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Bebidas deportivas y su consumo indebido

E.L.N. Mauricio Israel Acosta Castañeda 

CUCS, Universidad de Guadalajara

Dra. Norma Morales Hernández 

CIATEJ, Subsede Zapopan

 

Las bebidas isotónicas o rehidratantes, más comúnmente llamadas bebidas deportivas, son aquellas que tienen la finalidad de reponer las sales minerales y la glucosa que se pierden luego de una actividad física intensa. Además, favorecen la hidratación y la reposición de electrolitos en el cuerpo humano cuando hay pérdidas importantes de estos, ya que entre sus componentes existe una gran cantidad de agua, hidratos de carbono y minerales (1).

Al realizar ejercicio, el cuerpo está constantemente regulando su temperatura por medio de la transpiración. Cuando uno suda, el cuerpo no solo pierde agua, sino también diferentes electrolitos y minerales (principalmente sodio, cloro, potasio y magnesio) que, si no se reponen de una manera adecuada, el rendimiento físico puede disminuir. Por ello, este tipo de bebidas son muy útiles para reponer el agua perdida y las sales minerales, además de prevenir que el nivel de glucosa en sangre baje, por la presencia de hidratos de carbono de fácil absorción que contienen, cuyo porcentaje se sitúa alrededor del 6 al 9%. Los azúcares que más se utilizan en las bebidas deportivas son la glucosa, fructosa, sacarosa y maltosa. En este tipo de bebidas no se incluyen grasas ni proteínas, ya que su propósito no es ser una bebida nutritiva, sino de mantener un equilibrio de las sales y minerales que se pierden con la transpiración (1). 

La ingesta de este tipo de bebidas es útil para reponer pérdidas de agua, azúcares o electrolitos de forma rápida, ya sea por tener actividades deportivas de alta duración o de alta intensidad o inclusive en caso de diarreas durante las fases en las que se toleran líquidos o sólidos por vía oral, o en climas calurosos donde existen grandes pérdidas de sudor (2). 

A pesar de estar destinadas a ser consumidas por la población deportista, la población en general también las consume con el desconocimiento de su uso correcto. Por ello, existen casos de efectos adversos derivados de un mal uso de las bebidas isotónicas.

El consumo de estas bebidas debe ser de manera ocasional y no deben ser consideradas como sustitutos del agua ni como bebida refrescante, es decir, no pueden constituir la fuente principal de hidratación. La toma adecuada de estas bebidas debe de ser en el contexto de la realización de una actividad física de media a alta intensidad para no causar un daño por el exceso de minerales a los riñones, el corazón o la variación de los líquidos corporales, de no ser así, puede traer repercusiones. Existen estudios que demuestran que durante la actividad física el flujo sanguíneo renal disminuye marcadamente y con ello la capacidad renal para excretar el agua ingerida (3). 

La sudoración y la respiración son las principales vías de pérdida del agua corporal. En el caso de que se llegue a ingerir un gran volumen de una bebida deportiva y que se supere la capacidad del organismo para excretar agua por vías distintas de la renal, el organismo la acumulará en un grado variable, lo cual conllevará a que la concentración de sodio en sangre se diluya y genere cierto grado de hiponatremia, que puede causar náuseas, retención de líquidos, dolor de cabeza, confusión y fatiga, entre otros síntomas. Esto se conoce como alteración del balance hidrosalino (2, 3).

Las calorías aportadas por una bebida deportiva deben estar entre las 80-350kcal/l, con un volumen de entre 500-1000ml, siendo la tendencia a utilizar el volumen al mínimo en deportes que requieran de mucho movimiento corporal, ya que volúmenes más elevados podrían producir molestias gastrointestinales (4). 

Otro posible efecto adverso del consumo excesivo de estas bebidas es el deterioro del esmalte dental, ya que se ha visto que presentan cierto grado de potencial erosivo en un consumo de, al menos, una vez por semana. Además, se ha visto que la frecuencia de consumo es la que causa un mayor deterioro en los dientes y no tanto la cantidad consumida en ocasiones aisladas. 

Existe mucha variación interindividual en las pérdidas de líquidos y minerales debido a factores como el tipo de evento, la masa corporal, la genética, la aclimatación al calor, la elección de la ropa deportiva y la composición del sudor, por ello, se sugiere que, para un rendimiento óptimo, el volumen y la composición de los fluidos de reemplazo deben ser personalizados (5). Para calcular el adecuado para cada individuo, es importante el apoyo de un especialista en el tema, así como en cultura física y deporte para conocer acerca de los beneficios o perjuicios que trae la ingesta de estas bebidas y elegir la que más convenga según sus necesidades.

Por último, cabe destacar que algunas personas consumen estas bebidas como si fueran refrescos o agua de sabor, lo cual es alarmante debido a la alta cantidad de azúcar que contienen estas bebidas. Así, no son recomendables para el consumo regular en la población en general, especialmente para aquellos que no realizan ejercicios de alta duración o intensidad, ni para personas diabéticas. 

Los consumidores deben estar informados sobre la composición de estas bebidas y deben saber que están destinadas a ser usadas cuando el ejercicio supera 60 minutos de duración, o en condiciones climáticas de mucho calor o humedad donde se pierden muchos fluidos y electrolitos por la sudoración. Además de advertir que si no existe una tabla de información nutricional en el producto éste no debería de ser comprado.

 

Referencias:

Ruiz de las Heras A. (2016). Bebidas isotónicas. https://www.webconsultas.com/ejercicio-y-deporte/nutricion-deportiva/cuando-no-se-debe-tomar-bebidas-isotonicas-12410

Pérez Montero E. (2018). ¿Cómo y cuándo tomar las bebidas isotónicas? Hospital Universitario Quirón salud Madrid. https://www.tucanaldesalud.es/es/voz-especialista/tomar-bebidas-isotonicas

Gallardo P. (2018). Las bebidas deportivas isotónicas. Universidad de Talca, Revista Puro Fondo. https://www.purofondo.cl/web/content.php?id=1605

Bonci, L. B. (2009). Bebidas energéticas: ¿Estimulan, ayudan o dañan? Spagatta Magazine, Pp. 1–13. http://afpyma.startlogic.com/pdf/articulos/nutri/bebidas_energeticas.pdf

Shephard, R. O. Y. J. (2019). Factors influencing the optimal choice of sports beverages. In Sport and Energy Drinks, Vol. 10: The Science of beverages. Pp. 1–29. https://doi.org/10.1016/B978-0-12-815851-7.00004-8

 

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