¿Te gusta el té? Si sí, este es un buen momento para conocer más sobre esa deliciosa bebida. ¿Sabías que el té tiene propiedades antioxidantes? ¿O que en China y Japón se usa para curar muchas afecciones, hasta de estado de ánimo?
Primero, es importante distiguir que el té es la bebida que se hace de las hojas de la planta del té (Camelia sinensis). Los tés negro, verde, blanco o rojo, provienen de este arbusto y sus diferencias tienen que ver con la forma como se procesaron, lo que les da propiedades diferentes.
Las bebidas que se hacen con otras hierbas, como la manzanilla, hierbabuena, toronjl, canela, etc., se llaman infusiones porque no provienen del arbusto del té. Es decir, el té es sacado de un tipo de planta específica.
Ciencia detrás del té
Científicos del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera, en Córdoba España, han identificado y cuantificado por primera vez los compuestos del té negro que producen un efecto protector en el organismo. En concreto, se trata de las teaflavinas, sustancias que además de otorgarle su color oscuro y su sabor característico, son absorbidas en un 94% durante la digestión. Estos componentes aportan las propiedades antioxidantes, anticancerígenas, antimicrobianas, antidiabéticas y cardioprotectoras de esta planta.
La variedad negra se obtiene del té verde mediante un proceso de fermentación y oxidación en el que los antioxidantes (o polifenoles) se polimerizan, es decir, las moléculas idénticas se unen entre sí, y se transforman en sustancias más complejas, las teaflavinas.
La novedad de este estudio consiste en el reconocimiento de que estas moléculas son responsables de los beneficios para la salud de la ingesta del té negro. Asimismo, se evalúa la biodisponibilidad de las teaflavinas, es decir, cómo se transforman estos compuestos durante el proceso de absorción, metabolización y excreción en el organismo.
En este sentido y tras realizar diferentes ensayos clínicos, los científicos han comprobado que el cuerpo humano absorbe el 94% de las teaflavinas presentes en el té negro. Estos resultados son claves para seguir evaluando los efectos saludables de esta bebida que reúne propiedades antioxidantes, anticancerígenas, antimicrobianas, antidiabéticas y cardioprotectoras, dijo la Dra. Pereira-Caro, investigadora del IFAPA y responsable de este trabajo.
Este estudio, realizado en colaboración con las Universidades de Davis (California) y Parma (Italia), supone una herramienta de ensayo destinada al conocimiento de los efectos saludables del té negro. Con los resultados de este estudio, la comunidad científica puede comprobar cómo actúan estas moléculas sobre casos específcos, por ejemplo, de cáncer de mama, de colon o de hígado, y observar los efectos que las teaflavinas tienen.
Aprovechando el té
Para comprobar los resultados obtenidos en la investigación, los expertos realizaron diversos estudios clínicos. Para el primero de estos experimentos, contaron con voluntarios con hábitos saludables que ingirieron una cápsula compuesta por un gramo de teaflavina obtenida de un extracto de té negro enriquecido y liofilizado (deshidratado).
Además de acudir en ayuno, los participantes en este ensayo científico tenían que haber seguido previamente una dieta libre de productos fenólicos, es decir, no haber comido fruta o verdura ni bebido café o té en los días previos al ensayo.
Tras el consumo de la teaflavina, tomaron muestras de orina a los voluntarios en cuatro periodos: 4 horas, entre 4 y 12 horas después, de 12 a 24 horas y de 24 a 30 horas después de la ingesta. En ellas, los investigadores realizaban un seguimiento de metabolitos, sustancias que el cuerpo elabora cuando descompone los alimentos.
Los investigadores han demostrado que la mayor concentración de metabolitos se registraba doce horas después de la ingesta de teaflavinas y procedían de la degradación que se produce en el colon. “Si la orina a tiempos de excreción cortos contiene este tipo de moléculas se debe a que las absorbe el intestino delgado, mientras que si se encuentran a tiempos de excreción mayores -a partir de las ocho u doce horas- la absorción se produce en el intestino grueso. Ahí se hidrolizan y se convierten en moléculas más pequeñas, las cuales van a interaccionar con el epitelio intestinal, donde son absorbidas y pasan al torrente sanguíneo. El siguiente paso es llegar a los tejidos y los órganos, donde se observa su efecto protector”, explica Pereira-Caro.
Por otro lado, realizaron pruebas in vitro con muestras fecales para simular el funcionamiento del intestino grueso. “La importancia de la microbiota del colon en la metabolización de estos compuestos exige este tipo de experimentos. De hecho, este ensayo nos mostraba cómo se rompe la estructura de las teaflavinas por acción de bacterias presentes en el organismo”, señala la responsable de este trabajo.
Este estudio sobre la biodisponiblidad de las teaflavinas del té negro durante los procesos de absorción, metabolización y excreción en el organismo se suma a otros trabajos que estos investigadores ya han realizado previamente con los micronutrientes o compuestos fenólicos de las frambuesas y de naranjas.
Referencias: