El Dióxido de Azufre es un ingrediente ampliamente utilizado en la industria de alimentos como conservador. Entre las aplicaciones más comunes se encuentran:
El Dióxido de Azufre o anhídrido sulfuroso (SO2) es un gas incoloro de fuerte olor que se genera por la combustión del azufre. Su uso se remonta a la época de la Roma antigua, en donde las piedras de azufre se quemaban para generar Dióxido de Azufre que desinfectaba las bodegas y conservaba los vinos.
Fuente: Badui S, 2013, “Química de los Alimentos”.
El Dióxido de Azufre es un compuesto inorgánico gaseoso sin color que posee un olor pungente e irritante. En la naturaleza se puede encontrar en los gases volcánicos y también se encuentra disuelto en las aguas termales. Cuando se queman combustibles este es uno de los gases que se liberan.
En la industria de alimentos el Dióxido de emplea por su actividad conservadora y antioxidante, que evita el oscurecimiento por reacciones enzimáticas o bien por reacciones de Maillard. Por esta propiedad se utiliza como tratamiento de harinas.
Como sustancia conservadora ayuda a prolongar la vida útil de los productos al protegerlos ante el deterioro causado por microorganismos.
Fuente: Regulación Comunidad Europea (EC) No 1333/2008
Debido a sus propiedades como antioxidante, este ingrediente favorece el incremento de la vida útil de los productos alimenticios al protegerlos ante el deterioro causado por la oxidación, tales como la rancidez de las grasas o aceites y el cambio de coloración.
Nombre Químico y Estructura
El Dióxido de Azufre también se puede encontrar comercialmente o en el etiquetado como anhídrido sulfuroso, SO2, E220 (sulfitos), 220 sulfitos, anhídrido sulfúrico, dióxido de azufre residual, brimstone dioxide, anhídrido sulfuroso (INS 220).
Algunas características fisicoquímicas de relevancia
El Dióxido de Azufre es un gas incoloro de olor pungente que puede ser solubilizado en agua y etanol. Al disolverse en agua reacciona químicamente generando ácido sulfúrico. Reacciona positivo ante la prueba de yodo por su capacidad oxidativa. La presencia de agua debe ser menos del 0.05%.
El Dióxido de Azufre se utiliza ampliamente en la industria de alimentos y bebidas. El uso proviene desde la época de los romanos que se usaba para preparar las bodegas o cuevas en la fabricación de vino.
Actualmente su uso se destina principalmente a preservar el color de frutos deshidratados por su capacidad de inhibir las reacciones de coloración enzimática, así como en la industria de panificación para el blanqueamiento de la harina, además de ayudar a suavizar la masa.
En Irlanda aún se encuentra permitido su uso en la industria cárnica para controlar procesos de fermentación e inhibir el crecimiento de microorganismos patógenos o que descomponen el alimento. De esta manera se encuentra permitido para su uso en embutidos, salami, jamones, salchichas, entre otras. En cambio para la legislación norteamericana el uso en productos cárnicos está limitada ya que la presencia del Dióxido degrada la tiamina.
Un porcentaje muy bajo de la población es sensible a los derivados de azufre, incluyendo el Dióxido de Azufre. Es por ello que se requiere indicar en el etiquetado que el producto fue sometido a tratamiento con sulfitos, pues los efectos alérgicos en estas personas pueden ser severos. Las personas asmáticas son especialmente sensibles a los sulfitos por lo que deben prestar mayor atención al etiquetado.
Este ingrediente se encuentra aprobado por las siguientes entidades nacionales e internacionales:
Principales países que están usando el ingrediente en sus nuevos productos: