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Disrupción endocrina: Panorama general

El sistema endocrino está formado por glándulas que producen hormonas, estas se encargan de coordinar muchos aspectos fisiológicos como las funciones celulares reproductivas en tejidos específicos y en células que contienen receptores hormonales. Existen sustancias artificiales externas al organismo que pueden unirse a los receptores de las hormonas y modular la función endocrina; algunas de ellas se encuentran de manera natural en ciertas verduras y granos, y se les conoce como fitoestrógenos.

La disrupción endócrina es un fenómeno que ocurre cuando el funcionamiento normal de los receptores de las hormonas se ve interrumpido a causa de un elemento externo al cuerpo humano. La caracterización generalmente aceptada de los disruptores endocrinos es la siguiente:

“Un disruptor endócrino es una sustancia exógena que causa efectos adversos a la salud en un organismo intacto, o su progenie, secundaria a los cambios en la función endocrina.” (Taller Europeo sobre el impacto de los alteradores endocrinos en la salud humana y la vida silvestre (Weybridge, Reino Unido, 1996). Unión Europea Informe EUR17459).

Una sustancia cualquiera que interactúa con el sistema endócrino no constituye necesariamente un riesgo. Este depende de varios factores, tales como la duración y el grado de exposición (dosis). De hecho, el Comité Científico de la Unión Europea de Toxicología, Eco-toxicología y Medio Ambiente (CSTEE) establece que:

“Es importante darse cuenta de que la alteración endocrina no es un punto final toxicológico per se, como en el caso del cáncer o de una alergia, pero que es un descriptor de un cambio funcional que puede dar lugar a efectos adversos para la salud. Más bien, la alteración endocrina debe ser vista en el contexto de puntos finales bien establecidos, principalmente la toxicidad reproductiva y del desarrollo en personas con discapacidad”.

Detección y pruebas del sistema endocrino

En 1996, el Congreso de los Estados Unidos ordenó a la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA) que desarrollara un programa de priorización y selección para evaluar el potencial de riesgo de compuestos disruptores endocrinos. Este es un programa diseñado por niveles que contiene 11 ensayos de selección para comprender el Nivel 1. El propósito general es identificar las sustancias que tienen el potencial de interactuar con el estrógeno, con el andrógeno o con los sistemas de la hormona tiroidea. Si los resultados de estos ensayos de selección y una evaluación de la ponderación de las pruebas indican un alto potencial de interacción con el sistema endocrino, el compuesto puede avanzar hasta el nivel 2 donde se llevan a cabo pruebas más amplias para determinar si el compuesto produce efectos adversos y para generar datos de dosis/respuesta para los efectos observados.

Aunque la legislación que exige detección y pruebas del sistema endocrino fue promulgada en 1996, se requirió de un gran esfuerzo para desarrollar los protocolos estandarizados y validados en los años siguientes. Fueron emitidas órdenes de pruebas para evaluar sustancias químicas específicas por primera vez a finales del 2009. Los resultados de estas pruebas están destinados a permitir un examen riguroso para saber si un compuesto está actuando a través de un modo endocrino de acción mediada.

Actividad Global

Actualmente existe un alto grado de cooperación internacional en el avance de la ciencia de la toxicidad endocrina mediada. La Comisión Europea y la Organización Mundial de la Salud (OMS), a través del Programa Internacional de Seguridad Química ha publicado un informe titulado Estado Mundial de la Ciencia de disruptores endocrinos (Global State-of-the-Science of Endocrine Disruptors). Este reporte concluyó que:

“Aunque está claro que ciertos químicos ambientales pueden interferir con los procesos hormonales normales, hay pruebas débiles en las que la salud humana se ha visto afectada negativamente por la exposición a sustancias químicas con actividad endocrina. Sin embargo, hay suficiente evidencia para concluir que los efectos adversos endocrinos mediados han ocurrido en algunas especies de fauna silvestre”.

En el 2003, el Ministerio de Medio Ambiente de Japón y el Programa Internacional de Seguridad Química organizó un taller conjunto y el informe titulado Disruptores endocrinos: Necesidades de Investigación y direcciones futuras. Tanto la Comisión Europea y la OMS están apoyando los esfuerzos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para desarrollar métodos de prueba y evaluar los compuestos con actividad endocrina. Por otra parte, la Comisión Europea y la EPA se han puesto de acuerdo para compartir información sobre el establecimiento de prioridades, la detección y pruebas, así como las actividades de investigación.

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