (10). Similar a las selenoproteínas, el alfa-tocoferol también actúa como un potente antioxidante en nuestro organismo. Lo recomendable para los hombres adultos es consumir la dosis diaria recomendada de 13mg/día de vitamina E y 55-60 microgramos/día de selenio (6).
Existen otros compuestos en los alimentos que se recomiendan para disminuir el riesgo de presentar CP: el licopeno, un carotenoide, ha sido ampliamente estudiado en relación con el CP (7). Este compuesto se encuentra en distintas fuentes dietarias entre las cuales se destacan los productos procesados de jitomate, incluyendo enlatados, sopas y la popular salsa catsup. Se ha demostrado que por cada 2mg de licopeno consumido disminuye el riesgo a CP un 1%, mientras que por cada 10mg/dL de licopeno circulante el riesgo disminuyó 3.5%-3.6%.
La ingesta de isoflavonas en la soya parece ser benéfica contra esta enfermedad. La dadzeina es transformada en equol por acción de la microbiota, dándonos un potente bioactivo que retrasa el crecimiento de CP (8). Sin embargo, no todos los hombres tienen la capacidad de producir equol en la población occidental, donde únicamente el 40% de los sujetos la tiene. La genisteína tiene la habilidad de modificar la formación de cáncer por la disminución de la actividad de los receptores de andrógenos, su capacidad de disminuir la actividad de enzimas claves para la producción de hormonas esteroideas y su facultad de promover la muerte de células dañinas (9).
Tomando en cuenta lo anterior, el mantenimiento de un peso adecuado, el consumo de licopeno y productos de soya pueden reducir el riesgo de presentar cáncer de próstata.
Referencias:
1. INSP. Mortalidad por cáncer de próstata en México a lo largo de tres decadas [updated August 26th 2020. Available from: https://www.insp.mx/avisos/4189-cancer-prostata-mx.html.
2. Fund WCR. Diet, nutrition, physical activity and prostate cancer CUP Third report. 2018.
3. Joshi AD, Corral R, Catsburg C, Lewinger JP, Koo J, John EM, et al. Red meat and poultry, cooking practices, genetic susceptibility and risk of prostate cancer: results from a multiethnic case-control study. Carcinogenesis. 2012;33(11):2108-18.
4. Epstein MM, Kasperzyk JL, Mucci LA, Giovannucci E, Price A, Wolk A, et al. Dietary fatty acid intake and prostate cancer survival in Örebro County, Sweden. Am J Epidemiol. 2012;176(3):240-52.
5. Park S-Y, Murphy SP, Wilkens LR, Stram DO, Henderson BE, Kolonel LN. Calcium, vitamin D, and dairy product intake and prostate cancer risk – The multiethnic cohort study. Am J Epidemiol. 2007;166(11):1259-69.
6. Zhang Y, Roh YJ, Han S-J, Park I, Lee HM, Ok YS, et al. Role of Selenoproteins in Redox Regulation of Signaling and the Antioxidant System: A Review. Antioxidants. 2020;9(5).
7. Rowles JL, Ranard KM, Smith JW, An R, Erdman JW. Increased dietary and circulating lycopene are associated with reduced prostate cancer risk: a systematic review and meta-analysis. Prostate cancer and prostatic diseases. 2017;20(4):361-77.
8. Itsumi M, Shiota M, Takeuchi A, Kashiwagi E, Inokuchi J, Tatsugami K, et al. Equol inhibits prostate cancer growth through degradation of androgen receptor by S-phase kinase-associated protein 2. Cancer Science. 2016;107(7):1022-8.
9. Sivoňová MK, Kaplán P, Tatarková Z, Lichardusová L, Dušenka R, Jurečeková J. Androgen receptor and soy isoflavones in prostate cancer (Review). Mol Clin Oncol. 2019;10(2):191-204.