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El Alzheimer es una enfermedad que afecta la memoria y algunas funciones cerebrales. ¿Hay una dieta que podría ayudar a prevenirla?

La enfermedad de Alzheimer va deteriorando el cerebro y afecta habilidades como la memoria, el lenguaje y altera el comportamiento y el estado emocional. Por lo general, se presenta en personas cercanas a los 60 años de edad y el riesgo es más alto en mujeres.

A pesar de que se desconoce la causa del Alzheimer, hay algunos factores de riesgo asociados que están identificados. Por ejemplo: la edad, si se tiene familiares cercanos que lo hayan padecido y tener problemas cardiacos causados por niveles altos de colesterol.

Mejor dieta, mejor cerebro

Este último factor de riesgo puede ser reducido con una dieta baja en grasas y en azúcares. Investigadores de Argentina, México y Uruguay, están haciendo pruebas en animales de laboratorio para probar si la dieta puede reducir el riesgo de desarrollar Alzheimer.

“Nuestros resultados apoyan la teoría de que la dieta […] acelera los mecanismos patogénicos que se disparan en el cerebro en etapas tempranas del Alzheimer”, señaló la directora del estudio, la Dra. Laura Morelli, investigadora en el Instituto Leloir, Argentina.

Una serie de estudios ya había demostrado que el deterioro cognitivo es mayor en pacientes con Alzheimer que padecen alteraciones metabólicas y vasculares. Ahora, los investigadores echaron luz sobre los mecanismos biológicos que vincularían a esos factores.

Morelli y sus colegas realizaron experimentos con roedores que recrean formas tempranas del Alzheimer, y compararon su evolución con la de otros roedores controles.

Menos grasas y azúcares

La mitad de los animales de cada grupo fue alimentada desde el destete hasta los seis meses con una dieta estándar, y la otra mitad con una dieta rica en grasas y azúcares, que se conoce como “dieta occidental”.

Al cabo de ese período, los roedores pasaron por pruebas comportamentales que evaluaron memoria y aprendizaje. Asimismo, los científicos efectuaron estudios moleculares del cerebro, especialmente del hipocampo, la principal zona afectada en el Alzheimer y que se encarga de la memoria.

De acuerdo con Morelli, la dieta rica en grasa y calorías alteró los mecanismos de defensa de las neuronas de todos los animales, empeoró el aprendizaje y la memoria de muy corto plazo en los que tenían la enfermedad.

La dieta alta en grasas y en azúcares, en combinación con el deterioro causado por el Alzheimer, provocan que un gen que se encarga de regular el metabolismo energético, no se exprese. Es decir, no puede hacer bien su trabajo para quemar esa energía. Además, se apaga la actividad de otro gen encargado de la función antioxidante que protege al cerebro y mantiene su buen funcionamiento.

Este estudio refuerza el descubrimiento del impacto que tiene una dieta no balanceada sobre el metabolismo cerebral y sobre la resiliencia (capacidad de defensa y recuperación) neuronal. Esto disminuye la habilidad de las neuronas para adaptarse a situaciones de estrés.

El trabajo apoya el diseño de una dieta baja en grasas y azúcares como una estrategia no farmacológica relevante, al menos en personas de 45 a 50 años con factores de riesgo genéticos y vasculares para el Alzheimer.

A pesar de que la evidencia científica basada en experimentos con animales tiene un nivel bajo de confiabilidad, hay razones importantes por las que adoptar una dieta balanceada, baja en grasas y azúcares. Por lo pronto, se sabe que el Alzheimer está asociado con problemas cardiovasculares derivados de colesterol alto, situación que puede remediarse con una dieta correcta.

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