L. en N. Cecilia García Schinkel Académica del Departamento de Salud Universidad Iberoamericana
La alimentación es un fenómeno complejo que se puede dividir para su estudio en:
1. Dieta correcta: entendiéndose por dieta lo que cada uno de nosotros consume por día; y, que según la NOM 043,debe tener las siguientes características para considerarse correcta:
2. Control de porciones: el segundo elemento de una alimentación correcta es el control de las porciones de todos los alimentos consumidos. Aprender a medir y contralar las porciones consumidas es esencial, y para lograrlo se sugiere el uso de objetos cotidianos como referencia. Así, una porción adecuada de verdura se parece a una pelota de beisbol, mientras que la del aderezo que acompañará al platillo deberá de ser del tamaño de una pelotita de ping pong, por ejemplo. Cuida que las porciones sean moderadas y que además se adecuen a las necesidades de cada miembro de la familia. No necesita lo mismo un papá que trabaja en la construcción, cargando y moviéndose todo el día, que una mamá oficinista, más sedentaria y pequeña en tamaño, que un niño pequeño, que ocre y se mueve mucho y además está creciendo, pero cuyo cuerpo es más chiquito. Servirle a cada uno solo lo que necesita, pero de alimentos concentrados en nutrimentos, es muy importante….
La dieta además debe de ser rica y atractiva, y no por ser saludable, aburrida y repetitiva….Hay que pensar en ingredientes diferentes, incluyendo distintos tipos de pescados o mariscos, frutas y verduras de temporada, más hierbas y especias, preparaciones y combinaciones novedosas y formas distintas de servir y acomodar los platillos. Se trata de sorprender; se trata de agradar y se trata de poner en la mesa familiar lo que a la familia le puede hacer bien y además le pueda gustar. Si al mismo tiempo hacemos menos disponibles alimentos como galletas, frituras y preparaciones grasosas, podremos cambiar los hábitos y conductas familiares.
3. Hábitos alimentarios: el tercer pilar de la correcta alimentación son los hábitos alimentarios, o sea la forma en la que ingerimos los alimentos a lo largo del día. Algunos hábitos alimentarios importantes incluyen desayunar siempre, consumir tres comidas formales todos los días, con horarios más bien previsibles y de tamaño moderado, además de dos pequeños refrigerios a lo largo del día, uno a media mañana y otro a media tarde. No saltarse comidas, ni comer rápidamente o mientras se hace otra cosa, son también hábitos correctos.
La hidratación correcta es fundamental también. Y aunque las necesidades de hidratación son personales, recordemos que todos los líquidos hidratan y que tener a la mano una gran variedad de opciones ayuda a lograr realmente estas necesidades. En promedio una adulto requiere de 1 ml de líquidos por cada Kcal consumida, o sea cerca de 2000 ml por día, de los que el 20% se obtienen a través de los alimentos y el resto debe de ingerirse a través del consumo de líquidos.
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