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Los alimentos fermentados se estudian cada vez más, por los efectos potenciales que tienen sobre la salud. ¿Pueden ayudarnos a estar mejor emocional y mentalmente?

Los alimentos fermentados se han hecho populares porque contienen probióticos. Estos microorganismos están en todo nuestro cuerpo, pero los que habitan en el intestino son los que más se han estudiado.

Hasta ahora, a esos microorganismos que conforman la microbiota intestinal (más de 100 billones de ellos), se les ha relacionado con mejoras en el sistema inmune, como tratamiento en diarreas relacionadas con antibióticos y como complementos para tratar la obesidad y la diabetes.

Alimentando la salud mental y emocional

Actualmente, los probióticos están llamando la atención porque podrían estar asociados con una mejora en la salud mental y emocional. En específico, se han observado mejoras en personas con depresión y un aumento de la resiliencia (la capacidad de superar más mejor y más rápido los obstáculos de la vida).

Desde que se sabe que existe una conexión entre el cerebro y el intestino, se han dedicado mayores esfuerzos para entender cómo se relaciona la microbiota intestinal con el funcionamiento del cerebro y cómo se refleja en las conductas humanas.

A pesar de que aún se desconoce el mecanismo de acción de los probióticos en esas áreas, lo que se sabe es que estos microorganismos:

  • Tienen actividad antioxidante y antiinflamatoria: esto ayuda a reducir enfermedades como el síndrome de colon irritable y es preventivo de cáncer
  • Mejoran la permeabilidad intestinal: esto mejora la absorción de nutrimentos e impide el paso de patógenos
  • Ayudan al control glucémico: contribuye a mantener estables los niveles de glucosa en sangre, que es fundamental para personas con diabetes
  • Tienen una influencia positiva en el estado nutrimental: lo cual contribuye a que se produzcan neurotransmisores que influyen en la salud mental (por ello, podrían ayudar a tratar la depresión, la ansiedad, a aumentar la resiliencia y el buen humor)
  • Mejoran la producción de GABA: que es un aminoácido relacionado con el tono muscular y la formación de sinapsis en el cerebro

Dieta saludable y probióticos

El Dr. Robert Hutkins, de la Universidad de Nebraska-Lincoln, dice que “si tienes una dieta rica en alimentos fermentados, estás, esencialmente, bañando tu tracto intestinal en organismos saludables”.

Otros expertos, como la Dra. Zhaoping Li, señalan que si una dieta saludable (variada, balanceada e inocua) es suficiente para obtener los microorganismos positivos para la salud. Y que, por ello, las personas sanas que complementan su dieta con probióticos, no ven cambios.

Pero, si la dieta es deficiente o ya se presentan problemas como el síndrome de colon irritable, una baja respuesta del sistema inmune, riesgos de enfermedades cardiacas o respiratorias, obesidad, etc., los probióticos son una opción para mejorar la salud.

La dietista certificada, Lori Zanini, recomienda comer de dos a tres porciones de alimentos fermentados al día. Sin embargo, si no tienes el hábito de comerlos, lo mejor es comenzar poco a poco, para darle oportunidad a que tu sistema digestivo se acostumbre.

Algunos de los alimentos fermentados más fáciles de conseguir son el yogur, el kéfir, el chucrut y el sauerkraut. Al incluir estos o cualquier otro alimento a la dieta, hay que considerar la cantidad de calorías y nutrimentos aportan, para poder mantener un balance.

Es importante señalar que comer alimentos con probióticos no compensa por completo la dieta. O sea, si tienes una dieta muy alta en grasas o harinas y tomas probióticos, no hay un balance porque los probióticos no son remedios mágicos.

Fuentes:

 

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