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La enfermedad de Alzheimer es un padecimiento que afecta al cerebro, deteriorando la memoria, el comportamiento de la persona y algunas de sus funciones cognitivas. Se puede presentar de manera temprana (antes de los 60 años) o tardía (después de dicha edad).

Esta enfermedad es más común en mujeres que en hombres y, por ahora, no se saben las causas exactas de su aparición. Tampoco se tiene un tratamiento eficaz que reduzca los síntomas, retrase el deterioro del cerebro de la persona o que cure este padecimiento.

La dieta ayuda

Una de las intervenciones que podrían ayudar a prevenir la enfermedad de Alzheimer o retrasar su aparición es tener una dieta balanceada y baja en grasas saturadas y trans. Una alimentación con bajos contenidos de grasa, mantiene los niveles de colesterol en rangos normales.

En investigaciones recientes, se han presentado evidencias que indican que la enfermedad de Alzheimer es un padecimiento vascular. Es decir, que está muy relacionado con la condición de salud del sistema circulatorio.

Bajo esa luz, se están poniendo a prueba tratamientos preventivos como una alimentación con bajo contenido de grasas. La estrategia principal es tratar factores de riesgo para la salud vascular, como los niveles de colesterol en sangre. El colesterol en exceso, puede llegar a acumularse en las arterias y taparlas, haciendo cada vez más difícil la circulación de la sangre. Esto provoca, entre otras cosas que los órganos, como el cerebro, no tengan la oxigenación que requieren para funcionar bien.

Por otro lado, en las personas que tienen Alzheimer, se observa una acumulación de placa alrededor de algunas neuronas. Esa placa está formada por proteínas (placa amiloidea) que no deberían estar ahí. Tanto la acumulación de colesterol (aterosclerosis) como la formación de placa, impiden que el cerebro trabaje de manera normal.

El cerebro cambia

Cuando se presenta la enfermedad de Alzheimer, el cerebro disminuye su tamaño. En las autopsias realizadas a personas que murieron de este padecimiento, se observa altos niveles de colesterol en el cerebro. El colesterol malo (LDL) se acumula en la sangre y llega hasta el cerebro, causando daños severos en este órgano.

Cuando el colesterol está en el cerebro, se oxida y produce radicales libres que son altamente tóxicos para el cerebro. Estos están relacionados con la aceleración en la aparición de síntomas de demencia.

Existen medicamentos para bajar el colesterol (estatinas), pero, el caso de personas con Alzheimer, demencia o riesgos considerables de estas enfermedades, estos fármacos podrían no ser la mejor opción, ya que pueden acelerar el deterioro cognitivo y ansiedad. Por ello, la apuesta más grande, actualmente, es tener una alimentación adecuada. Es decir: baja en grasas, en este caso.

Cada vez son más las ventajas de tener un estilo de vida saludable que incluya una alimentación adecuada. Las necesidades nutrimentales pueden variar de una persona a otra, por ello, es importante consultar con un médico o un nutriólogo antes de hacer cambios radicales en la dieta. Esto es especialmente importante si en tu familia hay antecedentes de este tipo de enfermedades. La alimentación es uno de los pilares de la salud y cada vez tenemos más pruebas de ello.

 

Fuentes:

https://nutritionfacts.org/2018/01/23/how-too-much-cholesterol-can-contribute-to-alzheimers-disease/

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/29325505

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