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Actividad física para un estilo de vida saludable: retos de la nueva normalidad

MND Jessica Gordillo Granados NC. MHF

Consultora

Desde hace más de 30 años han salido a la luz publicaciones que se convirtieron en punto de referencia para la actividad física y la salud, las cuales llamaron la atención sobre los beneficios que conlleva el ser físicamente activo. En el año de 1995 el Centro de Control de las Enfermedades (CDC) y el Colegio Americano de Medicina del Deporte (ACSM) hicieron la recomendación de que todo adulto debe acumular 30 minutos o más de actividad física moderada, la mayor parte de la semana, sino es que todos los días. Esto se hizo con la intención de generar más consciencia en la población sobre la importancia y los beneficios para la salud de una actividad física moderada. La actividad física que sobrepase las recomendaciones mínimas, probablemente ayudará a tratar y/o prevenir problemas dervivados del aumento de peso y la obesidad, por ejemplo. (1)

En 2007 el ACSM y la Asociación Americana del Corazón (AHA) publicaron las recomendaciones actualizadas sobre la actividad física y la salud, en donde se mencionó que todos los adultos de entre 18 y 65 años necesitan actividad física aeróbica, de intensidad moderada, un mínimo de 30 minutos, cinco días por semana. O bien actividad vigorosa un mínimo de 20 minutos, tres días por semana, o la combinación de ambos para cumplir las recomendaciones. (1) Para el 2010 la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó las recomendaciones mundiales sobre actividad física para la salud y señaló que la inactividad física constituye el cuarto factor de riesgomás importante de mortalidad en todo el mundo, solo superada por la hipertensión, el consumo de tabaco, el exceso de glucosa en la sangre. (2)

Está demostrado que la actividad física practicada con regularidad reduce el riesgo de cardiopatías coronarias y accidentes cerebrovasculares, diabetes tipo II, hipertensión, cáncer de colon, cáncer de mamá y depresión, además de que es un factor determinante para conseguir un equilibrio energético y el control de peso. (2)

En el 2020 se publicaron las Directrices de la OMS sobre actividad física y hábitos sedentarios, en donde las recomendaciones para los adultos son el acumular a lo largo de la semana de entre 150  y 300 minutos de actividad física aeróbica, de intensidad moderada, o un mínimo de 75 y 150 minutos de actividad física aeróbica de intensidad vigorosa, o la combinación de ambas; así como realizar, al menos dos días a la semana, actividades de fortalecimiento muscular, esto con la finalidad de obtener beneficios notables para la salud. (3)

La actual situación mundial generada por la pandemia de la COVID-19 ha sido un área de oportunidad para proponer diversas estrategias que puedan ser útiles para mitigar el impacto que ha tenido sobre la actividad física, el ejercicio y el deporte, ya que debido a las disposiciones establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) se implementó el confinamiento y distanciamiento social. (4)

Las medidas preventivas, que incluyeron el distanciamiento o aislamiento social, fueron fundamentales en la lucha contra la COVID-19 y contribuyeron a que la distribución y atención de casos pudiera ser cubierta por el sistema de salud. Pero, a su vez, este aislamiento favoreció la conducta sedentaria, redujo la actividad física regular o impidió realizar algunas actividades que ya eran cotidianas, lo que aumentó el riesgo de desarrollar enfermedades o empeorar las patologías previas. Permanecer en casa es primordial, pero se debe evitar o contrarrestar el comportamiento sedentario porque, sin duda, ello acarreará consecuencias no deseadas, principalmente a los niños y a los adultos mayores. (5)

En el contexto de la pandemia, las recomendaciones que previamente ha generado la OMS y la guía de actividad física del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos deberán ser ajustadas, principalmente a actividades que se pueden realizar dentro del hogar, ya sea de manera individual o grupal. En este sentido, las actividades domésticas se hacen parte de la actividad física cotidiana como limpiar, lavar, cocinar, acomodar, tender, entre otras. (6)

Durante esta etapa de confinamiento ha sido indiscutible el beneficio que las tecnologías de la comunicación e información han traído, al permitir en tiempo real la transferencia de cualquier evento y la conexión desde cualquier parte del mundo. Este beneficio y alcance, a través de las redes sociales y plataformas educativas, dio pie a la telemedicina como un proyecto novedoso que tuvo sus orígenes a principios del siglo XX, concretamente los años 60. Esta forma de consulta estuvo, originalmente, enfocada al área militar y espacial para, posteriormente, crear programas de telesalud que se convierten en un sustituto eficaz para la atención médica de la población. (7) El uso de la educación virtual, aplicaciones y redes sociales se convierten también en una herramienta de gran utilidad para su aplicación en las ciencias de la actividad física, siendo utilizadas sobre todo en el contexto escolar, intentado mantener bajos niveles de sedentarismo e incrementando la práctica de actividad física durante la pandemia de la COVID-19. (8)

La inclusión de este tipo de intervenciones es, sin duda, un reto que debe enfrentarse para que se convierta en un programa ya establecido de telesalud, que ofrezca a los usuarios los mismos servicios, pero de manera virtual, ya que no pueden acudir de manera presencial a realizar actividad física.

Referencias:

1.- Colegio Americano de Medicina del Deporte. Manual ACSM para la valoración y prescripción del ejercicio. México: Editorial Paidotribo; 2014.

2.- Organización Mundial de la Salud. Recomendaciones Mundiales sobre actividad física para la Salud.Suiza;2010.

3.- Directrices de la OMS sobre actividad física y hábitos sedentarios. Ginebra: Organización Mundial de la Salud; 2020.

4.-Villaquirán Hurtado AF, Ramos AR, Jácome SJ, Meza MdelM. Actividad física y ejercicio en tiempos de COVID-19. Rev CES Med. 2020; Especial COVID-19:51-58.

5.-Márquez Arabia JJ. Inactividad física, ejercicio y pandemia COVID-19. Viref Revista de Educación Física. 2020;9(2).

6.-Mera- Mamián AY, Tabares-González E, Montoya-González S, Muñoz-Rodríguez DI, Monsalve-Vélez F. Recomendaciones prácticas para evitar el desacondicionamiento físico durante el confinamiento por pandemia asociada a COVID-19. Univ. Salud, 2020;22(2):166-177.

7.-Carrillo Barrantes S. El ejercicio físico, la actividad física. ¿Cómo continuarlo en tiempo de pandemia? Rev. Costarric. Cardiol., 2020;22 (Número especial).

8.-Hall López JA, Ochoa-Martínez PY. Enseñanza virtual en educación física en primaria en México y la pandemia por COVID-19. Revista Ciencias de la Actividad Física UCM.2020;21(2):1-7.

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