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LN. Angélica Jacobo González 

LN. Héctor Américo Domingue Lara

Universidad Autónoma de Coahuila

El hablar de lactancia materna (LM) implica abordar un tema tan amplio que se llevarían horas de análisis y comprensión entre los enfoques sociales, culturales, psicológicos y fisiológicos a considerar. Sin embargo, para una madre con necesidad de alimentar a su bebé los enfoques no son tan importantes, debido a que su principal preocupación es informarse sobre la función de la leche materna, alimentar y nutrir al lactante.

Amamantar es un proceso biológico que ha estado presente en la vida de los seres humanos desde milenios; a pesar de ello, con el paso de los años, el tema de la LM ha sido centro de una amplia discusión de si es buena o mala. Para muchos profesionales de la salud la lactancia materna es fundamental en los primeros meses del bebé por la gran cantidad de beneficios que trae consigo.

En la actualidad, en México, la LM sigue siendo un tema de salud pública, pues existen diferentes retos que se presentan al tratar de promoverla. Esto se debe principalmente a la cultura y costumbres familiares con las que se ha crecido a lo largo de los años. Respuestas como: “no tuve leche”, “el bebé no quiso” o “no me gustó” son las razones más comunes expresadas por madres al lactar cuando no han tenido éxito en el proceso, según los resultados realizados por la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2012 [1] . 

Sin embargo, el panorama ha mejorado en el país: las cifras de la ENSANUT 2018, arrojaron que el porcentaje de la implementación de la lactancia materna exclusiva (LME) en menores de seis meses, aumentó más del 40% durante los últimos seis años [2]. Por otro lado, parte de las mujeres que optan por la LM y tienen éxito al practicarla, expresan que es la opción más acertada y saludable para alimentar a su bebé; además de ser un protector del bolsillo familiar. [3]

Para el proceso de amamantamiento la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la LME durante seis meses, es decir, no proporcionar otros alimentos o bebidas excepto la LM, comenzando desde los primeros 30 minutos después del parto hasta concluidos los seis meses. Posteriormente, se puede iniciar la alimentación complementaria, lo que significa que es momento de introducir a la dieta de bebé alimentos seguros y apropiados para su edad, pudiendo mantener la LM hasta los 2 años o más. [4]

Para ser más específicos sobre los beneficios que se obtienen a través de la LM, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), define que: 

“La lactancia es conveniente por tener una disponibilidad fácil para el niño y no requiere preparación o equipo especial.

La leche materna suministra un adecuado balance y una cantidad de nutrientes que son ideales para el niño lactante.

El calostro (leche de los primeros días) y la leche materna tienen elementos antiinfecciosos que ayudan a limitar las infecciones”. [5]

La leche materna protege contra distintas enfermedades e infecciones que podrían adquirir los bebés durante sus primeros meses de vida o a lo largo de ella. El alimentar al bebé con LM, aparte de protegerlo contra enfermedades por contener inmunoglobulinas (anticuerpos) que él no ha desarrollado aún, le aporta nutrimentos en las cantidades adecuadas, lo que favorecerá un óptimo crecimiento y desarrollo cognitivo, físico y psicosocial. 

Contenido de nutrimentos de la leche humana en 100 mL

Energía (kcal)Carbohidratos (g)Proteínas (g)Grasas (g)Calcio (mg)Hierro (mg)Vitamina A (µg)Folato (µg)Vitamina C (mg)
Leche humana707,01,034,6300,024855

La OMS expresa que la LM beneficia al bebé en la prevención de gastroenteritis (64%) y enfermedades de vías respiratorias (72%); también ayuda a disminuir el riesgo de desarrollar asma, rinitis, alergias alimentarias y otitis media; incluso ciertas enfermedades no transmisibles (ENT) tales como obesidad, hipertensión arterial y diabetes mellitus tipo 2 (DM2), entre otras. Además, alimentar al bebé con LME durante sus primeros seis meses de vida disminuye en un 13% el riesgo de mortalidad infantil. [6]

Las madres también obtienen beneficios al lactar, como la prevención y reducción del riesgo de padecer cáncer de ovario (CO) y de mama (CM). El proceso biológico por el cual la LM previene el CM está vinculado a varios mecanismos: a) promueve la generación de células de mama; b) promueve la expresión de proteínas con función biológica, por ejemplo, el factor de transcripción PPAR-γ; c) durante la LM se genera un periodo de amenorrea (sin menstruación), lo que significa una menor exposición de hormonas sexuales endógenas, como el estrógeno y d) contribuye a la exfoliación del tejido mamario, de esta manera se promueve la eliminación de células con daño en el DNA. [7, 8]

También se reduce el riesgo de presentar DM2 y depresión postparto, así como la osteoporosis después de la menopausia, sin olvidar la sensación de bienestar que se obtiene al amamantar a su hijo, fortaleciendo aún más el lazo madre-bebé. [7]

Entre otros beneficios, encontramos que la LM mejora la economía de las familias porque evita gastar en la compra de fórmulas lácteas y reduce la inversión en la salud por los efectos secundarios negativos que pueda causar la alimentación artificial mal implementada y/o sin supervisión de un médico, en el estado de salud del bebé.

Llevar a cabo la lactancia materna puede ser difícil durante los primeros días; sin embargo, ya una vez vistos, aunque a gran escala, algunos de los beneficios para mamá y bebé, podría ser un punto de partida para que tu bebé se desarrolle y crezca en las mejores condiciones de salud posibles.

Referencias:

  1. L. E. Z. L. D. G. Teresita González de Cossío, “Prácticas de alimentación infantil de niños menores de dos años,” Instituto Nacional de Salud Pública, Cuernavaca, Morelos, México, 2012.
  2. L. D. G. Castell, “Lactancia materna y prácticas de alimentación complementaria,” in Encuesta Nacional de Salud y Nutricion 2018, 2018. 
  3. H.-I. L. P.-V. B. Mota-Castillo PJ, “Experiencias y creencias de madres sobre la lactancia materna,” J. nurs. health., p. 9(1):e199103, 2019. 
  4. OMS, “Lactancia Materna,” 10 datos de la lactancia materna, pp. 1-10, Agosto 2017. 
  5. M. C. Latham, Nutrición humana en el mundo , Roma, Italia: Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, 2002.
  6. P. Brahm, “Beneficios de la lactancia materna y riesgos de no amamantar,” Revista Chilena de Pediatria, pp. 88(1):7-14, 2017. 
  7. T. G. d. C. Martínez, Latancia Materna en México, Ciuadad de México, México: Academia Nacional de Medicina de México, 2016. 
  8. Victora, C. G., Bahl, R., Barros, A. J., França, G. V., Horton, S., Krasevec, J., … & Group, T. L. B. S. (2016). Breastfeeding in the 21st century: epidemiology, mechanisms, and lifelong effect. The Lancet, 387(10017), 475-490.
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