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¿Las vitaminas en exceso perjudican la salud?

M. en C. María Lorena Cassis Nosthas

Departamento de Ciencia y Tecnología de Alimentos 

Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán

Facultad de Ciencias Químicas, Universidad La Salle, campus Condesa

Todos conocemos la importancia de ingerir alimentos ricos en vitaminas para mantenernos en excelentes condiciones de salud; y es que son nutrimentos imprescindibles para que nuestro cuerpo lleve a cabo ciertas funciones. De manera general, promueven el crecimiento; participan en los procesos vitales del organismo; facilitan el uso de los nutrimentos energéticos; regulan la síntesis de compuestos y son componentes enzimáticos. (1). Las vitaminas se definen como un grupo de sustancias orgánicas complejas sin valor energético, biológicamente activas y con diversas estructuras moleculares necesarias para el ser humano; su consumo es en pequeñas cantidades las cuales son aportadas por la dieta, cuando es correcta. Cada una de ellas ejerce una función única e insustituible en los procesos metabólicos. (2)

Clasificación

Químicamente son muy heterogéneas y, de acuerdo con su solubilidad, se clasifican en: vitaminas liposolubles y vitaminas hidrosolubles. Las vitaminas liposolubles, son solubles en lípidos y su vehículo de transporte es la grasa de los alimentos. Dentro de este grupo se encuentran las vitaminas A, D, E y K, las cuales necesitan sales biliares para su absorción y son transportadas en la sangre por las lipoproteínas. Se pueden almacenar en el hígado y tejido adiposo y excretarse por heces. De estas, sólo las vitaminas A y D pueden ser tóxicas en cantidades elevadas. (1)

Las vitaminas hidrosolubles, contrario a las anteriores, son solubles en agua. A este grupo pertenecen las vitaminas del grupo B (B1, B2, niacina, ácido pantoténico, B6, biotina, ácido fólico y B12) y la vitamina C. Funcionan principalmente como coenzimas, necesitan de una ingesta diaria y no se almacenan, ya que se excretan por orina. Debido a los procesos térmicos a los que son sometidos los alimentos o por acción de la luz solar, este tipo de vitaminas se deterioran con facilidad. (1)

Algunas de las vitaminas de ambos grupos pueden formarse en cantidades variables en el organismo como, por ejemplo, la vitamina D y la niacina o vitamina B3 que se sintetizan endógenamente (la primera se forma en la piel por exposición al sol y la niacina se obtiene a partir de triptófano, aminoácido que se adquiere a través de la alimentación), otras son las vitaminas K, B1, B2 y biotina que son sintetizadas por bacterias intestinales (2). Es importante señalar que, aunque las vitaminas hidrosolubles no se acumulan, su consumo excesivo puede provocar que el riñón no las elimine y se generen cálculos renales o problemas en hígado como es el caso de la B3 y el ácido fólico. 

¿Qué sucede cuando existe un consumo elevado de vitaminas? 

Aunque consumir vitaminas hidrosolubles en grandes cantidades puede tener efectos secundarios adversos, algunas de estas no poseen niveles de toxicidad considerables, como es el caso de las vitaminas B1 (tiamina), B2 (riboflavina), B5 (ácido pantoténico), B7 (biotina) y B12 (cobalamina).

En el caso de las vitaminas liposolubles, al ser consumidas en exceso se acumulan y pueden provocar efectos adversos en el organismo, lo que se conoce como hipervitaminosis; este padecimiento es difícil que sea causado por la dieta, es más frecuente que se presente por el consumo indiscriminado de complejos multivitamínicos (3). 

Una administración o ingesta excesiva de vitaminas liposolubles puede presentar las siguientes consecuencias (4):

Toxicidad por vitamina A. Su consumo excesivo se considera tóxico a largo plazo, puede provocar efectos nocivos en órganos que la metabolizan (ojos, huesos e hígado). La abundancia de este componente se relaciona con visión borrosa, pérdida de peso, falta de apetito y osteoporosis, entre otros síntomas. Sus efectos tóxicos inducen una serie de manifestaciones como alteraciones óseas, hepáticas e hipertensión endocraneana, todas ellas de baja letalidad.Se produce cuando se sobrepasa la capacidad de almacenamiento del hígado, aunque es reversible y poco común en la población general. La administración de dosis excesivas puede producir hipervitaminosis especialmente en pacientes con alteración de la función renal o hepática y consumidores de alcohol. Los fumadores que consumen alcohol y β-caroteno presentan mayor riesgo de cáncer de pulmón o enfermedad cardiovascular. 

El uso de dosis excesivas de vitamina A durante el embarazo puede producir defectos en el feto, por lo que durante este período es importante ajustar las dosis de acuerdo con las necesidades de la embarazada. El exceso de b-caroteno en forma de suplementos puede asociarse a una menor densidad mineral ósea y a un mayor riesgo de fracturas y osteoporosis. (5). En México la ingesta diaria recomendada (IDR) que cumple con los requerimientos nutricionales sugerida para niños es de 1-3 y de 4-8 años (100 – 400mgER); hombres de 9-13 y 14 a 70 años (580 – 730mgER; mujeres de 9-13 y de 14 a 70 años (590 – 570mgER); embarazadas 640mgER; lactantes 1100mgER. (6)

Toxicidad por vitamina D. Si se administra en grandes cantidades durante tiempos prolongados, puede producirse hipercalcemia, hipercalciuria, anorexia, náuseas, vómitos, poliuria y depósitos de calcio en los tejidos blandos. Es importante evitar una sobredosis de vitamina D en madres lactantes, ya que una hipercalcemia prolongada puede conducir a retraso mental y físico, estenosis aórtica y retinopatía en el niño. La IDR es de 5μg/día (200UI/día) para niños y adultos incluyendo embarazadas y lactantes y 15μg/día (600UI) para adultos mayores de 70 años (6). Cuando se ingieren grandes cantidades de vitamina D (8,000 a 10,000mg/día) pueden presentarse alteraciones de la piel, caída del pelo, debilidad, vómitos y en casos extremos trastornos hepáticos. La ingesta excesiva de vitamina D (aproximadamente 1250mg/día) puede provocar depósitos de calcio en tejidos blandos, daño renal y/o cardiovascular y síntomas como estreñimiento, disminución del apetito, vómitos, fatiga y/o deshidratación. (7)

Toxicidad por vitamina E o α-Tocoferol. Consumir la vitamina E presente en los alimentos no es peligroso ni nocivo. Sin embargo, una suplementación con dosis elevadas de vitamina E podrían aumentar el riesgo de sangrado (menor capacidad de coagulación tras un corte o una herida) y de hemorragia grave en el cerebro (derrame cerebral hemorrágico) (8). El riesgo de presentar efectos tóxicos parece ser más bajo en tanto la función hepática sea normal. Dosis altas de vitamina E (>800mg/día) pueden reducir la agregación plaquetaria e interferir en el metabolismo de la vitamina K; con dosis >1g/día se ha reportado casos de náusea, flatulencia y diarrea. (9). En México, la IDR para niños de 4-7μg/día, para adultos de 11-13μg/día incluyendo embarazadas y adultos mayores de 70 años y lactantes 17μg/día. (6)

Toxicidad por vitamina K. No se ha demostrado que cause daño alguno, sin embargo, podría interactuar con algunos medicamentos en especial con la Warfarina (9). Puede inducir anemia por rotura de glóbulos rojos e ictericia. La ictericia en recién nacidos puede causar kernicterus (un tipo de lesión cerebral). (9,10). En México la IDR es en niños de 30- 55μg/día, en adultos de 75-100μg/día incluyendo adultos mayores de 70 años, embarazadas y lactantes. (6)

Finalmente, concluimos que las vitaminas son nutrimentos muy importantes que realizan funciones esenciales en el organismo (funcionan como coenzimas o en el control de ciertos procesos) para mantener una buena salud. Deben de suministrarse a través de la alimentación ya que un consumo equilibrado y variado de los alimentos de todos los grupos, nos ayuda a conseguir la cantidad diaria que necesitamos. Sin embargo, para la mayoría de las personas llevar una dieta correcta es muy complicado por lo que recurren al uso de suplementos, mismos que estarán recomendados en ciertas situaciones y en función de cada persona, estilo de vida, cantidad necesaria de una u otra vitamina. Por eso, es importante conocer los diferentes tipos de vitaminas, en qué alimentos encontrarlas y cómo consumirlas, así como las consecuencias que puede tener la falta de vitaminas o el exceso de estas. 

Bibliografía:

  1. Servín R, MC. Nutrición Básica Aplicada. UNAM, 2013.
  2. Carbajal, A.A. Manual de Nutrición y Dietética. Departamento de Nutrición. Facultad de Farmacia. Universidad Complutense de Madrid https://www.ucm.es/nutricioncarbajal/
  3. Secretaría de Salud. Agosto 2015.
  4. http://lpi.oregonstate.edu/es/mic/vitaminas/vitamina-A
    http://lpi.oregonstate.edu/es/mic/vitaminas/vitamina-D
  5. Eroski Consumer 2009.
  6. Tablas de Composición de Alimentos y productos Alimenticios (versión condensada 2015). Morales LJ; Bourgues RH; Camacho PME. Departamento de Ciencia y Tecnología de Alimentos. Dirección de Nutrición. INCMNSZ, 2016.
  7. Metabolismo-funciones- toxicidad y estados deficitarios de la vitamina D. Generación Elsevier, 18 10 2017.
  8. National Institutes of Health. Office of Dietary Supplements. Última revisión: February 24, 2020.
  9. Robert M. Russell; Paolo M. Suter. Deficiencia y exceso de vitaminas y oligoelementos. Medicina Interna, Cap 96e, Interamericana Editores, S.A. de C.V., 2016.
  10. Larry E. Johnson University of Arkansas for Medical Sciences. Manual MSD Última revisión completa nov. 2020.
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