L. en N. Norma Areli Rivera
Todos alguna vez hemos emitido una recomendación en torno a la alimentación. Simplemente, porque la alimentación es un acto con el que todos estamos en contacto; esto provoca que tengamos nuestras propias opiniones, basadas en experiencias personales. Sin embargo, la alimentación es un proceso estudiado por la ciencia de la nutriología, entonces, las recomendaciones alimentarias (RAs) en las que debemos confiar son las emitidas por un especialista de la nutrición o en consensos, sociedades y guías de práctica clínica que incluyan la participación de expertos en el tema.
La RAE define “recomendar” como: aconsejar algo a alguien para bien suyo. Tomando esta definición, las RAs son “consejos” emitidos para mejorar el estado nutricio de la población general. Antes de ser publicadas, se traducen los resultados de numerosas investigaciones científicas a recomendaciones claras y puntuales.
Las RAs han evolucionado a través del tiempo, porque las necesidades alimentarias de la población cambian. Anteriormente, la función de las RAs era emitir ingestas diarias recomendadas; es decir, el total de calorías y nutrimentos específicos, que estaban enfocadas en resolver el déficit de nutrimentos generados por la “Gran Depresión” y la Segunda Guerra Mundial. El objetivo era que después de 50 años, estas enfermedades por deficiencia fueran erradicadas gracias al éxito de las RAs. Sin embargo, estas recomendaciones eran reduccionistas y fueron insuficientes para combatir la creciente incidencia de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT). Actualmente, las RAs están enfocadas en prevenir la aparición de las ECNT.
Recomendaciones de las guías alimentarias:
1 | Tómate el tiempo para comer y disfruta tus comidas al convivir en familia o con amigos, cada vez que puedas |
2 | En tu desayuno, comida y cena incluye los tres grupos de alimentos: verduras y frutas, cereales, leguminosas y alimentos de origen animal |
3 | Bebe agua simple en abundancia. Consume agua de frutas o de sabor sin azúcar en lugar de otras bebidas como refrescos, jugos y aguas frescas con azúcar |
4 | Disminuye el consumo de alimentos salados como embutidos, botanas, sopas deshidratadas y alimentos enlatados |
5 | Evita comer de más, sírvete porciones más pequeñas y deja de comer en cuanto te sientas satisfecho |
6 | Prefiere comer alimentos asados, guisados, a la plancha, sin o con poco aceite |
7 | En cada comida incluye verduras y frutas frescas, de preferencia con cáscara y de temporada |
8 | Come a diario alimentos integrales como tortilla de maíz, avena, amaranto, arroz, pan o pastas; y leguminosas como frijoles, lentejas o habas |
9 | Disminuye el consumo de alimentos dulces como el pan dulce, las galletas y los pastelitos |
En contexto de sobrepeso y obesidad en la población mexicana
Aunque las recomendaciones anteriores están basadas en evidencia científica y son especiales para la población mexicana, no son específicas para aquellos que tienen el diagnóstico de alguna enfermedad y necesitan de la nutrición como parte del tratamiento, por ejemplo, sobrepeso y obesidad. En estos casos, es necesario resolver otras incógnitas: ¿Cuántas porciones tendría que consumir de cereales para disminuir de peso? ¿A cuánto se refiere evita comer de más? ¿Cuál es el tamaño exacto de una porción pequeña?, etc. Si al diagnóstico se le suma la presencia de parámetros metabólicos alterados, se requiere la evaluación individualizada para identificar las causas y poder crear una estrategia con la finalidad de dar solución a estos problemas. Indudablemente, ante esta situación, el paciente debe recibir intervención nutricional.
La intervención nutricional es el conjunto de acciones planificadas que tienen como finalidad resolver el diagnóstico o una etiología nutricional. La intervención nutricional forma parte del proceso de atención nutricia e incluye dos componentes: la planificación y la intervención. Dicha planificación e intervención están basadas en evidencia científica y en la recopilación de la información obtenida en la evaluación del paciente.
Conclusión
Por supuesto que existe la nutrición personalizada y la generalizada, pero, ¿quién necesita cada una? Dicho de una manera sencilla, la nutrición personalizada se refiere a la intervención nutricia y es para aquella persona que desea alcanzar un objetivo en específico, por ejemplo, resolver un diagnóstico nutricional. La nutrición generalizada alude a las recomendaciones alimentarias, estas son para una persona que no tiene un diagnóstico nutricional que resolver y sólo desea cuidar su alimentación para prevenir alguna enfermedad crónica no transmisible y/o sentir bienestar.
Diferencias entre recomendación e intervención alimentaria
Recomendación alimentaria | Intervención nutricia |
Basada en evidencia | Basada en evidencia |
Enfocada en mejorar la salud general y/o prevenir enfermedades crónicas no transmisibles | Enfocada en resolver uno o varios diagnósticos nutricionales |
Requiere de resultados de investigaciones, realizadas en una muestra poblacional | Requiere de una evaluación individualizada del paciente y de resultados de investigaciones en donde incluyeron pacientes con diagnósticos al que se esta evaluando en la intervención |
Se emiten para una población | Se hace de forma individual |
Bibliografía:
Mozaffarian Dariush, Rosenberg Irwin, UauyRicardo. History of modern nutrition science—implications for current research, dietary guidelines, and food policy BMJ 2018; 361 :k2392
Mozaffarian Dariush, Forouhi Nita G. Dietary guidelines and health—is nutrition science up to the task? BMJ 2018; 360 :k822
Swan, William I. et al – Nutrition Care Process and Model Update: Toward Realizing People-Centered Care and Outcomes Management, Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, Volume 117, Issue 12, 2003 – 2014
Guías alimentarias y de actividad física. En contexto de sobrepeso y obesidad en la población mexicana. Documento de postura