El término de alimento funcional (functional food) apareció por primera vez en Japón en la década de los ochentas. El gobierno japonés financió tres programas de investigación a gran escala con el objetivo de controlar los gastos sanitarios generados por la mayor esperanza de vida de la población, buscando darle a la sociedad una mejor calidad de vida. Se introdujo así un nuevo concepto de alimentos, que se desarrollaron específicamente para mejorar la salud y reducir el riesgo de contraer enfermedades.
Referencias: