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La lactancia materna exclusiva temprana sigue siendo la piedra angular de la supervivencia infantil

A pesar de la epidemia de VIH/SIDA que asola África subsahariana, la lactancia materna exclusiva (LME) durante al menos los primeros 6 meses de vida, sigue siendo la piedra angular de la supervivencia infantil. La acumulación de pruebas indica que la LME, en comparación con la lactancia materna predominante o mixta, reduce el riesgo de infección por el VIH y aumenta la probabilidad de supervivencia libre de VIH entre los bebés nacidos de madres infectadas por el VIH. En el último número de la Revista, Koyanagi et al muestran que, en un entorno africano con alta prevalencia de VIH / SIDA, EBF también tiene beneficios para los bebés nacidos de madres no infectadas por VIH, lo que apoya la recomendación actual de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del LME temprana para todos los bebés.

Koyanagi et al, informan que la lactancia materna exclusiva desde el nacimiento hasta los 3 meses de edad en los niños nacidos de madres no infectadas por VIH, se asoció con una reducción significativa en las visitas clínicas por enfermedad diarreica. Se encontró una asociación más débil entre LME y visitas clínicas para la infección del tracto respiratorio inferior. El hecho de que los datos se recogieron de forma prospectiva de una cohorte mixta, en gran parte sin seleccionar, de bebés africanos infectados con VIH, expuestos al VIH y no expuestos, confiere a estos hallazgos relevancia real para el desarrollo de los entornos del mundo en el que las decisiones y las prácticas de alimentación infantil, es probable que tengan el mayor efecto sobre la salud.

Uno podría anticipar que los efectos protectores observados en el estudio, pudieran ser aún más pronunciados en los entornos rurales de África, que por lo regular carecen de instalaciones de agua potable y saneamientos comunes, a los entornos urbanos, como aquel en el que se realizó el estudio. A pesar de que los efectos protectores descritos, a primera vista puedan parecer modestos, los beneficios potenciales económicos y de salud pública para un país africano como Zimbabwe, con un gasto de salud pública anual total per cápita de $147 y una tasa de mortalidad del 12.9% en los 5 años de edad, son inmensos. Se estima que las cuentas de las enfermedades diarreicas para el 12% de todas las muertes en Zimbabwe son a los 5 años de edad.

En los Estados Unidos, donde las tasas de mortalidad por enfermedades diarreicas y otras enfermedades infecciosas son bajas y hay fuentes de alimentación alternativas disponibles, a las mujeres infectadas por el VIH se les aconseja que pasen por alto la lactancia materna. Estas condiciones no existen en la mayor parte de África subsahariana, donde la epidemia de VIH/SIDA ha golpeado más duro y afecta desproporcionadamente a las mujeres en edad de procrear.

En estos entornos, ni la alimentación con fórmula, ni el destete temprano, han mejorado las tasas de supervivencia libre de VIH. Aún no está claro si la terapia antirretroviral materna reduce el riesgo de transmisión del VIH al bebé, a través de la leche materna, aunque esto es objeto de investigación activa. La profilaxis antirretroviral extendida, administrada directamente a los lactantes alimentados con leche materna, puede disminuir el riesgo de transmisión postnatal del VIH de madre a hijo. Sigue siendo un tema de gran importancia para la salud pública a través de África y en todo el mundo, el encontrar maneras de mejorar la seguridad de la LME para las madres y los niños que no tienen acceso a alternativas seguras de alimentación y que sean asequibles.

El trabajo de Koyanagi et al y otros en el África subsahariana, donde el valor potencial de la lactancia materna y las tasas de VIH/SIDA son mayores, valida la actual recomendación de la OMS para la lactancia materna exclusiva de los lactantes expuestos al VIH y los no expuestos por igual. El asesoramiento, tanto de las mujeres infectadas por el VIH y la no infectadas, puede ayudar a promover y mantener la lactancia materna exclusiva. Dicho asesoramiento debe ser una faceta integral de los programas destinados para reducir la mortalidad infantil. Se necesita investigación adicional sobre las estrategias para mejorar la seguridad y aceptabilidad de la lactancia materna exclusiva para lactantes de madres infectadas por el VIH, incluyendo el momento exacto de y cuando se llegue al destete.

Fuente: http://ajcn.nutrition.org/content/89/5/1281.full.pdf+html

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