¿Sabes qué tienen en común los gusanos y el sobrepeso? ¡Los genes! Un estudio reciente, realizado por la Universidad Monash y la Universidad de Copenhague, analizó a un tipo de gusano para saber más sobre la relación entre el sobrepeso, la saciedad y la actividad física.
Resulta que hay un gen (ETS-5) que establece una vía de comunicación entre el cerebro y el sistema digestivo. Este gen hace que, cuando comes y obtienes un alto contenido de grasas, el intestino le manda un mensaje al cerebro que, básicamente, le dice: tengo mal del puerco, es decir, no te muevas y duerme.
No es que, tal cual, haya un gen del mal del puerco, pero sí hay una señal que va del intestino al cerebro, que se activa cuando comemos en exceso alimentos altos en grasas. El gen es responsable de que esa señal exista.
¿Una siesta después de la comida?
Según el Dr. Roger Pocock, uno de los responsables del estudio: “Cuando un animal –en este caso el gusano- está desnutrido, busca alimentos en su entorno. Cuando están bien alimentados no tienen necesidad de moverse para buscar, y cuando están satisfechos, entran en un estado de sueño.”
¿Te suena familiar? Pues a nosotros nos pasa algo similar. La razón es que el tipo de alimentos que consumimos tiene una relación directa con algunos de nuestros comportamientos.
Es decir, hay alimentos, que promueven el crecimiento, que provocan un tipo de respuesta o de reacción en el cuerpo, diferente a otros; por ejemplo, los altos en calorías. Consumir porciones grandes de estos últimos, llevan a un estado de sueño.
Círculo que engorda
El problema con esto es que ese estado de sueño o letargo, conduce a una disminución en las ganas de hacer actividad física. Esto provoca un círculo que va, más o menos así: comer en exceso alimentos altos en calorías, dormir, despertar sin ganas de moverse y volver a comer.
En ese círculo no hay espacio para actividades que quemen la energía obtenida de la comida, entonces, se almacena como grasa en el cuerpo y aumentamos de peso.
El descubrimiento de que hay un gen que controla la señal entre el intestino y el cerebro, y que tiene que ver con ese ciclo, puede ser una clave para desarrollar una estrategia para romper con ese comportamiento.
El gusano y nosotros
¿Recuerdas que al principio de la nota dijimos que este gen lo descubrieron en un gusano? Ese gusano, el Caenorhabditis elegans, comparte el 80% de los genes con nosotros, los seres humanos. Así que resulta muy fácil usarlo de modelo para investigar algunos fenómenos que nos pasan.
Investigaciones anteriores ya habían identificado el papel de ese gen en relación con la obesidad, así que esto es un paso más en esa línea. Esto podría llevar a una mejor comprensión de la obesidad y el sobrepeso, y de posibles intervenciones para evitarlas.
Fuentes:
http://www.pnas.org/content/early/2017/02/08/1610673114.full#sec-9