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El esperma del padre puede transmitir obesidad a los hijos

Un nuevo estudio encontró una relación entre los padres obesos y la predisposición genética a la obesidad en los hijos a partir del análisis del semen de los progenitores. El esperma de los padres obesos presenta diferencias importantes con el de padres no obesos.

Si el padre es obeso en el momento de la concepción del hijo, es más probable que el hijo desarrolle obesidad en algún momento de su vida. Esta es la hipótesis que se desprende de un nuevo estudio.

Según los datos recopilados en el Centro de Metabolismo de la Universidad de Copenhague, el hecho de que los padres sean obesos puede ser un factor de riesgo para la obesidad de los hijos.

A pesar de que el estudio es el primero en su tipo y aún se necesitan mayores pruebas para llegar a confirmar la hipótesis, los datos que se encontraron son una pista más para determinar los factores que predisponen a la obesidad, además de las causas a partir de comportamientos que la propician.

Uno de los logros del estudio es la posibilidad de haber desarrollado un epigenoma en el que se localiza específicamente a la obesidad. El epigenoma es una especie de mapa con los genes de un organismo, donde se pueden ver aquellos que van a determinar el desarrollo del organismo.

¿Cómo se transmite la obesidad del padre al hijo?

En el estudio se analizaron muestras de semen de padres con obesidad y de padres con un peso corporal normal. Lo que se descubrió es que la obesidad genera marcadores genéticos diferentes a los encontrados en el esperma de hombres con un peso saludable.

El semen de los hombres con obesidad tiene una modificación en la expresión genética de esta enfermedad, lo que hace que ese factor se transmita en la fecundación. Es decir, la obesidad del padre en el momento de la fecundación es suficiente para que el hijo herede el riesgo de padecerla, incluso si antes o después el padre tiene un peso corporal normal.

El Dr. Romain Barrès, autor principal del estudio, dijo en un comunicado de prensa que “Es bien sabido que cuando una mujer está embarazada, debe tener un cuidado especial de sí misma, pero si se confirman nuestros resultados, entonces, debe haber recomendaciones similares para los hombres”.

El peso del semen

El estudio, publicado en Cell Metabolism, analizó muestras de semen de 13 hombres delgados y de 10 con obesidad (con un Índice de Masa Corporal –IMC- de 31.8; el límite máximo de IMC normal es de 24).

En esas muestras, observaron que los genes que controlan el apetito y el desarrollo del cerebro son diferentes en los hombres con obesidad. Estas diferencias podrían aumentar el factor de riesgo de desarrollar obesidad en los hijos.

El Dr. Per Ovesen, quien estudia las consecuencias de mujeres con obesidad durante el embarazo y que no participó en el estudio, dice que “Este estudio muestra que podemos afectar gravemente a los genes, por ejemplo, por el exceso de peso. Es ciertamente interesante que los genes se expresen de manera diferente porque el hombre tiene sobrepeso”. Esto puede significar una prueba más de que los comportamientos que nos llevan a cierto tipo de enfermedades crónicas, pueden influir negativamente a nivel genético.

El semen después de perder peso

Otra parte del estudio incluyó analizar el semen de hombres con obesidad que estaban por someterse a una cirugía para perder peso, las muestras fueron tomadas antes y después de la intervención.

Una vez que los hombres se recuperaron de la cirugía y su apetito volvió a la normalidad, los marcadores de obesidad en el semen, se modificaron también. Para Ovesen, este hallazgo es muy importante: “Es muy emocionante que la expresión genética pueda cambiar tan rápidamente […]. El hecho de que puedes hacer algo al respecto y reparar los genes, por así decirlo, con la pérdida de peso, es muy positivo”.

Después de la cirugía para perder peso, los investigadores encontraron 5,000 cambios en la expresión del ADN, relacionados específicamente con el control del apetito y el desarrollo del cerebro. Una semana después de la intervención, los marcadores epigenéticos en 1,509 genes habían cambiado, y en un año, se encontraron 3,910 modificaciones.

A pesar de los emocionantes hallazgos de la investigación, el tamaño del estudio y el número de participantes es muy pequeño como para arrojar resultados concluyentes. Una de las incógnitas que quedan es poder rastrear el nivel de influencia que tienen los marcadores que provienen del esperma, ya que en muchos casos estos se diluyen en el proceso de formación del embrión.

¿Qué significa este descubrimiento?

La obesidad causa modificaciones en el ADN del esperma que va a fecundar al óvulo. Estos cambios son negativos en el contexto actual donde la obesidad es una epidemia mundial. Además de la predisposición heredada a la obesidad, estos cambios pueden causar problemas en el desarrollo cerebral del hijo.

Por un lado, los hallazgos de esta investigación dan un paso más para comprender cuáles son los mecanismos que predisponen genéticamente a la obesidad. Por otro, es una muestra de cómo los comportamientos y los hábitos afectan la información genética y la manera en cómo esta se expresa.

Además, de llegar a resultados concluyentes fuertes sobre la relación entre los marcadores de obesidad en el semen y la predisposición a esta enfermedad en los hijos, se pueden diseñar estrategias de intervención enfocadas en los padres que sirvan como prevención para la salud de sus hijos y que se hagan en el momento más adecuado.

Ovesen señala que “Esto sugiere que los hombres también deben asegurarse de que su peso sea normal, si no quieren a un niño que esté en riesgo de tener sobrepeso”.

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