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¡No te duermas! El clonazepam no es un juego

Dr. Pavel Hayl Lugo Fabres
Investigador por México

Comisionado a la Unidad de Biotecnología Médica y Farmacéutica 

CIATEJ

¿Clonazepam?, más allá de los retos virales, ¿qué es este fármaco y para qué sirve?

El clonazepam es un medicamento controlado que forma parte del grupo de las benzodiacepinas, entre ellas las más comunes son: diazepam, alprazolam, lorazepam. Como benzodiacepina de larga duración, su principal uso incluye el manejo de crisis de pánico, epilepsia y estados no convulsivos de “status epilepticus”. Funciona a nivel del sistema nervioso central (SNC), modulando los receptores neuronales GABA-A y, específicamente, la acción del neurotransmisor denominado GABA. Esta inhibición sináptica disminuye la excitabilidad neuronal que ocasiona un efecto relajador en el paciente.

Pero, ¿qué es una benzodiacepina y qué implica que un medicamento sea controlado?

Las benzodiacepinas son un grupo de fármacos sintéticos que se originaron como producto de un paso de síntesis de otras moléculas (que finalmente no se usaron por carecer de actividad biológica), por eso se dice que fueron descubiertos de manera fortuita. Este compuesto se sintetizó por primera vez en un laboratorio situado en Nueva Jersey en Estados Unidos, por un químico de origen polaco llamado Leo Sternbach. A la primera forma del compuesto químico se le denomino “Librium”, debido a su efecto relajante sobre los organismos de prueba y su impacto en el sistema nervioso. 

Considerando los efectos de esta nueva molécula sintetizada, desde su registro ante la FDA, se le consideró un medicamento de venta restringida o controlada. Los medicamentos controlados son aquellos que requieren ser recetados por profesionales de la salud, que cuentan con un registro especial ante autoridades sanitarias como COFEPRIS, ya que estos fármacos, cuando no son administrados y tomados bajo indicación médica, pueden ocasionar problemas severos de salud. Cabe mencionar que, en México, medicamentos como los antibióticos son considerados controlados debido a la posibilidad de su automedicación, que incluye su toma de manera incorrecta e indiscriminada, lo que implica la generación de bacterias resistentes. En el caso específico de las benzodiacepinas como el clonazepam, son considerados restringidos por ser altamente adictivos, por su efecto sobre el SNC y también porque, a largo plazo, el consumo continuo puede desarrollar tolerancia a sus efectos y, por ende, requerir mayores cantidades para obtener el efecto deseado. Como todos los fármacos que son adictivos, dejar su uso produce un síndrome de abstinencia. Adicionalmente, las personas que los consumen sin control de un profesional de la salud, presentan alteraciones en las funciones del hígado, así como disminución de la frecuencia respiratoria y cardiaca e incluso la muerte. Los efectos secundarios y adversos que se mencionaron anteriormente pueden ocurrir desde la primera toma del medicamento, sobre todo cuando quien los consume no los necesita o los toma en exceso.

Tenemos que recordar que muchos de los fármacos, incluidas todas las benzodiacepinas como el clonazepam, tienen distintas presentaciones y la mayoría de las inyecciones, pastillas o incluso soluciones orales como gotas, están calculadas como dosis para adultos y por este motivo, tienen un efecto mayor cuando son tomados por menores de edad. El consumo de este tipo de medicamentos a dosis incorrectas generalmente causa eventos de sobredosis que ponen en riesgo la vida de quienes los ingieren, ya que los efectos secundarios y eventos adversos son potenciados al no ser metabolizados o eliminados del cuerpo. 

Uno de los problemas que también suele encontrarse entre quienes consumen estos medicamentos sin prescripción médica, es que los combinan con otras sustancias con efectos similares, llegando a potenciar los efectos y, en ciertas ocasiones, por ejemplo, cuando se combinan con alcohol, se impide su metabolismo y excreción del cuerpo por medios fisiológicos. Por lo tanto, quien los consumen sufre de intoxicación, causando efectos severos sobre la salud que pueden llevar a la muerte. 

Esto ha sucedido recientemente en casos de bebidas contaminadas con este fármaco o peor aún, con el consumo del fármaco asociado a retos virales de redes sociales, donde, frecuentemente, quienes los consumen son menores de edad que buscan entrar en esos trending topics buscando notoriedad. En conclusión, el clonazepam, así como otras benzodiacepinas son excelentes fármacos, muy útiles para quienes tienen trastornos de ansiedad o crisis convulsivas entre otros padecimientos, seguros y adecuados, siempre y cuando sean prescritos por profesionales de la salud, además de ser dosificados de manera correcta. Estos fármacos nunca serán ni están diseñados para ser parte de retos virales, tampoco están enfocados en menores de edad.  En definitiva, el clonazepam no es un juego.

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