La Sacarina es un edulcorante sintético no calórico de alto poder endulzante. Entre las aplicaciones más comunes se encuentran:
La Sacarina se obtiene a partir de la o-toluensulfonamida o de los anhídridos ftálico y antranílico; tiene un dulzor 300 a 400 veces el de la sacarosa, con el inconveniente de un resabio amargo metálico, sobre todo en altas concentraciones. Comercialmente se encuentra tanto en la forma sódica como en la cálcica y potásica.
Fuente: Badui S., 2013, Química de los Alimentos.
Químicamente, la Sacarina es el 1,2-bencisoriazolin-3ona-1,1-dióxido. Las sales de la Sacarina se producen por una neutralización con las sustancias básicas correspodientes a la sal que se desea
Fuente: FDA CFR 180.37 Saccharin, ammonium saccharin, calcium saccharin, and sodium saccharin
La Sacarina es un ingrediente sintético con la capacidad de brindar un intenso sabor dulce superior al de la sacarosa (azúcar). A diferencia de esta última no provee de calorías al consumirla. Comercialmente se encuentra en forma de sal principalmente de potasio, calcio o sodio.
Nombre Químico y Estructura
La Sacarina también se puede encontrar comercialmente o en el etiquetado como sacarinas, sacarina sódica (E954), sacarina (INS 954), Sweet’n Low®, Sugar Twin®, Necta Sweet®, benzosulfamida.
Algunas características fisicoquímicas de relevancia
La Sacarina se presenta como un polvo blanco cristalino. En su versión como sal es muy soluble en agua y posee un punto de fusión de 228.8 ºC. Su potencial de dulzor es de 200 a 700 veces mayor que el del azúcar, dependiendo de la aplicación en la que se encuentre. Puede llegar a ser inestable en altas temperaturas disminuyendo su sabor dulce.
La Sacarina es uno de los edulcorantes más antiguos desarrollados sintéticamente. Se descubrió en 1878 en los Estados Unidos, sin embargo su uso se intensificó a partir de la década de los 60’s. Desafortunadamente en los años 70’s se generó una gran controversia alrededor de este ingrediente pues se le relacionó con cáncer de vejiga. A partir de entonces se disminuyó el consumo y su popularidad entre consumidores se vio afectada. En la actualidad esta afirmación se ha revocado respaldada por múltiples estudios en los que se ha constatado que el ingrediente es inocuo y apto para el consumo humano.
La Sacarina tiene una entrada de dulzor de gran intensidad con resabio metálico y amargo al final. Generalmente se considera con un potencial de dulzor de 300 veces más dulce que el azúcar (sacarosa), sin embargo, esto es bastante subjetivo y depende de otros ingredientes como saborizantes y ácidos presentes en la formulación.
Por lo anterior, suele mezclarse con otros edulcorantes de gran intensidad para redondear el sabor. Comúnmente se mezcla con Ciclamato en aquellos países donde ambos ingredientes están aprobados, así como con Aspartame, utilizados en gran medida en bebidas carbonatadas o en jarabes para apoyar al Aspartame durante la vida de anaquel. También puede mezclarse con Acesulfame K, Sucralosa y Neotame.
La Sacarina puede ser consumida por personas diabéticas, por lo que es una alternativa en el desarrollo de productos para este segmento de mercado; además de no favorecer el incremento de la presión arterial y previene la formación de caries.
La industria farmacéutica y de cuidado personal emplea este ingrediente de manera regular para proveer de un sabor dulce a los jarabes, vitaminas y productos de aseo bucal.
El Comité de Expertos en Aditivos Alimentarios de la FAO/WHO (JECFA), indica que la Ingestión Diaria Aceptable (IDA) de la Sacarina y sus sales de calcio, potasio y sodio es de 0 – 5mg/kg de peso corporal.
Este ingrediente se encuentra aprobado por las siguientes entidades nacionales e internacionales:
Principales países que están usando el ingrediente en sus nuevos productos: